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Los compositores entran en el aula es un projecto que, visto desde la perspectiva de las niñas y niños que han participado, pasa por tres momentos que no olvidarán con facilidad.
El primero es responsabilidad de la maestra de Música del grupo clase en el que se desarrolla la experiencia. Un día llega a la clase y escucha durante unos minutos una pieza de música contemporánea escrita por un compositor catalán vivo, un aspecto importante, como veremos. Si los abuelos del alumnado escuchasen la música que les ha propuesto la maestra, muy probablemente se pondrían las manos en la cabeza y la calificarían de sonido extraño que no tiene nada que ver con la música. Pero no es así; en esto los abuelos se equivocan. Después de una elección atenta, la maestra ha hecho escuchar al grupo parte de la obra de un compositor relevante.
La música acostumbra a sorprener también a niñas y niños, pero menos de lo que los adultos esperan. Lo escuchan, hablan y comentan algunos de los aspectos relevantes -ritmos, timbres, dinámicas, estructura, carácter…-, la vuelven a escuchar y se dan cuenta de detalles que les habían pasado por alto.
En las sesiones siguientes la maestra hará que la vuelvan a escuchar y les guiará hacia nuevos descubrimientos para que se fijen en algún nuevo aspecto que considera relevante. En fin, la clase se va acavando y todavía no les ha dado la información que más les sorprenderá: durante las próximas sesiones van a componer su propia obra hecha según el estilo de la que han escuchado.
Les pide que en pequeños grupos compongan una obra musical usando los parámetros que han analizado y que seguirán estudiando en los siguientes días. Pero hay más: les informa de que, cuando hayan acabado, el músico profesional que ha compuesto la obra que acaban de analizar vendrá a su clase a escuchar las creaciones de cada grupo, a discutirlas y mejorarlas conjuntamente. Muchos se quedan con la boca abierta de sorpresa y emoción.
Antes de llegar al segundo momento inolvidable, pasarán dos o tres meses en que una parte de la clase de música se destinará a crear la pieza y a ensayar la ejecución. Son sesiones de debate, de trabajo en equipo, de pruebas y comentarios sobre diferentes elementos musicales. También son momentos para ceder y aceptar las propuestas de los y las compañeras, para mejorar lo que el otro que sugerido, por pulir una y otra vez el trabajo… Un aprendizaje complejo de música y de valores. Unas clases en las que la maestra les acompaña en todo momento, escuchando, haciendo preguntasa, pidiéndoles que se replanteen algunos de los aspectos de sus propuestas y que busquen soluciones.
La llegada del compositor
Un trabajo musical intenso, hecho en profundidad y, como todas las cosas creativas, aparentemente poco ordenado yendo arriba y abajo, algunas veces sin demasiada sistematización. Al orden se llegará poco a poco y más adelante.
Esta larga preparación nos deja a las puertas del segundo momento inolvidable: el día que el compositor viene a la escuela, entra en clase, se presenta, escucha lo que han compuesto los diferentes grupos -¿Os imagináis tocar delante de un compositor reconocido una pieza inspirada en su obra?-, les hará alguna pregunta para situarse y se pondrán, juntos, a mejorar la obra de cada grupo.
Este rato destinado a mejorar cada creación es uno de aquellos momentos de aprendizaje condensado que se dan pocas veces en la vida, pero que sirven para dar un salto que de otra manera exigiría varios años, o no se daría nunca.
Niños y niñas trabajando con un compositor con una atención, intensidad y ganas de aprender extraordinarias; de aprender con un respecto casi reverencial hacia un músico de verdad.
¿Y de qué hablan el músico y el alumnado? Eso depende de las cualidades de la obra que han creado, de lo que expliquen las niñas y niños y de los aspectos que al compositor le parecen mejorables. Es frecuente que analicen asuntos como la manera de expandir algunas ideas musicales que han quedado abruptas, que mejoran los conectores entre una frase musical y otra, que buscan cómo sacar nuevas posibilidades tímbricas de los instrumentos que tienen en clase, o que hablan sobre lo que han de hacer para interpretar con más expresividad y carácter de su obra.
En algunos casos se han producido momentos de debate en los que niñas y niños han llevado la contraria al compositor y, si el tema era opinable, este ha aceptado las propuestas del grupo aunque no las compartía. Una magnífica lección para la vida; un ejemplo de conducta democrática. En fin, un mundo de aprendizajes un completo programa musical que alguno se encargará de grabar en vídeo, analizar y recoger en una tesis doctoral útil. Pero la sesión con el compositor se tiene que acabar; se despiden, algunos le piden autógrafos y, de nuevo, niñas y niños se quedan con cara de haber vivido un día especial.
Y… el concierto
Pero no hay proceso de creación musical completo sin concierto, sin las presentación en la sala de audiciones y ante un público atento a la obra que tanto trabajo ha dado. Este es el tercer momento especial del proyecto. Después de la visita del compositor y durante las siguientes clases, los grupos han perfeccionado sus respectivas creaciones, han sacado partido de las indicaciones que les han dado, las han probado y, poco a poco, las han encajado del todo en la obra. Ahora la tienen acabada y a punto para darla a conocer. Para eso se han programado un concierto que compartirán con las clases de tres o cuatro colegios que han participado en la experiencia.
El día señalado se juntan unos cientos de alumnos, el profesorado participante y algún invitado en la sala Alícia de la Rocha del Auditorio de Barcelona. Los familiares del alumnado no asisten: además de hacerse en horario laboral, se quiere un concierto casi íntimo, centrado en la música, en el que se ofrecen mutuamente las creaciones, para desgustar la singularidad del momento y convertir esta oportunidad en una vivencia diferente.
De todas maneras, si las escuelas lo consideran, tendrán ocasión de mostrar a las familias el trabajo realizado en las fiestas de final de curso. Ese es el apropiado para las fotos de recuerdo.
Si se quiere conseguir una atención intensa, los conciertos no han de ser largos. El alumnado entra en la magnífica sala, los acomodadores los acompañan a sus respectivos sitios, se hace el silencio, se apagan las luces, los focos iluminan a la persona que les da la bienvenida y comienza la música. Se recuerda la obra del compositor mientras se proyectan fotos d elas niñas y niños trabajando y, todo seguido, los pequeños grupos de trabajo tocan sus piezas. Como siempre: angustia, un poco de miedo, cuidado para hacerlo bien y satisfacción.
Cuando se han escuchado todas las piezas, un intérprete profesional toca una breve obra de música contemporánea, que siempre que es posible se ha escuchado antes en clase y el concierto se da por terminado. Salen eufóricas y eufóricos de la sala: ha tocado su obra en el Auditorio.
El proyecto Los compositores entran en el aula tiene más aspectos que comentar, más trabajos imprescindibles para provocar la vivencia y los aprendizajes que hemos comentado. Un equipo elige las obras y contacta con los compositores para pedirles su participación; este equipo forma a las maestras y maestros de música que implicarán a niñas y niños de sus clases, las direcciones de los centros aceptan participar en el proyecto y mil detalles para organizazrlo todo.
Por otro lado, poco a poco se va formando un grueso de conocimiento sobre creación musical, sobre cómo aproximarse a la música contemporánea, sobre cómo colaborar con músicos profesionales y ayudarlos a entrar en la escuela y, en definitiva, sobre cómo disfrutar de la música conseguir sean mejores personas. Una serie de investigaciones y actuaciones que parten de una idea nacida dle Departamento de Didáctica de la Expresión Musical, Plástica y Corporal de la Universidad Autònoma de Barcelona, desarrollada por el equpo de trabajo Música del Mundo, Contemporáneas y Modernas del ICE de la misma Universidad, y recogida, impulsada y amplificada por el Servicio Educativo del Auditorio de Barcelona. Por muchos años.
Al final de este curso 2017-2018, cuarto año de la experiencia, han participado los siguientes compositories: Agustí Charles, Ramon Humet, Bernat Vivancos, Josep M. Guix, Joan Magrané, Raquel García Tomás, Hèctor Parra, Oliver Rappoport, Carlos de Castellarnau, Pablo Carrascosa y Octavi Rumbau.
Las escuelas implicadas han sido: Serralavella d’Ullastrell, Ponent de Terrassa, El Solell de La Palma de Cervelló, Serena Vall de Sant Andreu de Llavaneres, Alexandre Galí de Barcelona, Encants de Barcelona, Pereanton de Granollers, L’Olivera de Cabrils, Univers de Barcelona, Castella de Barcelona, Sant Felip Neri de Barcelona, La Roda de Terrassa, Ferrer i Guardia d’El Masnou, Francesc Macià d’Òrrius, El nou Patufet de Barcelona y El Carreró de Mataró.