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Tras las crisis de la COVID-19, estamos ante un nuevo escenario social en el que observamos una gradual pérdida de habilidades básicas en nuestros jóvenes a causa del aislamiento al que nos vimos obligados hace ya más de dos años. Ante esta situación solo cabe una respuesta: fomentar la participación desde las edades más tempranas porque a participar se aprende participando. Y es que, ahora más que nunca, es necesario brindar a la juventud espacios colectivos para que se confronten con otros pares, en donde puedan aprender las actitudes y valores necesarios para la participación ciudadana, experiencias que les hagan experimentar todo lo que pueden lograr si trabajan unidos.
Formar parte de un grupo de participación juvenil permite a las y los jóvenes mejorar su autoconocimiento y autoestima, desarrollando habilidades sociales relacionadas con la expresión verbal, la toma de decisiones, el trabajo en grupo y la organización colectiva. Además, si a estos procesos les incluimos un enfoque de Educación para la Ciudadanía Global, conseguimos que la juventud reflexione sobre los retos globales para un desarrollo sostenible, como la defensa del medioambiente, la igualdad de género, la interculturalidad y la cultura de paz.
Es fundamental que estos espacios de participación se conformen por grupos de jóvenes de distintos países, porque en estas etapas cruciales de desarrollo aproximarse a otras perspectivas y formas de ver el mundo aporta un enriquecimiento personal que hace de la participación una experiencia educativa altamente transformadora y rica en valores.
Existen muchas propuestas de participación que se describen como “globales” pero que finalmente están vacías de contenido, porque donde el intercambio de experiencias, conocimientos y valores es superficial o inexistente. Sin embargo, desde Entreculturas buscamos promover la participación real a través de nuestro programa juvenil Red Solidaria de Jóvenes. En este marco, grupos de jóvenes de más de 9 Comunidades Autónomas españolas se forman sobre los retos globales de nuestro tiempo y diseñan y protagonizan acciones de sensibilización, formación, movilización, incidencia y comunicación en sus entornos, para trabajar por la justicia social. La pertenencia de esta Red al programa de participación juvenil Red Generación 21+, que reúne a grupos de más de 21 países de América del Sur, África y Europa, la configura como una verdadera experiencia de Educación para la Ciudadanía Global.
Desde Entreculturas realmente somos conscientes de la riqueza que supone el encuentro con diferentes culturas para el crecimiento personal de la juventud española y con este espíritu, además de realizar cada dos años un Encuentro Global de jóvenes, son numerosos los viajes a distintos países que impulsamos para conocer de primera mano otros contextos. El más reciente de ellos ha sido a Guatemala.
El encuentro con grupos de jóvenes guatemaltecos permitió descubrir a los jóvenes españoles que, a pesar de la distancia geográfica, tanto sus intereses como los temas que les importan y sobre los que trabajan son fundamentalmente similares, y que es mucho más lo que les une que lo que les separa. Esta sensación de red y pertenencia a un movimiento internacional les permitió ser conscientes a unos y a otros de que no están solos: hay muchas personas en muchos lugares trabajando por los mismos objetivos.
“Ha sido increíble poder escuchar sus opiniones y sus aportaciones, sobre todo en un momento políticamente complicado, y ver cómo, a pesar de no tener la mayoría de edad, son tan conscientes de la importancia y peso que tiene su voz”. Estas palabras de Patricia Menéndez, joven participante del viaje, muestran la importancia de que la juventud se encuentre y trabaje junta por un futuro mejor que sea inclusivo, diverso y que no deje a nadie atrás.
En esta reflexión sobre ciudadanía global que realiza y experimenta la juventud, el profesorado tiene un papel fundamental, ya que es el guía y el motor de este proceso. Sociedad Lucero, docente participante de la Red Solidaria de Jóvenes y del viaje a Guatemala, lo tiene claro: “La construcción colectiva y ser conscientes de la situación del país es muy importante, pero ver cómo ellos y ellas, la juventud, tienen claro que no solamente son parte del futuro, sino también parte de la solución de muchos problemas actuales me ha resultado muy edificante y me ha hecho preguntarme sobre qué pasará a nuestra vuelta”.
Las palabras de Soledad introducen la cuestión más importante en este tipo de viajes: “Al volver, ¿qué?”. Esta clase de experiencias buscan movilizar y llenar de motivaciones a las personas que trabajan por el bien común, pero somos conscientes de la dificultad que existe para ejercer este compromiso a diario. Por este motivo, en este Día de la Juventud, reivindicamos la importancia de escuchar a los y las jóvenes, de empaparnos de su compromiso y de considerar la participación juvenil como una herramienta indispensable para el desarrollo integral de las nuevas generaciones y de nuestras sociedades.