La vuelta a la escuela, dentro de pocos días, es uno de los momentos más críticos en la gestión de la pandemia de la Covid-19. Un par de días antes de que se decretara el estado de alarma y comenzara el confinamiento, el mes de marzo, todos los centros educativos detuvieron su actividad presencial. En septiembre, sin embargo, las administraciones educativas garantizan que se reanudará la normalidad, a pesar de que la incertidumbre todavía planea sobre cómo será la vuelta.
«El momento más crítico de la pandemia desde el minuto cero», la vuelta a las clases, genera muchas dudas entre profesionales de la educación y de la salud y entre las familias. A fin de aclarar si la capacidad de transmisión de la Covid-19 que tienen los niños es diferente de la de otros grupos de edad, el Hospital Sant Joan de Déu ha publicado un estudio que revela que los niños y niñas transmiten el coronavirus seis veces menos que el global de la población.
El trabajo, que ha analizado durante cinco semanas un total de 22 centros de verano con muestras de 1.905 niños y monitores, concluye que el índice reproductivo de la Covid-19 ha sido del 0,3 en estos espacios lúdicos. Durante el mismo periodo, el área metropolitana de Barcelona, de donde eran todos los centros que se han utilizado como muestra, tenía un índice de reproducción de entre 1,7 y 2 puntos. Así, la tasa de transmisión del coronavirus era seis veces inferior en centros lúdicos y deportivos que en el global de la ciudad barcelonesa.
Un 4,7% de los contactos se contagiaron a partir de los 30 casos iniciales. El índice de reproducción, de 0,3, fue seis veces inferior al del global de la población
En concreto, durante las cinco semanas del análisis se dieron 39 casos de Covid-19, de los cuales nueve fueron entre los monitores y 30 entre los 1.905 niños que participaron como muestra. La treintena de niños y niñas estuvo en contacto con un total de 253 personas que formaban parte de sus grupos estables de convivencia. De estas, solo 12 contrajeron el virus. En porcentaje, supone que un 4,7 % de los contactos contagiaron a partir de los 30 casos iniciales.
Para rizar el rizo, el Sant Joan de Déu especifica que 22 de los 30 niños positivos, un 73%, no contagiaron a ninguna otra persona. De entre los siete restantes, cinco transmitieron el virus a un contacto, un par a dos y un único caso a tres personas. De estos datos se extrae que la tasa básica de reproducción local del virus (Ro) era del 0,3 en las colonias analizadas.
El estudio, uno de los más amplios a nivel internacional para medir la transmisión del SARS-CoV-2 entre la infancia, no encuentra diferencias dentro del grupo infantil: «Los más pequeños [menores de 12 años] han mostrado la misma capacidad de transmisión de la enfermedad que los más grandes [de 13 a 17 años] «, dice el comunicado emitido por el Sant Joan de Déu.
«Participamos convencidos para averiguar qué puede ir bien para prevenir la Covid-19 y ha pasado lo que pensábamos: manteniendo el protocolo de higiene, distancia… los centros recreativos han podido salir adelante con éxito», explica Josep Mª Valls, portavoz de la Fundación Catalana del Esplai (Fundesplai). «Visto desde la perspectiva del mes de abril o mayo, ha ido muy bien. Es la primera actividad en la que los niños han socializado y han disfrutado de su derecho después del confinamiento», añade.
Entorno similar al escolar, pero no extrapolable
«Las actividades se han desarrollado en un entorno similar al de una escuela, implementando medidas básicas de contención de riesgo como el lavado de manos frecuente, grupos burbuja reducidos, mascarilla y actividades principalmente al aire libre», dice el informe del Hospital que ha coordinado el estudio. «Hemos reproducido unas condiciones similares a las que nos encontraremos en la vuelta a la escuela», explica Juan José García, jefe de Pediatría en el Hospital Sant Joan de Déu y coordinador de Corona Kids, la plataforma del SJD que ha realizado estudio.
En efecto, el resultado es esperanzador de cara a la vuelta a la escuela: «Da pistas para abrir las escuelas en septiembre de una forma segura y controlada, aplicando medidas como las de los centros de verano», asegura Iolanda Jordan, coordinadora de investigación pediátrica de Corona Kids. Con grupos burbuja, utilización de mascarilla y lavados de manos frecuentes «se conseguirá mantener la transmisión a niveles muy bajos y garantizar el funcionamiento normal de la mayoría de las escuelas», pronostica Jordan.
El estudio no es extrapolable a las aulas: «Los centros son al aire libre, donde sabemos que la infectividad es 20 veces inferior a la de espacios cerrados»
Sin embargo, los mismos investigadores avisan de que «la mayor parte de las actividades de los centros se han hecho al aire libre y con grupos pequeños, de forma que los resultados no son directamente extrapolables en otras condiciones». Esto lo expone el experto en gestión epidemiológica, Àlex Arenas, quien rebaja las esperanzas y asegura que «la incidencia cuando se hizo el estudio era mucho más baja que la actual» y, como los mismos autores reconocen, «los centros son al aire libre, donde sabemos que la infectividad es 20 veces inferior a la de espacios cerrados».
Además, los firmantes del estudio reconocen que las cinco semanas en las que han tomado muestras es un periodo «corto», lo que se convierte en una «limitación a la hora de extrapolar los resultados». En la misma línea, explican que se están realizando «seguimientos clínicos a los contactos para detectar posibles falsos negativos».
Sea como fuere, la Generalitat catalana valora positivamente el estudio. «Estamos construyendo las evidencias y el estudio puede aportar ideas para la toma rigurosa de decisiones», declaró la consejera de Salud Alba Vergés, en referencia a los protocolos para la vuelta a las escuelas e institutos.
El problema: las aulas, no los niños
Con este nuevo estudio de la plataforma Corona Kids del Hospital Sant Joan de Déu crece la evidencia científica entre los expertos de que los niños no se infectan más que los adultos ni son focos de infección, tal como se presumió en algunos momentos al inicio de la pandemia. Otro trabajo de Corona Kids estudió entre abril y mayo un total de 411 familias, con 724 niños, en las que al menos un progenitor había contraído la Covid-19.
Las conclusiones apuntaban a que «un 17,5 % de los niños que han convivido con un padre o madre enfermo de Covid-19 también ha contraído el virus», mientras que el porcentaje de los adultos era del 18,9 %. Los investigadores concluyeron que «los niños se infectan al igual que los adultos cuando están expuestos a una fuente de infección». Ahora bien, «la enfermedad se manifiesta mucho más levemente», ya que «más del 99 % de los menores no mostraban síntomas o estos eran poco importantes», dice el informe.
Las conclusiones son compartidas con otros estudios similares, que «demuestran que la Covid-19 puede provocar una carga importante de enfermedad en los niños, pero confirma que las enfermedades graves son menos frecuentes y que los ingresos hospitalarios precoces en los niños concluyen mejor que en los adultos» o que «es generalmente una enfermedad leve en niños, incluidos los bebés» y «el resultado fatal es generalmente inusual».
Así las cosas, la problemática no radica en ninguna especificidad de los niños, que infecta igual o menos que el colectivo adulto y requiere menos ingresos, sino en las condiciones de la vuelta al colegio. Salud y Educación han realizado varios anuncios de las medidas que se tomarán: a mediados de agosto crearon un protocolo insuficiente, a la vista de muchos expertos epidemiólogos, y hace pocos días anunciaron que la mascarilla sería obligatoria a partir de secundaria y medio millón de tests PCR para el ámbito educativo.
Este jueves ha habido una nueva actualización, después de que todas las comunidades autónomas del Estado hayan aprobado una guía común. Entre las novedades hay que la mascarilla será obligatoria para todos a partir de los seis años.
Poco después, siete colectivos sindicales de profesorado catalán han emitido comunicado unitario en el que exigen a la Generalitat una bajada de las ratios de 10 alumnos en infantil, de 15 en primaria y «tan baja como sea posible» en secundaria y poder «garantizar la presencialidad de todo el alumnado a todos los niveles educativos».
Uno de los puntos fundamentales será la ventilación de las aulas, principal hecho diferencial entre los centros de verano en que se basa el estudio del Sant Joan de Déu y las clases de una escuela o instituto. La importancia es tal que un estudio prepublicado, que todavía está en la última fase de revisión, apunta a que la Covid-19 se expande hasta 20 veces más en un espacio cerrado que abierto, según avanza The New York Times.