Bajo cinco epígrafes, el Ministerio de Educación y Formación Profesional ha resumido las 24 propuestas de modificación de la profesión docente para que comiencen las negociaciones de lo que podría convertirse en el primer Estatuto Docente, una demanda de los representantes de las y los docentes ya histórica.
Formación inicial, formación permanente, acceso a al profesión, especialidades docentes y desarrollo profesional docente son esos cinco puntos. La idea, como comentan fuentes conocedoras de las negociaciones, es que cada bloque pueda negociarse y aprobarse por separado, de manera que se puedan ir implementando algunas de las medidas que se proponen en ellos antes de que la totalidad haya obtenido el visto bueno definitivo de las partes.
Formación
Es uno de ls bloques más extensos, al menos, enel documento al que ha tenido acceso este periódico. En el se plantean medidas, en el caso de la formación inicial, relativas al Grado de Educación Infantil y Primaria y a los estudios de Máster para el profesorado de secundaria.
En ambos casos se plantea la posibilidad de poner en marcha pruebas específicas de acceso a ambos estudios. En el caso de los Grados, estas pruebas podrían medir la competencia comunicativa, el razonamiento lógico-matemático así como aspectos relativos a las actitudes y competencias de la profesión. En el caso de los máster, se habla de la necesidad de ciertos cambios que contemplen los requisitos del área de conocimiento y la posibilidad de que se creen complementos formativos dentro de estos estudios. También la creación de pruebas de acceso.
Una de las novedades es la posibilidad de que se promueva la puesta en marcha de asignaturas sobre didáctica en las facultades que, por lo general, más estudiantes que después acuden al master de secundaria. La idea es que puedan ya ir consiguiendo conocimiento sobre estas didácticas antes de llegar a los estudios habilitantes.
El documento también prevé una recisión de la oferta de másters, con una posible ampliación de su duración según las especialidades o el aumento de los créditos ECTS para que se pueda completar alguna formación más específica.
Como no podía ser de otra manera, el MIR vuelve a estar presente. En esta ocasiónen lo que se ha dado en llamar el Proceso de Iniciación a la Docencia (PID). Un tiempo durante el cual tendrá mucho peso la práctica, aunque no planteada como una especialización del docente como ocurre en el caso del personal médico. En este sentido sí se plantea la conformación de un sistema dual de formación según el cual, el estudiante compagine la parte lectiva realizada en la universidad y la «entidad colaboradora» con una «actividad laboral retribuida». Además, el documento contempla la necesidad, en este procedimiento, de la existencia de tutores que deben recibir reconocimiento y compensación por esta labor.
En paralelo, también se ve la necesidad de recorzar el prácticum del máster con un posible aumento de los créditos con lo que se podrían modificar las prácticas enlos centros «buscando la autonomía del estudiante y fomentando la co-docencia».
En relación a la formación permanente, el documento resumen de las medidas, resulta bastante críptico puesto que no especifica ninguna de las, según dice, cinco medidas que recoge el proyecto presentado a sindicatos y autonomías. En cualquier caso, dice que esta formación debe abordar todas las dimensiones del quehacer docente, desde la dirección hasta el trabajo específico del profesorado. En estas, por ejemplo, se habla de las tareas dentro del aula, en el ejercicio de la tutoría con las familias y el alumnado, de la colaboración en proyectos, o de participación en el centro educativo. El documento señala la importancia, eso sí, de «la utilización como referencia (…) de la competencia digital docente del profesorado», lo que parece abrir la puerta a un aumento de la formación a distancia en detrimento de la formación presencial o en el centro de trabajo.
Acceso a la profesión
El acceso es una de esas cuestiones de difícil resolución, siempre en un tira y afloja entre sindicatos y representantes políticos; entre si primar experiencia o formación, principalmente. El documento del Ministerio defiende la necesidad de reformular este proceso para que las y los aspirantes demuestren «la competencia científica disciplinar y los conocimientos, destrezas y actutudes referidos a la función» docente.
En este sentido, retomando la propuesta del PID, en este sentido, el documento propone cambios en el sistema de ingreso, acceso y cambio de especialización. En cualquier caso, expresa la necesidad de que el periodo práctico tras el acceso se realice en centros educativos y esté tutorizado por el mejor personal posible. En este punto, al menos así consta en el documento al que ha tenido acceso este periódico, no se hace mención a la posibilidad de reconocimiento o compensación a esta figura.
Dentro del capítulo del acceso, claro, no podía faltar la necesidad de actualización de unos temarios de oposiciones que se han quedado algo obsoletos; ni la necesidad de regularizar el acceso del profesorado técnico de FP al grupo de profesores de secundaria, o la posibilidad de vincular las especialidades del master de secundaria a las especialidades docentes.
Especialidades docentes
Se prevé una posible actualización de las especialidades existentes, así como la revisión de las atribuciones de algunas de ellas, específicamente, del profesorado de Audición y Lenguaje (AL) o de Pedagogía Terapéutica (PT). También se habla de la creación de habilitaciones docntes para ciertas funciones como las que se ejercen en los centros de educación de personas adultas, en los centros penitenciarios, quienes son los responsables TIC de lso centros o quienes imparten lenguas extranjeras.
Por último, se plantea la posibilidad de revisar las condiciones de cualificación y formación de los docentes de los centros educativos privados.
Desarrollo profesional docente
Aunque es el último punto, no es el menos importante. Y es el último precisamente por las dificultades que posiblemente traiga consigo.
El documento al que hemos tenido acceso es bastante críptico y le dedica cuatro líneas a este punto, pero son cuatro líneas importantes. En ellas, literalmente, se dice que «se plantea impulsar los procedimientos de evaluación del desempeño de la función docente y el reconocimiento y efectos del buen desarrollo profesional docente».
Los asuntos relativos a la evaluación del desempeño del profesorado siempre han sido muy polémicos. ¿Qué se mide? ¿Quién lo mide? ¿Qué impacto tiene esto en la nómina del profesorado? Son preguntas complejas cuyas respuestas costará bastante tiempo formular.