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Las dudas continúan, o aumentan, cuanto más se acerca el final del curso. Con los centros del país enfrascados en labores de desinfección e intentando afrontar una posible apertura de sus puertas, aunque solo sea para realizar labores administrativas de cierre de curso y de preparación del próximo.
A lo largo de esta mañana, el Ministerio de Educación, así como las consejerías del ramo de las comunidades autónomas, mantendrán una reunión de la que, en principio, deberían salir con algo más de información sobre la manera en la que se podrían desarrollar, por una parte, las actividades de verano con las que se intente recuperar el contacto con niñas, niños y adolescentes con el aprendizaje y, por otra, el inicio del próximo curso lectivo. Aunque siempre con la sombra de que es la situación sanitaria la que definirá todo.
La idea lanzada por la ministra, Isabel Celaá, de que los centros posiblemente tendrían que abrir con el 50% de la ocupación de alumnado a partir de septiembre, contrapeando los subgrupos entre la presencia en las aulas y la permanencia en casa, no parece haber aliviado las dudas, sino más bien haberlas incrementado. No son pocos los problemas organizativos derivados de esta «multiplicación» de los grupos, así como para los docentes que eventualmente tendrán que gestionar dos aulas al mismo tiempo, la virtual y la presencial.
Se acerca el fin de una semana en la que organizaciones como Save the Children reclaman a las autoridades una apuesta clara por aumentar la inversión educativa (un mínimo de 4.200 millones de euros) para poder contratar personal de cara a aumentar los apoyos en el aula, con más orientadores, más PTSC y con la mirada puesta en los posibles planes PROA que deberán ponerse en marcha tras las vacaciones de verano.
Una semana, además, en la que el Sindicato de Estudiantes ha lanzado también un órdago hablando de huelga general en educación si se les obliga a volver a las aulas sin que haya unas medidas claras de protección frente a la pandemia. La organización estudiantil también reclama la multiplicación de la inversión para hacer efectivas esas ratios de 15 alumnos por aula (habría prácticamente que duplicar el número de docentes), así como para la puesta en marcha de la construcción de nuevos centros educativos que pudieran hacer frente a ese desdoble generalizado de las aulas, frente al que propone Educación.
Y mientras, cada comunidad autónoma elaborando sus propios planes de desescalada educativa. Eukadi ya anunció la vuelta a las aulas con mayor cantidad de estudiantes de los previstos inicialmente por el Ministerio (en este caso solo los de cursos terminales de la secundaria obligatoria y postobligatoria). Y con la vista puesta en las imágenes de la vuelta a los centros escolares de niños y niñas en Francia.
No se espera que de la reunión de hoy de la Conferencia Sectorial salga un plan definitivo de qué ocurrirá a partir de septiembre. Pero sí, al menos, comenzar las negociaciones para intentar fijar algunos de los escenarios posibles tras el verano con los que llegar a esas fechas con diferentes alternativas ya pactadas y fijadas y evitar, así, lo ocurrido en marzo tras la declaración del estado de alarma. El objetivo, tener el sistema educativo preparado para casi cualquier eventualidad derivada de la situación sanitaria.