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El aburrimiento, el estrés y la preocupación por el futuro más o menos inmediato. Este podría ser uno de los resúmenes que pueden hacerse de los datos obtenidos por la FAD en su barómetro sobre la juventud (Jóvenes en pleno desarrollo y en plena pandemia), centrado en esta ocasión en cómo han vivido el confinamiento y los meses posteriores. Hay más, por supuesto. En la otra punta se encuentra la valoración positiva que hacen de sus relaciones familiares y de amistad y cómo las han fortalecido en este tiempo.
El barómetro se ha elaborado con 1.200 entrevistas a jóvenes de 15 a 29 años, divididos en grupos de edad (de 15 a 19, de 20 a 24 y de 25 a 29 años). Un grupo, aseguran desde la FAD, representativo de la juventud tanto por género como por estrato socioeconómico.
Durante meses, sobre todo después de las fases de desconfinamiento, la juventud, en general, ha sido señalada insistentemente, como agente «peligroso», por ser descuidados y no protegerse ni proteger a sus personas cercanas en relación a la Covid. Algo que choca con los datos que arroja el estudio de la FAD en cuanto a la preocupación que para buena parte de ellos ha supuesto la pandemia, no tanto en su propia salud, sino por la posibilidad de contagiar a sus seres queridos.
Como en todo estudio sociológico, hay muchos matices que tienen que ver con el género (ellas se muestran más prudentes que ellos), como en cuanto a la edad (cuanto más jóvenes más destacan el aburrimiento durante el confinamiento y cuanto más mayores aumenta la preocupación por un futuro económico incierto y precario).
Entre las cosas que han aprendido durante los meses de confinamiento y hasta ahora, destaca que tener tiempo para sí es lo que más les ha impactado. Un 52,6% de las personas encuestadas así lo creen. En esta línea también estarían haber descubierto cosas buenas de la familia (42%) y de las amistades (38,3%) o que les agrade poder encerrarse a pensar en sí mismos (41,2%). Frente a esto, la falta de libertad de movimiento les resulta «terrible» al 43,5% y algo más del 35% no ha sabido qué hacer con su tiempo libre.
La mayoría de los preguntados se ha sentido cómodo con la convivencia forzada, bien fuera con su familia o con su pareja, durante este tiempo aunque, aseguran tambén en buena medida, que los contactos virtuales a los que toda la sociedad se ha visto abocada, no les satisfacen plenamente.
Preocupación por el futuro (63%), aburrimiento (60,2%), estrés (51,2%) y apatía (50,7%) con las cuatro sensaciones que más han golpeado a la juventud en los meses pasados desde marzo. En la otra punta, la depresión (36%) o la agresividad (28,5%).
Las diferencias por género son relativamente importantes en este punto. La preocupación por el futuro ha afectado más a chicas que chicos (69,5 frente a 56,8%), como el aburrimiento (64,2 vs 56,6%), el estrés (59,3 frente 43,4%) o la apatía (58,6 ante 42,7%). Mayor ha sido la sensación de ansiedad que ha afectado al 50,8% de las chicas frente al 33,5% de ellos.
El factor edad ha sido también imporante en estos casos. Preocupación por el futuro o el miedo a la enfermedad lo han sufrido más quienes son más mayores, mientras que el aburrimiento y la apatía han estado más presentes entre las personas más jóvenes.
La FAD también ha querido conocer cuáles han sido las fuentes principales de estrés entre las personas jóvenes y, claro, los estudios están en el primer lugar, seguidos del trabajo, la situación económica o la salud física y mental. Bastante por debajo han estado las relaciones con la familia, la pareja o amistosas.
De nuevo, las jóvenes se han sentido más estresadas, sobre todo con los estudios y el trabajo. También con la situación económica y con su salud física y mental. El único ítem que ha causado más estrés en ellos que en ellas han sido las interacciones en redes sociales.
Para hacer frente a la situación en estos meses, la diferenciación por géneros se muestra rotunda. Mientras ellas se han apoyado principalmente en hablar con su pareja, ellos lo han hecho jugando con videojuegos. Ambas cosas han sido el mayor apoyo para ambos sexos. Por debajo: escuchar música, hacer ejercicio, dormir…
Una vez terminado el cierre obligatorio, la mayor preocupación ha sido la posibilidad de contagiara a alguien de la familia, con un 42,9%, aunque nuevamente a ellas les afectó más que a ellos (50,3% frente a 35,7%). El miedo a los repuntes, a volver al confinamiento o a contagiarse han sido los demás miedos sufridos desde junio. Frente a esto, solo el 7,4% ha tenido miedo a volver al trabajo o al centro de estudios.