Somos una Fundación que ejercemos el periodismo en abierto, sin muros de pago. Pero no podemos hacerlo solos, como explicamos en este editorial.
¡Clica aquí y ayúdanos!
En su difusión recuerda que los organismos reguladores del sistema financiero en España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y el Banco de España (BdE), han puesto en marcha el Plan de Educación Financiera para “empoderar la competencia financiera”. Y afirma que la Fundación ONCE entiende que las personas con discapacidad tienen que disponer también de esa competencia financiera por lo que, junto con otras fundaciones “filantrópicas” dedicadas al emprendimiento, han desarrollo Finanzas Inclusivas para dar de alta a los usuarios en el recurso con el fin de que vayan adquiriendo conocimientos financieros.
Educar en el emprendimiento y la especulación financiera es mucho más que enseñar determinadas técnicas y conocimientos, es aprender a tener muy claras las reglas del capitalismo para ser ganadores en este juego.
La denominada “alfabetización financiera” se difunde en numerosos países a partir de las directrices sobre “buenas prácticas” de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en 2005, así como en función de documentos de carácter político elaborados desde el Banco Mundial. En el contexto de la modalidad habitual de convertir a las víctimas en culpables, se impone el imperativo de la educación financiera dado que, según estos organismos internacionales, las crisis financieras se deben precisamente a la ausencia de esta formación y se explican por decisiones financieras inadecuadas de la ciudadanía.
Se trata de formar desde el colegio y tan temprano como sea posible (OCDE, 2005) un “sujeto financiero” con el efecto esperado de una expansión e incremento del mercado financiero, de cara a crear “individuos educados financieramente para asegurar niveles suficientes de protección de los inversionistas y de consumidores, así como un tranquilo funcionamiento, no sólo de los mercados financieros, sino de la economía” (OCDE, 2005, 2) y serviría como una “herramienta para formar a las y los estudiantes en la cultura del emprendimiento”.
El Plan de Educación Financiera, promovido por la Comisión Nacional del Mercado de Valores y el Banco de España, se presentaba en la edición 2013-2017 como una herramienta que permitiría a las futuras generaciones “planificar su ahorro para la jubilación y la cobertura de sus necesidades de salud”. Un plan que propaga el miedo y la desconfianza hacia lo público, hacia las pensiones públicas y la sanidad pública; el miedo a una vejez sin recursos y sin sanidad colectiva, empujando a la población a aceptar la deslegitimación del Estado social y a asumir la necesidad de confiar su bienestar individual y su futuro a las entidades financieras privadas, a los fondos privados de pensiones que son los principales especuladores en bolsa y quienes fueron unos de los principales causantes de la peor crisis-saqueo que se ha conocido en los países del norte desarrollado industrialmente en las últimas décadas.
Porque en Educación Financiera, por supuesto, no se enseña a cuestionar ese modelo financiero, sino a reproducirlo. Las entidades y fundaciones que ‘forman’ explican cómo “preparar la jubilación” invirtiendo en fondos privados, cómo ahorrar depositando el dinero en los bancos “por si surgen imprevistos como la pérdida de empleo”, para asegurar la “cobertura de las necesidades de salud” o para “financiar los estudios”…
En las guías se transmite la ideología del capitalismo neoliberal mediante juicios morales y culpabilizando a las personas, evitando toda alusión a las causas estructurales: “Mucha gente trabaja duro durante años, pero por diversas razones nunca logra ahorrar y vive mes a mes en situación precaria. (…) Todos debemos adoptar el hábito de ahorrar”. La pobreza y la precariedad se transforman en un problema de mal comportamiento, de falta de ahorro y de formación, nada tiene que ver con las políticas y el sistema económico.
De esta forma, ya no sólo formarán los banqueros y las fundaciones que colaboran a los niños y niñas y a las personas con diversidad para ser emprendedores precarios, sino para que sepan invertir en bolsa y no corran el riesgo de ser unos excluidos… de la especulación financiera.