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¿Quién puede competir con salarios que están por encima de los 36.000 euros anuales y pueden llegar a los 60.000 sin demasiada dificultad? Desde luego, el sistema educativo no. Esta es una de las pocas ideas claras y en la que todo el mundo está de acuerdo. Ayer, durante el desarrollo de la mesa redonda ‘La problemática de la escasez de profesores de matemáticas en la enseñanza secundaria’, quedó, nuevamente, sobre la mesa.
La jornada, organizada por la Federación Española de Sociedades de Profesores de Matemáticas (FESPM) y la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de España, reunión a profesorado de secundaria, estudiantes de grado, académicos y representantes del Ministerio de Educación para abordar algunas de las causas de una situación que, como dijeron, no solo se da en este país, sino que sigue la estela de lo que está ocurriendo en buena parte de Europa.
La primera de las dificultades la planteó Alfonso Gordaliza, presidente del Comité Español de Matemáticas (CEMAT) al hablar de la situación de los propios estudios de grado de Matemáticas. Hoy día hay en todo el país 15.000 estudiantes entre todas las facultades y cursos. Más o menos cerca de los 18.000 que había a finales de los 90, en los mejores momentos.
Pero existen varios factores aquí que decantan la balanza y no precisamente en favor del sistema educativo. Primero, un porcentaje de abandono de los estudios que está por encima del 40%, según el propio Gordaliza aseguró. A lo que se suma unas notas de corte para entrar en estos estudios que, salvo en una de las facultades, en todas las demás supera el 10 de nota de corte. Esto apunta a otro problema, hay escasez de plazas para quienes querrían cursar Matemáticas.
Por supuesto, esta presión por alcanzar la facultad y mantenerse durante el tiempo necesario se traduce en un mercado de trabajo que también demanda estos perfiles y lo hace con interesantes condiciones, al menos salariales, que en la mayor parte de los casos terminan por definir la balanza.
Enrique García, vocal de Estudios de la Asociación Nacional de Estudiantes de Matemáticas (ANEM) explicó, en este sentido, que sería interesante que el sistema educativo intentase una cierta equiparación de las condiciones salariales, aunque comprendía que esto fuera muy complicado por costoso, al suponer una mejora no solo para una parte del profesorado.
Pero apuntó a una serie de cuestiones que podrían ser más fáciles de alcanzar y a un coste mínimo. Habló (como hicieron en otros momentos algunas personas más en la mesa) de realizar jornadas de orientación en las universidades para dar a conocer el trabajo del profesorado de secundaria o la posibilidad de que se ofertasen materias de didáctica durante los años de estudios (propuesta que en alguna ocasión también el Ministerio de Educación ha contemplado). En este sentido, durante la jornada se comentó que solo siete de las 27 facultades de Matemáticas las ofertan y son, siempre, optativas, en comparación con asignaturas más cercanas a otros sectores laborales que sí tienen una mayor presencia en la universidad.
García dejó sobre la mesa, tal vez, otro de los problemas que tiene el sector educativo a la hora de competir con la empresa privada: para ser docentes, además de hacer el grado, hay que pasar por el máster habilitante (García recordó que muchas empresas pagan de su bolsillo estudios similares al personal que contratan) y, después, han de pasar por las oposiciones. Todo este proceso, al menos, retrasa uno o dos años la entrada en el mercado de trabajo de personas que, seguramente, podrían ya estar cobrando una interesante nómina en una empresas. Aunque, concedió que no todo es el dinero, como él mismo era la prueba, puesto que se dedica a la investigación, todavía peor pagada que la docencia en secundaria.
Sobre las jornadas de orientación en las facultades, Julio Rodríguez, presidente de la FESPM estuvo de acuerdo. Rodríguez ejerce desde hace tres décadas como docente en el sistema educativo no universitario e hizo hincapié en la necesidad de convencer a la sociedad, empezando por quienes se acercan a las facultades de matemáticas, de que la enseñanza en secundaria no es el «infierno» que parece que son según el relato más habitual. Al menos, no lo es en su experiencia.
Eso sí, es necesario prestigiar la profesión, como un trabajo digno y seguro. «Trabajar con adolescentes es complejo, el rol ha cambiado», aseguró Rodríguez. Y más allá de los esfuerzos que puedan hacerse desde la formación inicial, también es importante que se genere una carrera profesional atractiva.
María Teresa Navarro, también docente en secundaria y, durante años, formadora en la universidad, habló de que en buena medida, el alumnado que está en secundaria y bachillerato percibe que la enseñanza es complicada, y más la de matemáticas. Aunque cree que el nuevo currículo competencial puede hacer cambiar estas percepciones.
Pero, en su opinión, habría que hacer cambios empezando por los estudios de grado de Matemáticas. Primero porque se ha puesto casi imposible acceder a ellos y, segundo, porque están muy centrados en la investigación y la docencia universitaria. Para ella deben entrar otras perspectivas como la docencia en secundaria y tener en cuenta qué matemáticas son necesarias para esto, enseñar la historia de las matemáticas para comprender de dónde salen… La idea es que los estudiantes pueden hacerse una idea de si la docencia en secundaria puede ser una opción interesante, gratificante para llevarla a cabo.
Sobre la mesa, queda la duda de si es necesario haber estudiado el grado para ser docente de matemáticas. Alfonso Gordaliza desgranó algunos datos de las últimas oposiciones en Castilla y León, y aseguró que el 40 % habían sido ingenieros y el 26 %, matemáticos. El resto, una suma de físicos, arquitectos, economistas, etc. Julio Rodríguez aseguró que, efectivamente, no es necesario, pero sí deseable o, al menos, que haya un importante porcentaje de matemáticos en las aulas.
Rodríguez habló, además, del hecho de que aunque se acerque la docencia de secundaria al grado, no se cubrirían las necesidades reales del sistema educativo. Es necesario buscar en otros nichos y formar a otros perfiles para que sean docentes excelentes. Para eso, primero, hay que definir qué es un buen docente de matemáticas y así afinar la formación inicial.
Se trata de un problema muy complejo en el que, como explicó Julio Albalad, director del INTEF, España se encuentra varios años por detrás de otros países europeos. Es decir, varios países ya llevan años lidiando con la falta de profesorado de matemáticas, pero también de otras materias, como la informática. Una situación de la que las autoridades (ministerios de Educación y Universidades, comunidades autónomas y las propias universidades deberían tomar nota), porque «en 15 años será mayor» que ahora.
16 comentarios
Una ayuda sería qué mientras existan matemáticos sean contratados antes que los de otras titulaciones. Y que en oposiciones puntue más ser matemático.
Totalmente de acuerdo. Se dice que hay muchos ingenieros pero no se fomenta que entren antes los matemáticos, y no es lo mismo la docencia por parte de un ingeniero que de un matemático, lo cual es lógico y normal.
Para ser un buen docente de la materia que sea es necesario dominarla pero no suficiente, obviamente. Hay que dominar el nivel de bachillerato y eso queda asegurado con el examen de problemas que multitud de matemáticos y de otras titulaciones suspenden. Así que si viene un filólogo (estoy exagerando) y aprueba un examen de problemas y de tema que cientos de especialistas suspenden pues merecido se lo tendrá por haberlo preparado como se debe. Tampoco en este caso quedará asegurado que sea un buen docente. Lo primordial es dominar con holgura la materia sin necesidad de ser un experto mundial, y ser un buen docente.
El examen de oposiciones, la parte de ejercicios, tal cuál está enfocada en las últimas décadas y en la actualidad, es un filtro para tener un grupo selecto en el nivel siguiente, yo creo que es una prueba sin sentido dentro de un proceso obsoleto (dicho esto, yo saqué plaza, viniendo del grado en matemáticas, con este proceso, que me benefició).
En La Rioja hacían un examen cuando se habría la bolsa de matemáticas, con un nivel más real, respecto a las necesidades de docencia. Para mí, alenos en aquellas plazas que tienen horas de docencia en bachiller, sería un buen modelo, haber pasado este examen con nota. Lo hacían (ya no sé si este sistema sigue) independientemente del grado del que vinieras, y una prueba así no molestaría a nadie.
Y pruebas psicológicas, para encontrar al profesorado que necesita parar una buena temporada, también se nos tendría que hacer regularmente. Pero claro, si no encuentras docentes, cómo le dices a alguien que está al límite que debe parar…
En la docencia, no por ser matemático vas a ser mejor profe que un ingeniero o alguien que entre con otra especialidad, pues lo que se da en eso es super básico, y en en bachillerato tampoco es que sea de un nivel muy elevado. Hay mucha parte de didàctica y de trabajo con adolescentes que es muy importante, saber muchas matemàticas al final no implica ser buen profesor
Ambos extremos son anticonstitucionales.
De hecho el problema es que los matemáticos encuentran más alicientes económicos en la empresa privada lejos de la docencia, y eso no desaparecería por la acciones anticonstitucionales de que puntúe más ser matemático en las oposiciones o que contraten antes a matemáticos. Es tan ocurrente como imponer un sueldo máximo para matemáticos en la privada que sea inferior al de un funcionario docente de A1. Eso sí podría ser legal con la correspondiente ley, pero igualmente sería un sinsentido.
El problema es que con solo matemáticos no se llega ni de lejos a las necesidades docentes del sistema educativo y que las fuerzas del mercado (salarios) y las perspectivas actuales y futuras de índole tecnológica van a seguir empujando en ese sentido en un contexto en que urge la reposición por jubilaciones.
Totalmente de acuerdo.
No es por molestar, pero ¿cuál es el problema de que enseñen matemáticas titulados de otras especialidades?
Después de leído el artículo, nadie ha expuesto ningún problema.
En cursos altos de bachiller convendría, al menos, que hubieran demostrado conocimiento y destreza suficiente. Ahí sí entiendo que debería haber un examen habilitante, para quienes vengan de grados en los que la cantidad de materia matemática no fuera suficiente (y no hablo del examen de problemas de la oposición, porque mucha gente entra en bolsa de interinos sin haberlo hecho, por necesidad del sistema).
Se pide haber pasado un curso para dar clases en inglés, para aquellas plazas que puedan tener alguna hora de docencia en inglés, pues bien, quienes tengan que dar docencia en bachiller que vengan de determinados grados o que hayan aprobado un examen que los habilite.
En Galicia los de Económicas como yo o de ADE no se encuentran en la lista de titulaciones para impartir interinidades en la especialidad de Matemáticas, por lo que no nos sirve un cero como sí les vale a los que sí poseen una de las titulaciones habilitantes. Es decir en mi caso tenemos que aprobar el primer examen (problemas y tema) para entrar en la lista de interinos si es que no aprobamos además las defensas. Yo me preparé y entré en la lista gracias a aprobar ese filtro. Es curioso que en mi caso ese filtro funcione porque acredita el nivel, pero en el de mucha gente el filtro lo pasan acreditando una carrera en que quizás el aspirante aprobó en séptima convocatoria las asignaturas de matemáticas de su carrera y con misericordia del docente, pero con un cero en las oposiciones le basta…Mucho interino hay así con años de experiencia y chapó porque muchos serán buenos docentes, pero hoy en día con la cantidad de gente que consolidó gracias a la oleada de sustituciones por los desdobles covid, es casi imposible que consoliden nuevos como yo con un 8 en los problemas, mientras que hace 2 años consolidaron un montón con ceros.
si, cierto.
nadie entra en ese tema, en Galicia- matemáticos tb- los que empezamos no tenemos prácticamente ninguna oportunidad.gracias a las famosas listas consolidadas… espero que alguien lo cambie..
Hay especialidades que si pueden dar sin problemas como los ingenieros y los físicos pero hay especialidades que es una auténtica lotería y pueden destrozar un curso entero como Biología, Química que no tiene las base mínima para hacer un bachillerato ya que no la han visto en la carrera y sin embargo pueden ser docentes en matemáticas
Por lo visto, según estoy leyendo no hay ningun examen selectivo con parte práctica ni teórica para que una persona sea docente de una materia tan específica como las matemáticas.
Es decir, que cualquier persona que quiera ser funcionario de carrera puede serlo sin ningún filtro reglamentario que acredite su capacidad profesional.
En tal caso, según leo en el artículo es deseable que sea licenciado en matemáticas . ¿Por qué? ¿ Qué ventajas tiene? ¿ Son distintas las matemáticas que enseña un matemático a las que enseña un ingeniero? ¿Existen a caso varios tipos de matemáticas, es decir, las buenas y las malas?
La verdad es que cuanto más leo el artículo más dudas me surgen.
Buenas Pedro, las matemáticas que estudia un ingeniero (aplicadas) y los matemáticas de que ha estudiado un matemático ( abstractas) son diferentes versiones de un misma asignatura. Pero esto no significa que un ingeniero sea ni peor ni mejor docente en la asignatura de matemáticas que un matemático/a. ambos tienen un base más que sobrada para ejercer, luego faltaría saber la parte pedagógica que tienen, esa si es la parte importante, Se necesita una formación muy importante en pedagogía la cuál no se recibe y te las tienes que apañar tú solito.
Buenas, soy licenciado en matemáticas y soy docente de secundaria desde hace 20 años, vivo en Ibiza donde el tema de la vivienda agrava aún más el tema de búsqueda de docentes sobre todo de esta rama, no hay curso donde la plantilla de esta asignatura empiece completa, la cual suele completarse después de un mes de empezar el curso, con docentes que no tienen ni el cap, y ya no digo de las especialidades. El caso más bestia fue el curso pasado que después de esperar unos 15 días para que cubrieran una baja acabaron enviando una licenciada en periodismo para hacer clase de matemáticas, evidentemente fue un desastre, no sabía lo que era un polinomio, fue un caos para los grupos que la tuvieron. El problema es que no es un caso aislado, resulta que por necesidad el grado de periodismo puede dar clases de soporte en el área de ciencias, y les pueden asignar para dar clase de matemáticas, física o biología hasta un nivel de 2 de bachillerato. Imaginaos como tenemos el tema en Baleares.
Yo también opino que un matemático/a debería estar al principio de la bolsa, ya que es totalmente injusto que se ordenen por nota independiente la especialidad ya que es bien sabido que carreras como Biología , Química etc tienen una nota media superior en la carrera que en Matemáticas y al final parece que eres penalizado por dar tu especialidad por la cual has luchado