Luis Guillermo Patiño es licenciado en Educación y, tras ejercer como profesor de Primaria, recaló en la docencia universitaria especializándose en Derechos Humanos y cultura política. Lleva solo un año en el cargo de secretario de Educación de Medellín pero ya tiene muy bien definidas sus líneas de actuación. Habla con entusiasmo y convicción durante la media hora larga que nos concede un caluroso mediodía de principios de marzo en esta ciudad de la eterna primavera.
¿Cuál es el reto educativo más importante tras el Acuerdo de Paz aprobado en el Congreso?
Desde hace tiempo se trabaja la paz y la convivencia en las instituciones educativas. Pero ahora tenemos en Medellín un programa específico de reinserción para los niños, jóvenes y personas adultas que estaban en el monte con las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y que en estos momentos, tras el cese del conflicto armado (este empezó a mediados de los años sesenta), se están desplazando a campamentos para ir haciendo efectiva la desmovilización y entrega de armas; y para ir preparando la reinserción a la sociedad civil.
Los menores de 17 años que no puedan ser atendidos por sus padres serán acogidos en el Instituto de Bienestar Familiar y recibirán la educación que precisen. Los jóvenes se acogerán a procesos de reinserción laboral. Y los guerrilleros analfabetos aprenderán a leer y a escribir y también recibirán formación para el trabajo. Todas estas personas llegarán a la ciudad dentro de un año aproximadamente. Y hay que estar preparados para su acogida.
Ustedes tienen un eslogan que ha dado la vuelta al mundo: “Medellín, la más educada”. ¿En qué fase se encuentra?
Nuestra política educativa se sustenta en tres pilares. El primero es el de la educación por la equidad. Actualmente hay muchas diferencias entre los centros públicos y privados y entre las distintas zonas. Hay que lograr que todos ellos reúnan las mismas condiciones dentro de un proyecto de formación integral. Por otro lado, solo la mitad del alumnado termina el ciclo medio de Bachillerato (corresponde a los grados 11 y 12, que suele coincidir con la edad de 16 y 17 años). Hay que dar nuevas oportunidades al alumnado con dificultades académicas y de convivencia. La educación es el mecanismo del gobierno municipal para romper los círculos de violencia, pobreza y exclusión social.
¿Y ante esta situación, qué medidas han tomado?
Realizamos un trabajo especial con protocolos y programas contra la violencia, el maltrato y el bullying, de mejora de la convivencia y de comunidades protectoras (programa que busca generar espacios en los niñas, niños y adolescentes –incluso desde la gestación– para que estén seguros y tengan la posibilidad de formarse y educarse con calidad. Es un programa de carácter integral que cuenta, además, con las secretarias de Seguridad y Convivencia, Inclusión Social, Familia y Derechos Humanos, Cultura, Participación y Desarrollo Económico; y con la colaboración de los líderes comunitarios y varias organizaciones locales).
También hemos aumentado el número de becas para estudiar en los colegios y universidades. Por otro lado, favorecemos la creación de equipos docentes en la educación pública. Esta atención específica se concreta en el impulso de los CAI (Centros de Atención Inmediata), que están dotados de más agentes educativos de apoyo, psicólogos y otros especialistas; y con convenios de colaboración con empresas para desarrollar proyectos como el de directivos como líderes transformadores.
Asimismo, hemos articulado una línea de formación intensiva para la docencia donde se trabajan las competencias del desarrollo humano. De ello se encarga el MOVA (Centro de Innovación del Maestro: espacio que propicia, promueve e integra las dimensiones del ser, el saber y el crear de los maestros y a la vez posibilita experiencias personales y profesionales encaminadas a la generación de prácticas educativas diversas y contextualizadas. Está formado por funcionarios de la Secretaría de Educación, investigadores universitarios y maestros de los diversos niveles educativos en comisión de servicio).