1. Las pioneras
Helena Cortesina (1904-1984) En 1920 comenzó como actriz y en 1925 rodaba el primer largo dirigido por una mujer en nuestro país, que se exhibió a lo largo de varios años: La Flor de España o la leyenda de un torero.
Rosario Pi (1899-1967) Cofundadora de Star Films, productora de las obras de Perojo o Neville, en 1935 estrena El gato montés, primera cinta sonora dirigida por una española. Sus denuncias del machismo tardarían años en volver a verse en cine. Incomprendida por republicanos, que la consideraban cercana al Régimen, y por franquistas, que censuraban sus ideas poco femeninas, en 1938 dirige Molinos de viento, que no llegó a estrenarse.
Ana Mariscal (1923-1995) actriz, directora y productora, fue una gran estrella en los 40 y 50. En 1955 escribe y dirige la comedia Segundo López, aventurero urbano, con Tony Leblanc; una digna opera prima con influencias del neorrealismo italiano. De la decena de películas que dirigió, todas muy diferentes, destacan Con la vida hicieron fuego (1959), un drama bélico, y El camino (1963), basada en la novela de Miguel Delibes.
Margarita Alexandre (1923-2015). Después de la guerra llegaría a actuar en diez películas. En el rodaje de Puebla de las mujeres (Antonio del Amo, 1953) conoce al crítico Rafael Torrecilla, con quien funda su propia productora. En esa década dirige y produce Cristo (1953); La ciudad perdida (1954) y La Gata (1955), que fue la primera película rodada en Cinemascope con capital íntegramente español.
2. Josefina Molina (1936)
Directora de cine y de escena, guionista, realizadora y novelista. En 1969 se convierte en la primera mujer con título de directora/realizadora por la Escuela Oficial de Cine. Bregada en las series de la TV pública, en 1973 estrena su primer largo, Vera, un cuento cruel, adaptación de una historia de Auguste Villiers. Su siguiente película es ya un clásico de nuestro cine por su original propuesta a medio camino entre la ficción y el documental: Función de noche, de fuerte carga feminista, cuenta la crisis de una mujer de 45 años narrada por su protagonista real, la actriz Lola Herrera, quien detecta paralelismos entre su vida y la de Carmen Sotillos, el personaje de Delibes a quien encarna cada día en la adaptación teatral de Cinco horas con Mario. La cinta conserva todo su interés como estudio de una generación, la de la posguerra, que en el momento del rodaje construía nuevas formas de convivir.
Otro largo que brilla en su escasa y exquisita filmografía es Esquilache (1988), adaptación de la obra de Buero Vallejo Un soñador para un pueblo. La película acumuló diez candidaturas a los Goya. Molina, confundadora y presidenta de honor de la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA), recibió el Goya de Honor en el año 2011.
3. Pilar Miró (1940-1997)
Estudia Periodismo y Derecho y se gradúa en la Escuela Oficial de Cine, donde también fue profesora. Dirigió cine, televisión, teatro y ópera. Entre 1982 y 1985 fue Directora General de Cinematografía, y entre 1986 y 1989 de RTVE. Como directora de cine, dejó una obra personalísima que ha envejecido de manera desigual, pero contiene algunas perlas entre las que aquí destacaremos dos: El crimen de Cuenca y El perro del hortelano.
Basada en hechos reales de principios del siglo XX, la primera es un durísimo alegato contra la tortura, y también la única película española prohibida en democracia. La cinta estuvo secuestrada durante año y medio, y su realizadora fue objeto de un proceso ¡militar! que tuvo repercusión internacional. El Supremo autorizó el estreno en 1981; causó un gran impacto en la sociedad española y resultó un enorme éxito de taquilla. Sigue siendo una película sobrecogedora y necesaria, con una factura técnica e interpretativa de primer orden.
En 1996, un año antes de fallecer por infarto, Miró ganó dos premios Goya (dirección y guión adaptado) de los siete que consiguió su versión del clásico de Lope El perro del hortelano; la película respeta el libreto original; su hábil trasposición de los recursos narrativos del teatro al lenguaje cinematográfico y la calidad de sus interpretaciones la hace muy recomendable para cualquiera, y básica para estudiantes del bachillerato de Humanidades.
4. Patricia Ferreira (1958)
Se licenció en Ciencias de la Imagen y Periodismo y comenzó como crítica y periodista en TVE, RNE y Fotogramas. Trabajó en televisión como realizadora y guionista y en 2000 se estrena como directora: Sé quién eres se presentó en el festival de Berlín y le valió la nominación al Goya a la mejor dirección novel. En esta combinación eficaz de thriller psicológico y político, con una trama sorprendente narrada con inteligencia, melancolía y dureza, brilla especialmente la dirección de actores, una constante en los trabajos de Ferreira. Dos años después estrena El alquimista impaciente, primera adaptación de las aventuras del sargento Bevilacqua y la cabo Chamorro, los personajes de las novelas de Lorenzo Silva.
Su siguiente largo, Para que no me olvides, es un drama electrizante que resulta perfecto para estudiantes que se inician en el género; la reivindicación de los mayores, dentro y fuera de la familia (Fernando Fernán Gómez interpreta aquí uno de sus últimos papeles) es quizá el mejor y más emotivo acierto de esta película.
En 2012 estrenó Los niños salvajes, ganadora de la Biznaga de Oro en el festival de Málaga. A través de una narrativa sencilla y directa plantea el debate sobre los muros de incomunicación entre padres, hijos y profesores, y la necesidad de una educación de calidad. La integración natural del catalán y el castellano sería otro valor a añadir desde el punto de vista educativo.
Ha rodado también documentales y cortometrajes comprometidos con causas humanitarias. Desde el año 2001 es docente de Dirección en la Escuela de cine de Madrid (ECAM). Fue miembro de la Junta directiva de la Academia de cine entre 2009 y 2015 y desde el año 2006 forma parte de la de CIMA, asociación de la que es cofundadora. Su último trabajo para cine es la comedia dramática Thi Mai, rumbo a Vietnam.
5. Isabel Coixet (1960)
Es de las directoras más valorados fuera de España, sin distinción de género, y la única fémina del grupo de realizadores con cinco o más nominaciones a un Goya en Dirección. Su filmografía podrá gustar más o menos, pero el consenso en cuanto a la calidad de su factura y su dirección de actores es prácticamente unánime. Empezó en publicidad, terreno al que sigue aportando su creatividad. Con su primera película, Demasiado viejo para morir joven (1988) estuvo nominada a la Dirección Novel en los Goya de 1990.
Coixet se ha especializado en adaptar relatos y novelas. No resulta fácil destacar un par de cintas para iniciarse en la obra de esta estajanovista de nuestro cine, que opera su propia cámara, tiene su propia productora y desde 2003 filma una película al año y a veces dos. Ha rodado cintas de época y aventuras (A los que aman, Nadie quiere la noche), thriller (Mi otro yo), comedia (Aprendiendo a conducir) documentales (Viaje al corazón de la tortura, Esperando al juez Garzón) y sobre todo, drama, siempre a través de protagonistas femeninas que toman sus propias decisiones con mejor o peor fortuna. Mi vida sin mí fue su primer gran éxito internacional; una durísima reflexión sobre la perspectiva de la muerte que sembró el terreno para la sensacional La vida secreta de las palabras, otro drama impecable sobre las secuelas de la guerra y el poder redentor de los sentimientos, ganador de cuatro Goya, entre ellos el de Mejor Película. Nadie quiere la noche transcurre en Groenlandia en 1908 y cuenta la historia del forzoso entendimiento entre la audaz Josephine Peary, personaje histórico que se embarca en un peligroso viaje, y una humilde mujer inuit. La cinta ganó cuatro Goyas.
Su último largo, La librería, Mejor Película de 2017, es un drama, pero también una obra tierna, bonita y quizá la más asequible para un público que se esté educando en el lenguaje audiovisual; el amor por la literatura que transmite, la sensibilidad de sus planteamientos y el respeto por la coherencia de sus personajes hacen de ella una película especialmente recomendable para ese colectivo sin edad que son los devoradores de libros.
6. Dunia Ayaso (1961-2014)
Prematuramente desaparecida, fue la mitad del tándem Ayaso-Sabroso; su unión personal y creativa cimentó una almodovariana etiqueta de “petardas” que ejemplifica el espíritu lúdico que impregnó Madrid en los 90. Ayaso y Sabroso reinventaban con humor los lugares comunes del género que se les pusiera por delante. En 1994 estrenaron Fea, que más adelante se consideró primera parte de una trilogía gamberra formada por esta cinta, por la exitosa comedia coral Perdona bonita pero Lucas me quería a mí (1997), y El grito en el cielo, un fracaso de taquilla que frena momentáneamente su carrera. Dunia sigue escribiendo y dirigiendo espectáculos variopintos con un indiscutible sello de autoría hasta que El Deseo produce Descongélate (2003), una comedia con elementos de humor negro que anticipaba la transición a otros géneros, materializada en Los años desnudos (2008), ya más cerca del drama, y en La isla interior. La de Ayaso fue una carrera particular que merece la pena repasar. Uno de los premios del Festival de Málaga lleva su nombre.
7. Gracia Querejeta (1962)
Estudió Historia Antigua en la Complutense. Es hija del difunto productor Elías Querejeta, uno de los últimos “productores-autores” de nuestro cine. Sus películas más significativas descansan sobre un conflicto pasado que estalla, por la razón que sea, en la vida de unos personajes, casi siempre mujeres o chicos jóvenes, con relaciones afectivas muy potentes, generalmente mal resueltas. Empezó como auxiliar de dirección en Dulces horas (1981), de Carlos Saura. Después de varios cortos, estrena Una estación de pase, Premio Especial del Jurado en la Seminci, que narra con sensibilidad el final de un verano a través de los ojos de un chico que descubre su entorno, se mete donde no le llaman y accede a la madurez. En 1996 adapta la novela de Javier Marías Todas las almas en El último viaje de Robert Rylands, y en 1999 estrena Cuando vuelvas a mi lado. En 2004 estrena Héctor: Mejor Película en el Festival de Málaga, la historia de un chaval de 16 años a quien la vida obliga a tomar decisiones importantes demasiado pronto. Más adelante, Siete mesas de billar francés (2007), después vinieron 15 años y un día (Mejor Película en Málaga), muy recomendable para espectadores de la edad del co-protagonista, con ese abuelo de carne y hueso que encarna el siempre correcto Tito Valverde, y Felices 140, su último largo estrenado.
8. María Ripoll (1964)
Es una de los pocos directores españoles que han superado el millón de espectadores en salas. Su comedia Ahora o nunca, con Dani Rovira y María Valverde, convirtió a Ripoll en la directora española más taquillera de todos los tiempos.
Estudió Cine en la Politécnica de Cataluña y en La Fémis. Como ayudante de dirección colaboró con directores como Agustí Villaronga o Bigas Luna. Completó su formación en el American Film Institute y en la UCLA. Rueda algunos cortos y en 1998 dirige su primer largo, Lluvia en los zapatos, una comedia romántica con toques de género fantástico rodada en Londres, con Penélope Cruz, por la que fue nominada al Goya en Dirección Novel. En 2001 dirige la comedia Tortilla Soup en Estados Unidos y, de vuelta en España, estrena el thriller Utopía (2003) y la peculiar Tu vida en 65′ (2006), basada en una obra de Albert Espinosa, que aborda la muerte y el amor desde un humor inteligente. En 2014 dirige el que hasta ahora es su único drama, Rastros de sándalo, que gana varios premios internacionales, y en 2016 estrena su última comedia, No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas.
La obra de María Ripoll contiene otra cinta muy recomendable: Cromosoma Cinco, un mediometraje documental que sigue la historia de superación de una familia desde el nacimiento de Andrea, una preciosa niña aquejada de un extraño síndrome.
9. Iciar Bollain (1967)
Directora, productora y guionista, fue primero actriz. Con 16 años protagonizó la icónica El sur, de Victor Erice (1983). En 1991 funda la productora La Iguana, y bajo ese paraguas dirige sus propios guiones; en 1995, año en que también publica un libro sobre Ken Loach, debuta en la dirección con Hola, ¿estás sola?, la historia de iniciación a la vida adulta de dos amigas de veinte años; pero siguió actuando en cintas como Tierra y libertad, de Ken Loach, o Leo, de José Luis Borau.
Las películas de Bollaín abordan historias de rebeldía u oposición a contextos y situaciones injustas o indignas para sus personajes. Su segundo largo, Flores de otro mundo (1999) es una gran película. Desde el punto de vista educativo su valor es incuestionable: la trama, localizada en un pueblo castellano en los años de la burbuja inmobiliaria, aborda varias claves tanto de la historia de España como de nuestra evolución sociocultural.
Inmigración, xenofobia, sexismo, vida rural, se acometen desde un punto de vista integrador y con una intención pedagógica reconocida que Bollaín mantiene con éxito a lo largo de su obra posterior. La imprescindible Te doy mis ojos (2003) cuenta la historia de cómo Pilar, víctima de violencia de género, se libera de las cadenas que la atan a esa vida de maltrato. La cinta arrasó en la XVIII edición de los Goya y ganó cerca de 40 premios internacionales. Su siguiente largo, Mataharis, es otra historia de mujeres que parece género negro y es mucho más; con su talento para reflejar lo cotidiano sin retórica, hurga en las vidas, a veces trágicas, a veces emocionantes, de tres detectives privadas que intentan conciliar sus trabajos con sus vidas personales.
En También la lluvia (2010), una película dentro de una película, Bollaín se atreve con una producción “grande”, con exteriores espectaculares, para seguir apostando por la búsqueda de la dignidad y la justicia social; imperialismo, colonialismo y la infinita avidez de las multinacionales en el contexto de la Guerra del Agua de Cochabamba (Bolivia) en abril de 2000. Solo un año después rueda en Nepal Katmandú, un espejo en el cielo, el periplo de una profesora catalana empeñada en importar sus métodos a una escuela de allí. Su siguiente largo, En tierra extraña (2014), es un documental sobre los jóvenes españoles que han emigrado tras la crisis. Y el último, El olivo, es otra historia de David contra Goliath contada en clave de roadmovie con conciencia ecologista.
10. Carla Simón, Paula Ortiz, Leticia Dolera y Mar Coll
Estas tres directoras, con una o dos películas a sus espaldas, han demostrado ya una solvencia y un talento que invitan a cualquier aficionado a seguir sus futuras trayectorias.
Paula Ortiz (1979) es licenciada en Filología Hispánica y doctora en Teoría de Escritura de Guión de Cine. Estudió Dirección en la Universidad de Nueva York donde, además de varios cortos, empieza el guion de su primer largo, De tu ventana a la mía. La cinta, que fue candidata al Goya a la Dirección Novel, es un drama femenino y feminista que narra tres historias entrecruzadas en tres épocas convulsas, con una poética puesta en escena. Paula combina su trabajo audiovisual con una sólida carrera académica; fue investigadora y profesora de la Universidad de Zaragoza y ha publicado dos libros y muchos artículos de investigación sobre guion y narrativa. En 2015 adaptó en La novia Bodas de sangre, de Federico García Lorca, con aplauso casi unánime de la crítica. Versos, canciones, paisajes preciosistas y una gran dirección artística y de vestuario transmiten las interioridades de una mujer dividida entre el deber y la pasión.
Leticia Dolera (1981) es una celebrity comprometida con la defensa de los derechos de las mujeres y la lucha contra la violencia de género. Como actriz, ha intervenido en cerca de veinte películas, entre ellas las de su amiga Paula Ortiz. Dirigió cuatro cortos antes de estrenar su hasta ahora única película como directora, que también protagoniza, Requisitos para ser una persona normal: una comedia romántica rodada con profesionalidad y cariño que sorprende por la naturalidad de los actores y la ternura que envuelve a la historia, por la que estuvo nominada al Goya a la Dirección Novel.
Mar Coll (1981) se graduó en dirección en la Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya (ESCAC). Su primer largo, Tres dies amb la família (2009), mejor dirección en el Festival de Málaga y Goya a la Dirección Novel, narra las relaciones y conflictos de un clan de la burguesía catalana, especialmente los de sus mujeres. En la segunda, Tots volem el millor per a ella (2013) vuelve a mostrar su fascinación por los personajes femeninos, esta vez a través de la compleja figura de una mujer que sufre las secuelas de un accidente. Ambas narran con contención, desde el respeto y sin artificios, intensos conflictos con la familia como eje.
Con el guion de su opera prima Verano de 1993, Carla Simón (1986) participó en el Talent Campus de la Berlinale y otros programas internacionales de desarrollo. La Academia seleccionó esta película, rodada en catalán, para representar a España en los Oscar. Carla ganó el Goya a la Mejor Dirección Novel, y entre otros premios nacionales e internacionales obtuvo, precisamente, el Dunia Ayaso que entrega la SGAE en el Festival de Málaga. El jurado reconoció el valor de “un retrato veraz y sutil de la infancia, que muestra un profundo equilibrio en el tratamiento de los personajes femeninos”.
Eloísa Villar (Madrid, 1975) es periodista y documentalista. Desde el año 2000 trabaja en la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, donde ha desempeñado diversas tareas, primero en sus publicaciones periódicas, después en el departamento de Comunicación y en los últimos años en el de Archivo y Documentación.