Camila fue víctima de acoso escolar con 10 años. Desde los 3 años llevamos soportando insultos y descalificaciones racistas en el colegio, en los parques… Por el mero hecho de que su piel sea más oscura y menos aceptada porque así lo marcan los estereotipos establecidos por la sociedad. Llevamos años intentando empoderarla, hacerla fuerte, que tenga autoaceptación de sus raíces afrodescendientes.
Tras años de acoso, protocolos mal ejecutados, negligencias por parte de profesorado, monitores, secuelas psicológicas…, tomamos la determinación de interponer una demanda para que se asuman las responsabilidades necesarias en el caso de nuestra hija.
Hemos decidido emprender esta andadura –que no ha sido nada fácil, ni económicamente, ni por tiempo, ni por exposición– para que en España y en el mundo entero se realice un cambio que es urgente y extremadamente necesario. No podemos ni debemos, como sociedad, seguir echando la vista a un lado, sin importar el sufrimiento del niño al que diariamente machacan sus compañeros ante el beneplácito de directivas y profesorado, paternalizando la situación y culpabilizando al niño afrodescendiente, chino, gitano, etc. por ser demasiado sensible ante los insultos racistas de sus compañeros.
No son cosas de niños
Cuando decidimos demandar a la Comunidad de Madrid, nos advirtieron sobre los peligros de hacerlo, y así ha sido. Nos hemos visto juzgados por supuestos profesionales que deben proteger a la familia y a los menores, han llegado a poner en duda nuestra capacidad de crianza, culpabilizando y señalando a nuestra hija, incluso, como hipersensible y mentirosa.
Hemos sido víctimas de racismo institucional en el más cruel de sus estadios.
Es urgente que los poderes políticos comiencen a legislar en lo que se refiere a víctimas de racismo institucional, que se modifiquen las normativas educativas españolas, los protocolos de prevención de acoso escolar. Que se incluya el RACISMO. Es una palabra que duele, que lastima, pero es necesario hablar de ella y visibilizar lo que nuestros hijos pasan a causa de ello diariamente.
Exigimos que se imparta formación a los profesionales de la educación en lo que se refiere a la etnología, prevención de racismo y acoso escolar.
El tiempo es hoy. No podemos permitir que haya más víctimas, más niños heridos o suicidios.
Hoy no es el juicio de Camila solamente. Es el juicio de todos, de todas las víctimas que han soportado el peso sobre sus pequeños hombros y en silencio del acoso escolar y del racismo.
Exigimos una sentencia justa y ejemplar, y sembrar precedentes para un cambio social y político. Por nuestros hijos, #suspensoalRACISMO.
Petra Ferreyra