Unas 24 horas después de los sucesos que ayer conmocionaron al centro escolar y a toda su comunidad educativa, se celebró una reunión con todo el claustro del instituto en la que personal de coordinación provincial de orientación ha explicado algunos protocolos para que pudieran servir de guía para que el profesorado pudiera atender al alumnado una vez que volvieran a las aulas, algo que ha ocurrido a partir de las 12:00 horas.
Según explica Fernández, ha servido también para que ese claustro pudiera expresar sus sentimientos después de la jornada tan dura que pasaron ayer. Una jornada que comenzó a las 8:25 cuando la Policía Nacional recibió una llamada alertando de que un alumno estaba armado con dos cuchillos y había atacado a varias personas. Tres docentes resultaron heridos después de que el menor, detenido ayer, atacase a otros dos estudiantes.
La docente herida en el ojo y que fue hospitalizada (ya se encuentra de alta en su casa) recibió el corte cuando intentó que el atacante no apuñalase a un compañero que se encontraba en el suelo. Sus dos compañeros lo fueron cuando intentaron, y consiguieron, reducir al estudiante.
Daniel Fernández asegura que el profesorado herido «se jugó la vida» y que en la sesión que ha mantenido el claustro en la mañana de hoy, hablaron de que se sintieron «desbordados por la situación». «Se merecen una medalla», comenta.
Durante esos momentos, la megafonía del centro sonó y los 680 estudiantes salieron en orden al patio donde permanecieron hasta las 10:30 de la mañana.
El instituto se encuentra pegado a un centro de primaria. Muchas familias llevan primero a sus hijos mayores a este y esperan hasta las nueve para llevar a los mayores al colegio, de manera que muchas estaban allí cuando llegaron la Policía Nacional y las ambulancias. Fernández explica que fueron momentos de mucho nerviosismo tanto allí como en los grupos de WhatsApp que comparten madres y padres hasta que cada quien supo que todo estaba bien.
Fernández señala que aunque un suceso de este calado no podría haberse previsto, sí exige que se tomen medidas para que se pongan en marcha medidas que puedan relajar la situación en los centros públicos. Desde la contratación de más personal de orientación (en el centro trabaja uno para los 680 estudiantes) hasta cumplir con las recomendaciones internacionales (250 alumnos por persona de orientación); que se reduzcan las ratios desde los 30 o más estudiantes actuales hasta los 18 utilizando, precisamente, la bajada de natalidad que ya está afectando a los colegios e institutos.
A pesar de que algunos medios han hablado de un posible caso de bullying como desencadenante del ataque, Fernández asegura que no hay ningún protocolo abierto en este sentido y no puede afirmarse que así lo sea. A pesar de eso, sí confirma que el agresor había pasado por dictámenes de la orientación del centro en varios momentos.