En la batalla de los deberes existen cruzadas individuales, como la de Eva Bailén, que acaba de publicar Cómo sobrevivir a los deberes de tus hijos (Temas de Hoy); cruzadas de sensibilización, inscritas dentro de las acciones de responsabilidad social corporativa de una compañía, como la que Ikea estrenaba este inicio de curso, y ahora, también, una llamada a la cruzada colectiva. La encabeza Ceapa, la confederación de padres y madres mayoritaria en la pública, con 12.000 asociaciones agrupadas bajo sus siglas, que ha ideado una huelga de bolis caídos los fines de semana de noviembre, invitando a los padres a que sus hijos no hagan tarea esos días.
La medida, inscrita en la campaña #Noalosdeberes, sigue la estela de la encabezada por las padres y madres franceses en el otoño de 2012, aunque el presidente de Ceapa, José Luis Pazos, ha remarcado en la presentación que “nosotros contamos con documentos de hace más de dos décadas sobre la necesidad de la no existencia de los deberes”. En un vídeo, la confederación recalca el derecho de los niños y niñas a jugar e incluso a aburrirse, y critica que sus cuartos se conviertan en una prolongación de las aulas, y sus padres, en profesores a la fuerza.
40% cree que son demasiados
En la rueda de prensa en que se ha informado de esta iniciativa, además, se han facilitado datos de un estudio realizado con el apoyo del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Aunque de momento solo se cuenta con un avance, y a la espera de su presentación oficial, en él se concluye que más del 40% de las familias considera superior al deseado el tiempo destinado a los deberes -el 13% lo califica de “excesivo”-. Según uno de cada cinco padres y madres entre los 1.748 encuestados, sus hijos les dedican más de dos horas al día de media, lo que, según Pazos, “contrasta con las seis horas semanales a las que se refieren las administraciones”. [La media de la OCDE son 4,8 horas a la semana]. Un 48% entiende que afectan negativamente a la vida familiar y un 59% asegura que si sus hijos no los hacen, independientemente del motivo, se ven perjudicados.
El estudio se completa con las respuestas de 472 menores escolarizados en Primaria y Secundaria, que coinciden con sus padres en ver el lado malo de los deberes. Curiosamente, son menos los niños que los padres que creen que les roban un tiempo excesivo (10,81%) e incluso hay cerca de un 15% que dice que son “muy pocos”. En los dos casos, tanto en la encuesta a estudiantes como en la de padres, hay mayor proporción en la etapa de primaria. Por las respuestas de los menores se constató además, cómo se va extendiendo poco a poco la tendencia en determinados colegios (concentrados en unas comunidades autónomas concretas que Pazos rechazó citar) de trabajar sin deberes.
Atendiendo al estudio, la mitad de los alumnos asegura que pasa menos de dos horas al día en actividades con sus padres. A cerca de un 60% le resulta poco, aunque un 1,35%, sobre todo del último ciclo de Secundaria, cree que es demasiado.
Pazos, que ha criticado el ir y venir de libros de casa a la escuela y de la escuela a casa, que también perjudica a los menores por tener que soportar pesos inadecuados para su edad, ha asegurado que ya están enviando información a las asociaciones de padres y que en octubre sensibilizarán también a las administraciones y a los profesores. Pazos cree que algunos de los docentes entenderán su campaña de noviembre, de recuperación del tiempo libre para los niños y niñas. Por si alguno no lo hace o pone pegas porque sus alumnos vuelvan el lunes con la tarea sin hacer, Ceapa facilitará documentos para argumentar esta actuación: “Se trata de una decisión del ámbito privado familiar que no es necesario justificar, como las faltas de asistencia en caso de huelga, solo un juez puede exigir tal justificación, pero tenemos a nuestros servicios jurídicos trabajando por si algún alumno se viera perjudicado por una decisión que además él no toma, toma su familia”, ha zanjado.
En cuanto a la alternativa a los deberes, el juego, los niños no parecen tenerlo fácil a juzgar por la encuesta de Ceapa. Aunque la mayoría mostró su preferencia por las actividades con sus amigos en la calle, el lugar en el que juegan con más frecuencia es su casa (45%). Cuatro de cada 10 se quejó de tener pocos espacios para hacerlo en su barrio y casi uno de cada 10 aseguró no tener ninguno. Pazos ha reivindicado también la recuperación de la calle para los chavales de primaria y secundaria: “Del parque con sus padres, que es una opción cuando son pequeños, pasan a su casa a medida que van creciendo”.