«La experiencia no ha podido ser más enriquecedora». Es la opinión de Mamen Quirós, @mamenoula para quien la quiera seguir en Twitter. Es una de las 150 personas que hace unas pocas semanas decidieron acudir al llamado que, originalmente, les lanzó Ingrid Mosquera, @imgende, profesora de Didáctica y TIC en la Universidad Internacional de La Rioja y «culpable» de lo ocurrido.
Mosquera, para quien no la conozca, decidió a finales de 2019 y primeros de 2020 que había personas a las que veía en Twitter que estaban haciendo cosas en sus clases que merecía la pena contar para que tuvieran un mayor alcance. Así nacieron las #CharlasEducativas que, claro, con la pandemia y el confinamiento se vieron fuertemente empujadas a otro nivel.
Desde entonces acumula 123 charlas, así como 53 Space en los que realiza podcast sobre muy diversos temas.
Pasado un tiempo desde que comenzara con las charlas y mover el hashtag #CharlasEducativas ha ido creando una cierta comunidad de profesorado de muy diferentes etapas educativas, materias e intereses. Este mismo colectivo fue el que, dice, comenzó a preguntar porqué no se organizaba un encuentro presencial para que pudieran verse las caras después de tanto tiempo.
«El primer hashtag es mío, de agosto o septiembre de 2022», comenta Ingrid Mosquera quien poco después mandó, dice, el primer Google Forms («ahora me llaman la de los googleforms», bromea). Su intención era sondear el interés por organizar esta cita presencial. En un primer momento se apuntaron 300 personas.
Convertir las educharlas en formación
El germen comenzó por algunas de las charlas que ya había organizado. En el curso 2021-22 organizó varias en torno a la evaluación e invitó a personas como Neus Sanmartín o Jaume Feliú. Este curso tenía claro que había que hacer un monográfico dedicado a la diversidad. Personas de entre las que seguían sus conversaciones le comentaron que las charlas tendrían que estar dentro de la formación universitaria del profesorado.
Y he ahí que decidió poner en marcha, de la mano de la empresa Aula Desigual, un primer curso de formación gratuito y prácticamente autogestionado. Ha de buscar, entre las «casi» amistades de la red, a algunas personas que le ayuden a gestionar la que se le viene encima: 2.500 personas se apuntan inicialmente para seguir el curso.
Todo el mundo podría seguir los vídeos que componían el curso y, después, entrar en el moodle que prepararon desde Aula Desigual para responder algunas preguntas sobre lo visto. «Fue tremendo. Hizo que las charlas se conocieran más allá de Twitter», comenta Mosquera.
Esta experiencia es la que encendió la llama. ¿Por qué no organizar algo presencial en verano de 2023? ¿Por qué esperar tanto, de hecho? Así que ella y otras 17 personas que le echaron una mano para el curso de Aula Digital, se pusieron manos a la obra.
De la formación a la #EduJornada
Un Google Forms y 300 nicknames de Twitter para empezar. «La idea principal era, más que organizar un congreso educativo, trasladar a un espacio físico y real los encuentros del #ClaustroVirtual celebrados cada semana en las #CharlasEducativas». Así lo entendió Mamen Quirós, como lo explica también Mosquera, aunque «empecé a ver los nombre de las personas que iban a venir y pensé: ‘Uf, ¿este va a venir?’. Es gente que es muy querida en Twitter».
Tras ese primer sondeo pasaron semanas de búsqueda de espacios en Madrid (por aquello de que cada quien vendría de una punta diferente del país) para organizarse. Y, una vez que apareció, se solicitó a la gente que confirmase quién quería asistir físicamente. Entre 150 y 160 personas confirmaron su asistencia en abril.
Hubo que hacer 10 grupos de 15 personas para poder gestionar con facilidad, primero, el dinero para pagar al hotel por la habitación de una noche y por el uso de las salas. «Todo fue muy de andar por casa», asegura Mosquera, aunque eso sirvió para que todo el mundo también tuviera un grupo de referencia y no se encontrara sola o solo en ningún momento.
El día comenzó con tres mesas de diferente temática, simultáneas,
en las que había unas 50 personas por cada una. «Una fue de gamificación; metodologías activas y tecnologías y, la tercera, de formación y evaluación», explica Mosquera. Los temas surgieron, como en la actividad posterior, gracias a los perfiles de la gente que asistió.
El eje de este primer momento, más allá de los temas era que «la gente estuviera cómoda para hablar». De ahí la organización en un cuadrado para igualar a todas las personas participantes.
Después de eso vinieron charlas de pasillo, comida en grupo y cafés con los que encarar la tarde y una mesa de 10 ponentes para hablar de atención a la diversidad «desde puntos de vista muy diferentes». Desde la diversidad de las personas LGTBIQ+, de las que son de etnia gitana o utilizan una silla de ruedas. Desde quienes son PT o trabajan con alumnado sordo en clase. «Fue especialmente emocionante», recuerda Quirós.
Twitter está lleno de resúmenes e impresiones de cada una de las personas que estuvieron en la jornada, o casi. Os dejamos por aquí uno que creemos especialmente interesante.
Casi dos semanas después, pero aquí está mi entrada en el blog de https://t.co/qyegXMmiNp sobre la #EduJornada del #ClastroVirtual y las #CharlasEducativas de@imgende
En la entrada os dejo mis impresiones y os cuento quiénes estuvimos por allí 🤭
⬇️⬇️⬇️https://t.co/O9NpPNuoxk pic.twitter.com/vSBt8wDY4K— Alejandra Fernández 🤩 (@alehoppp) May 3, 2023
Paraísos perdidos
Pero, debajo de las mesas redondas, del hablar sobre la atención a la diversidad o gamificación, lo que destaca de la EduJornada es precisamente el haber podido desvirtualizar a 150 compañeras y compañeros de oficio.
«Algunos llevamos años interactuando en Twitter con otros docentes, hemos creado vínculos dentro y fuera de esta red social y había muchas ganas de poder desvirtualizar por fin a unos y reencontrarse con otros que son ya como de la familia». Así lo resume Mamen Quirós, pero no solo ella.
«Ha sido una catarsis necesaria, volver a sentir el Twitter de antaño, de compartir, de ayudar, de alegrarnos, de encontrarnos», comenta Manuel Fernández Navas, @nolo14. «Aunque ha habido contenido, continúa, realmente ha servido para conocernos». «También ha sido lugar de conocer gente nueva, pero, sobre todo, te diría que ha sido el recordar por qué estamos todos el Twitter».
Quirós concuerda en que la jornada «reunió a 150 docentes de diferentes áreas y etapas educativas en un ambiente donde se respiraba la voluntad de compartir experiencias, construir y crear comunidad, lejos de polémicas educativas y con ausencia absoluta de egos».
No hace falta más que pasarse por Twitter y echar un ojo al hashtsag #EduJornada. Decenas de personas que se ha conocido o reconocido, que han compartido mucho más que un espacio de formación y un tiempo. Fotos, risas y abrazos. Mosquera insiste mucho en los abrazos: «Fue como la #EduJornada de los abrazos. Gente que no se había visto nunca. La gente lloraba, reía… fue impresionante».
¿Y repetirías? «No podemos descartar repetir la experiencia, visto cómo ha ido todo. La gente lleva varios días hablando de cómo y cuándo hacerlo. Pero necesitamos descansar y coger aire. Ha sido tan bonito. Pero necesitamos un tiempo de descanso, de reflexión y luego se verá», cierra Mosquera.