Cuando fue elegido rector de la Universidad Pompeu Fabra dijo que quería llevar a ella el modelo educativo de la de Oxford. ¿En qué consistía este modelo y ha conseguido aplicarlo?
El modelo educativo que queríamos implantar y que hemos implantado no es tanto el de Oxford como un marco educativo que llamamos edvolución, que significa educación-evolución. Es un marco que tiene en cuenta que los estudiantes no aprenden hoy igual no que hace diez o veinte años sino que hace tres años. Donde entra Internet lo transforma todo, la prensa, la comunicación, las agencias de viajes, todo… la educación también. Transforma la educación en cuanto a la tecnología que utilizamos pero también transforma cómo son las personas y cómo aprenden. Nuestra respuesta fue un marco educativo que ya hemos puesto en marcha. Yo empecé en abril de 2021 y en septiembre ya estaba en marcha el nuevo marco educativo. Éste es el segundo año académico en el que estamos implantando edvolución. En estos momentos, existe un 18-20% del profesorado que utiliza este marco. Lo estamos haciendo de forma voluntaria. Desde este mes de enero afecta al cien por cien del profesorado, porque los planes docentes y una serie de guías tienen que hacerlos todos. Uno de los temas que me había propuesto está implantado. El impacto que está teniendo es muy positivo.
¿Qué debemos entender por edvolución?
Edvolución significa menos magistralidad, aquello de que la profesora hace una clase magistral ante ochenta alumnos, que no quiere decir que no tenga que haberlas, y más de lo que llamamos “lección inversa”. La “lección inversa” es cuando un alumno en vez de ir a clase con una libreta en blanco y con un bolígrafo, va a ella después de haber hecho unas lecturas, visto unos vídeos, con un trabajo previo de contestar a unas preguntas; va habiendo estudiado la lección. El profesor, en vez de explicar cosas que están en estas lecturas y vídeos, lo que hace es aprovechar lo que ha hecho el estudiante y hace lo que no se puede hacer antes de clase: la interacción con el alumno, el profesor diciendo si ha leído esto o aquello, si tiene que tener en cuenta una cosa u otra, le hace preguntas… El método más convencional, que es el que existe en la mayoría de lugares, es, como digo, el alumno que va con una hoja en blanco apuntando pasivamente lo que dice el profesor y después lo que ha apuntado lo transmite si tiene memoria en un examen. Edvolución no es esto. Es mucha participación, reducir la magistralidad, mucha sesión de tutoría del profesor con grupos de cuatro o cinco alumnos. El profesor tiene la misma dedicación, pero mucho más personalizada y mucho más adaptada a cómo aprende el alumno hoy en día. Si vas con el sistema convencional, el alumno desconecta a los cinco minutos. Muchos no van a clase porque piensan que con los apuntes o youtube ya lo tienen todo. Con el sistema de edvolución el alumno debe ir a clase. Yo he seguido dando clases desde que soy rector, muchas menos eso sí, y los exámenes los hago orales desde hace muchos años. Los alumnos lo que me dicen es que lo agradecen. El ChatGPT que ha salido ahora no nos afecta. Edvolución es esto, un sistema distinto.
En la universidad, hace falta menos magistralidad y más interacción con el alumno
La educación, la universidad le apasionan. Fue una sorpresa que anunciara que renunciaba al cargo de rector a medio mandato. ¿Por qué lo hizo?
Muy sencillo. Esencialmente son tres factores. Hay uno que cuando lo anuncié, en septiembre, lo dije muy de pasada porque en ese momento no estaba curado. En abril cogí el Covid. Fue un Covid muy normal, tres días en cama, una semana de recuperación hasta dejar de tenerlo. Ahora ya lo cuento. Cuando no estaba de alta no lo contaba. Ahora estoy curado, estoy como siempre. Me encontré con que cogí lo que se llama Covid persistente. Me supuso esencialmente dos cosas. Una, un agotamiento crónico. Me levantaba agotado por la mañana. Hacer de rector significa coger aviones, atender a gente, etcétera… Y una segunda característica fue el insomnio, un insomnio que no se puede tratar con nada. Eso quiere decir que dormía bien dos horas, las otras seis horas era estar dando vueltas en la cama sin dormir. Esto me duró seis meses, de abril a octubre. Cognitivamente ahora estoy ya al 95%. En junio-julio veía dificultades. Yo no sabía que un mes después de anunciar que convocaba elecciones me curaría. El segundo motivo es que, en ese momento, teníamos cuatro o cinco temas que les estábamos acabando de cerrar y, por tanto, no podía irme en ese momento. Uno de los temas era la primera piedra del Mercat del Peix. Estábamos negociando con ministerios, firmando convenios con instituciones que se estaban acabando de cerrar, la UB, la UAB…
El convenio con la UAB lo hemos firmado semanas antes de poner la primera piedra. Me presenté con un programa muy ambicioso de 135 puntos, muy transformador, que creo que es lo que le convenía a la universidad en ese momento. La mayor parte de puntos ya se han hecho. Hemos hablado de implantar la edvolución. Lo hemos hecho. Hacía años que se hablaba de ello en la universidad. Se hablaba de que se empezaría cuatro o cinco años más tarde. Al cabo de tres meses ya estábamos implantándolo. La mayor parte de cosas que puse en el programa ya estaban hechas. Una medida muy transformadora que hemos aprobado es una medida que no la tiene ninguna otra universidad pública. Tenemos gente que llega a los 65 años, a los 70 en el caso del profesorado, que tiene mucho talento y querrían seguir en la universidad pero que la legislación no se lo permite. Hemos aprobado una normativa, que llamamos del ‘talento extraordinario’, que permite que cualquier persona que, una vez llega a la jubilación, si quiere seguir en la universidad pueda hacerlo. Y sin límite de edad. Sólo hay dos condiciones: que la persona lo quiera y que la universidad lo quiera también. Esto lo hemos aprobado de forma que se compensa con la necesidad de rejuvenecer la universidad. Estas personas que siguen no afectan al presupuesto porque ya cobran su jubilación. Hay mucha gente que quiere seguir contribuyendo. Tienen un espacio físico en cada campus, tienen un reconocimiento, en el caso del profesorado les llamamos “profesores distinguidos”. Más medidas transformadoras: Cuando empecé de rector, la UPF tenía siete cátedras institucionales y de empresas. Ahora tenemos veinte y diez en estudio. Las hemos multiplicado por tres y, por tanto, hemos acercado la universidad a la sociedad. Un problema que tiene la universidad en nuestro país es que está muy alejada de la sociedad y en el programa que planteé mi objetivo era acercar la universidad a la sociedad.
Seguro que quedaban objetivos por alcanzar
La ley universitaria que saldrá creo que es la mejor que el ministro Subirats puede hacer, con los consensos y mayorías que hay en los parlamentos, pero en temas de gobernanza, flexibilidad, autonomía universitaria, no nos permitirá llegar a lo que se necesita. Lo que me queda por hacer vi que no podría cumplirlo en los dos años que me quedaban de mandato. Con la ley universitaria que se aprobará, las universidades seguirán teniendo problemas relevantes de gobernanza. El mundo va cada vez más rápido y las universidades vamos avanzando, pero cada vez estamos más lejos de lo que realmente se necesita. No estamos haciendo exactamente lo que la sociedad nos pide. Todos hacemos lo que podemos, pero tenemos una legislación que nos lo pone muy difícil. En el tema de la digitalización, de las nuevas tecnologías, por ejemplo, hace falta mucha agilidad para crear estudios nuevos. La gente se preocupa por que la cuarta revolución industrial está destruyendo puestos de trabajo. Nosotros tenemos estudios que dicen que por cada puesto de trabajo que se destruye se crean tres. Pero no hay personas preparadas para estos tres puestos de trabajo. Muchas empresas no encuentran a la gente que necesita. Si hoy una universidad decide crear un nuevo estudio de digitalización, de big data, o de lo que sea, necesitará cuatro o cinco años para tener todas las autorizaciones. Al final, un nuevo grado lo tiene que aprobar el consejo de ministros español. La legislación lo pone muy difícil, nos aleja de lo que nos pide la sociedad y la nueva ley no nos ayudará a acercarnos a ella. Por tanto, si lo que yo podía hacer ya lo había hecho y lo que quedaba por hacer no lo podía hacer por inercias universitarias, porque la legislación no nos ayuda, pensé que lo más honesto era dar paso a otra persona. La Universidad está muy bien situada para que otro rector o rectora la lleve más adelante.
Un problema que tiene la universidad en nuestro país es que está muy alejada de la sociedad
¿La proporción de universidad pública y privada es la adecuada?
Esto es un tema ideológico. Yo miro siempre cómo son los países que generan mayor bienestar, que son sobre todo los países nórdicos y algunos del centro de Europa. Lo que hay en estos países es lo que a mí me gustaría, un sector público más fuerte y mucho más eficiente que el nuestro. Nosotros tenemos un sector público en el que la eficiencia no es un valor que se considere un objetivo. Y sería necesario un sector privado fuerte pero muy bien regulado, con pocas leyes pero bien aplicadas, como en el mundo anglosajón. Nosotros hacemos muchas leyes que muchas veces no se cumplen. Y, después, un tercer sector, que es la economía social, las cooperativas, las ONGs, etcétera. Convendrían unas universidades públicas menos encorsetadas. La nueva ley nos quita más flexibilidad todavía. Pondré otro ejemplo. Ahora, los órganos internos de las universidades aprueban la relación de puestos de trabajo. Si no cambia el proyecto, la nueva ley pedirá un control adicional, que lo aprueben también las comunidades autónomas. Más rigidez, más burocratización. Con esta ley creo que, en los próximos años, las universidades privadas se desarrollarán más y las públicas lo tendrán aún más difícil para cumplir su misión social.
Me decía que el ministro Subirats hará la mejor ley que pueda pero usted le ve muchos defectos
La ley tiene algún aspecto muy positivo. El más importante de todos, si se cumple, es que existe el compromiso de que el Estado dedique el 1% del PIB a la formación universitaria. Tenemos mucha tradición en España que después los compromisos económicos no se cumplen. El ministro Subirats ha sido valiente planteando este tema. El sistema universitario español está muy mal financiado y el catalán todavía más. Cataluña es la comunidad autónoma donde la enseñanza universitaria está peor financiada. No lo digo yo. Lo dicen todos los estudios sobre financiación universitaria. Nuestra comunidad y Madrid son las que tienen peor financiado el sistema universitario. Por tanto, la ley también tiene ventajas. ¡Ahora bien! Me preocupan mucho la gobernanza y la telaraña burocrática que afecta a todo el sistema productivo y especialmente a las universidades.
Le preocupa el nivel elevado de pobreza que existe en la sociedad catalana. ¿Puede contribuir la universidad a combatirla?
¡Por supuesto! El ítem clave que explica el nivel de bienestar que tiene una persona es la educación. Es verdad que la educación también está relacionada con la ascendencia social de esa persona. Una persona de clase media, media alta, alta, tiene acceso a más recursos relacionados con la educación. Si miras el nivel de inglés de la población, de los jóvenes, ves que normalmente lo tienen mejor las personas que han tenido más accesos, más recursos para poder estudiarlo, poder viajar más al extranjero,… En nuestro país hay un buen ascensor social. Una persona de origen muy pobre puede subir en el ascensor social, en una generación, gracias a la educación. Y la universidad es uno de los grandes factores. El problema que tienen las personas más pobres es que seguramente nacen en un ambiente en el que su entorno social no ve importante la educación. Esto condiciona mucho. ¡Ahora bien!, el sistema normalmente pone los mecanismos para que se puedan formar aquellas personas que, aunque sean muy pobres, vean claro que quieren hacerlo. Hay temas muy mejorables, entre ellos el sistema de becas que en Cataluña no tenemos transferido, aunque el Tribunal Constitucional ha dictado muchas sentencias diciendo que debería transferirse. En Cataluña mucha más gente debería recibir becas. El coste de un estudio universitario no es sólo la matrícula. Es verdad que ha ido bajando el precio, pero cuando una persona estudia en la universidad significa que deja de trabajar, deja de contribuir a las necesidades económicas de la familia. Las personas más desfavorecidas deberían recibir muchas más becas de las que realmente tienen.
Ha escrito sobre la Renta Básica Universal y la Renta Garantizada de Ciudadanía. ¿Qué papel y peso deben jugar este tipo de rentas en la cohesión de la sociedad?
He realizado estudios sobre estas rentas. Estoy en el Consejo Asesor para el Plan Piloto de la Renta Básica de la Generalitat. En los últimos quince años, existen dos o tres temas en los que he cambiado de opinión y uno de ellos es el de las rentas. Actualmente, tengo muy claro que el país debe apostar mucho más por la política de rentas y eso significa poner más dinero. Es muy importante que se pueda realizar un Plan Piloto para estudiar la Renta Básica, ver qué implicaciones tiene, qué consecuencias, qué costes, si se pueden asumir o no. Y vale la pena por muchos motivos. Uno es porque desde 2008 se está produciendo una brecha entre la gente más rica, entre el dos, tres, cuatro por ciento de la población más rica, y la clase media y las clases más bajas. La que sale peor parada es sobre todo la clase media, porque no tiene ni las posibilidades que tienen las clases altas ni las ayudas y coberturas de las personas más desfavorecidas. En Cataluña hay un 30% de personas que están por debajo del umbral de la pobreza y muchas no reciben subsidio alguno. Somos un país que tiene sanidad universal, con una enseñanza pública gratuita en todos los primeros niveles, los costes universitarios han bajado mucho aunque todavía pueden ser elevados para la gente más desfavorecida. Pero quien se está empobreciendo mucho es la clase media. Las rentas a quien acaban favoreciendo es a las clases más bajas. Hay experiencias en Alaska o con algunas tribus estadounidenses donde la Renta Básica se aplica desde hace muchos años y están dando resultados muy positivos: descensos de la criminalidad, de los robos, de la violencia de género, mejoras del rendimiento escolar… Por tanto, produce efectos importantes. Finlandia ha hecho la mayor experiencia europea durante dos años con unos miles de personas que la cobraban independientemente de su situación social y lo está estudiando. Veo muy importante que Cataluña haga su propio plan piloto y que sobre todo se estudie mucho, antes de adoptar medidas ampliables a toda la población.
Las personas más desfavorecidas deberían recibir muchas más becas para ir a la universidad de las que realmente tienen
También escribió un artículo en el medio L’Econòmico donde denunciaba los liderazgos tóxicos. Ha coincidido con la denuncia que han realizado algunas trabajadoras del Barcelona School of Management, que depende de la UPF, por acoso laboral por parte de su subdirector. ¿Se refería a este caso?
Este tema se refiere a un centro adscrito de la Pompeu Fabra. Mi área de especialidad es la administración de empresas, las finanzas, la contabilidad. Cuando hablo de ‘liderazgos tóxicos’ hablo desde un punto de vista genérico. Cuando nos llega cualquier tema relacionado con códigos éticos y buenas o malas prácticas, existen unas comisiones que lo analizan y se intenta asegurar que todo lo que se hace en la comunidad universitaria está de acuerdo con sus valores, la legislación y la normativa vigente. Una de las máximas de mi forma de actuar es aplicar siempre el humanismo con las personas. Cuando he sido coordinador de profesorado, de asignaturas o de lo que sea, siempre que parece que hay alguien que hace algo mal, aviso tres veces. Siempre doy tres oportunidades de corregirse a quien creo que se equivoca. Hace algunos años descubrí que sant Benet, en su regla, que escribió hace 1.500 años, ya decía que cuando alguien obra de forma no correcta hay que avisarle tres veces. La Pompeu Fabra fue la primera universidad pública que puso en marcha una línea ética, un sistema que garantiza la confidencialidad de las personas que hacen quejas, con una comisión de integridad que evalúa los temas, toma las declaraciones que hacen falta y que adopta medidas de inmediato. El caso que usted menciona, precisamente, ha hecho que cuando hemos tenido conocimiento de él hemos activado el protocolo previsto de inmediato y se ha creado una comisión para analizar el caso y que resolverá en un sentido u otro en las próximas semanas. El mecanismo ha funcionado con normalidad.
Me he encontrado con profesores que hacen llorar a alumnos en la universidad
Debemos corresponder a la confianza que nos hacen las familias, que nos hace la sociedad. Ética significa hacer las cosas bien hechas y actuar de forma que los chicos y chicas que vienen a la universidad y sus familias reciban un tratamiento humano.
El mundo va hacia el colapso, dicen algunos expertos y activistas. Usted decía hace unos días que el mundo universitario cree que todavía estamos a tiempo de evitarlo. ¿Seguro?
La Humanidad, en muchos momentos, iba hacia el colapso si no cambiaba. Y la Humanidad siempre ha tomado las medidas para no llegar al colapso. Hace siglos ya había gente que decía que íbamos hacia el fin del mundo. Seguro que saldremos adelante. El mundo está en una situación de emergencia social y climática. Todos los días desaparecen 150 especies animales o vegetales. Un 30% de la población vive en Cataluña bajo el umbral de la pobreza. Estamos viviendo un incremento brutal de las enfermedades mentales. Lo estamos viviendo también en el sistema universitario, sobre todo a raíz del Covid. Nos estamos poniendo las pilas. En la Pompeu Fabra, la forma de contestar esto es el proyecto del Mercat del Peix, con la puesta en marcha del nuevo Centro de Investigación e Innovación para el Bienestar Planetario. Las vacunas nos han sacado del Covid. Y las vacunas son la investigación. Saldremos adelante de todas estas emergencias en las que nos encontramos con la generación de conocimiento y en la Pompeu Fabra estamos en eso. Soy optimista porque lo mismo que hace la Pompeu Fabra lo están haciendo otras universidades y las administraciones. La gente ve la situación de emergencia y que existe la voluntad de ponerle remedio. Hay economistas optimistas y pesimistas. En temas de comunicación si eres catastrofista la gente se fija más en lo que dices pero yo soy de los que creen que saldremos adelante, que en 2023 la economía seguirá frenando los primeros meses pero que a partir de mayo-junio dará un salto adelante importante, que seguiremos creando empleo, conseguiremos rebajar bastante la inflación y acabaremos el año con una inflación bastante más baja. No vamos hacia el fin del mundo.
¿Y qué hará usted en 2023?
En 2023, y por supuesto durante muchos años, hacer lo que he hecho en los últimos treinta años y pico, que es servir a la universidad y, por tanto, a la comunidad y seguir sirviendo al país. Seguiré estando en la Pompeu, muy contento de poder dar clases, hacer investigación, poder ayudar a la gente joven, tanto al alumnado como al profesorado. Los rectores normalmente no dan clases. Yo he seguido dándolas porque me hace muy feliz poder contribuir, estar en contacto con los estudiantes, interactuando con ellos, y, también, intentando aproximar más la universidad a la sociedad. Antes he hablado de las cátedras. El Mercat del Peix es una forma de aproximarnos a la sociedad. Hemos hecho muchas cosas en esa dirección. Hace muy poco hemos puesto en marcha una iniciativa que le llamamos UPF Knowledge, que es hacer publicaciones con todo tipo de soporte: vídeos, podcasts, libros… “La universidad en la encrucijada”, de Carles Ramió, uno de estos libros, está teniendo mucho impacto. Trata sobre el futuro de la universidad. Hemos realizado muchas iniciativas que nos aproximan poco a poco a la sociedad. Seguiré haciendo lo que hacía antes de ser rector y tener otros encargos de gestión: docencia, investigación y mucha interacción con la sociedad. Siempre he participado mucho en iniciativas de la sociedad civil, en el Colegio de Economistas, en la Asociación Catalana de Contabilidad y Dirección,… Poner granitos de arena para que este país sea un poco mejor. Son granitos de arena y los seguiré poniendo con toda humildad.
Si le ofreciesen ser consejero de Economía y Finanzas de la Generalitat, ¿qué diría?
Éste es un tema que no está en la agenda. Me veo más en tareas de ayudar a la juventud, sirviendo al país de la forma que toque, sobre todo desde la sociedad civil.
¿Servir el país, conseguir un mejor sistema universitario, pasa por la independencia de Catalunya?
He escrito mucho al respecto. Todo el tiempo que he hecho de rector y cuando fui antes comisionado en la Barcelona School of Management, mi proyecto ha sido académico, cómo mejorar la interacción con la sociedad, cómo hacer que los estudiantes estén más preparados. En temas ya más políticos, yo diría que Cataluña tiene desde hace décadas una interacción con el estado que es muy mejorable. Económicamente, a Catalunya se lo pone difícil. También se lo pone difícil a nivel de lengua, del idioma. Se lo pone difícil en infraestructuras. Si vas a Alicante, tardas más si vas con Euromed desde Barcelona que si vas con AVE pasando por Madrid. Tenemos muchas dificultades con el status que tenemos actualmente. Todo lo que mejore la situación de Catalunya, ayudará. Los ciudadanos que vemos que existe esta situación desfavorable lo que debemos hacer es intentar ayudar por las vías que tenemos. El Estado tiene el reto -lo que pasa es que no lo tiene sobre la mesa- de darse cuenta de esta situación de agravio que vive Cataluña y buscar soluciones. Los catalanes que creemos que esto es así -no todos lo creen- tenemos el reto de intentar mejorar esta situación.