Que la escuela concertada cobra cuotas es una verdad que cada vez parece incomodar a menos y que casi todo el mundo asume como algo que pasa y seguirá pasando. Los ministerios de Educación hace muchos años que no renegocian los conciertos, la patronal se queja de que están ahogados por lo exiguos que son y las familias que pueden, pagan. Mientras, las comunidades autónomas van desarrollando sus políticas al respecto, aumentando los años de los conciertos hasta la década (desde los cuatro iniciales) o abriendo la veda a la educación infantil y el bachillerato.
En este marco, CICAE lleva casi una década realizando un estudio cada vez más amplio para dar a conocer la realidad de las cuotas que se cobran. De la mano de la empresa Garlic B2B, pasan un mes investigando haciéndose pasar por familias interesadas en matricular a su prole en los centros para intentar conocer si se cobra cuota, a cuánto asciende, cuáles son los servicios que cubre y qué ocurre si no se paga.
Cada edición pasa algo parecido. Las cifras hablan de una inmensa mayoría de centros concertados que cobran por la escolarización de niñas y niños en etapas obligatorias, cosa prohibida, y por una miríada de servicios más que pueden ir desde el comedor y el transporte, a las actividades extracurriculares, el uniforme, el gabinete psicopedagógico y un largo etcétera.
El 82 % de los centros que han consultado para este último informe cobran cuotas. De ellos, más del 70 % obligan al pago a riesgo de que niñas y niños queden informando de esta obligatoriedad o «amenazando» con la exclusión del chaval de tal o cual actividad.
Este nuevo informe, la empresa Garlic B2B ha introducido una novedad y es el estudio del tipo de sociedad que hay detrás de cada centro educativo. Las dividen en dos grupos, las mercantiles y las entidades sin ánimo de lucro. Cada subgrupo está compuesto de cuatro tipologías (sociedad anónima, comanditaria, cooperativa y de responsabilidad limitada para las mercantiles y, para las sin ánimo de lucro: asociaciones o fundaciones, congregaciones o instituciones religiosas, organismo público o cooperativas de interés social).
De esta desagregación de datos se desprenden que las congregaciones o instituciones religiosas son las más numerosas de las ocho posibilidades y que, además, son las menos gravosas, con una media de cuota mensual de 60 euros. En el otro lado del espectro se encuentran las sociedades comanditarias, con el 0,31 % del pastel de los conciertos y unas cuotas que rozan los 200 euros de media.
El estudio se ha hecho en diferentes comunidades autónomas: Madrid (100 centros), Cataluña (58), Andalucía (50), Comunidad Valenciana (30), Galicia (28), Aragón y País Vasco (20) y Murcia (15). Según informa Garlic B2B se hacen 328 simulaciones de solicitud de información presencialmente, por teléfono o por videollamada. Los precios que han recogido son de la segunda etapa de educación infantil «para garantizar, dice el informe, la homogeneidad y comparabilidad de los resultados».
El informe se detiene también en las cuotas máximas y mínimas que se cobran en los centros en donde han consultado. Como en años anteriores, Cataluña vuelve a liderar el ranking por arriba. Según los datos que maneja el informe, en estas Comunidad llegan a cobrarse 510 euros al mes frente a los 85, la cuota más cara en Aragón.
En la otra punta se encuentran las cuotas menores, que van desde los cinco euros de Andalucía a los 67 de Cataluña.
Una de las palancas con las que los centros concertados presionan para el pago de las cuotas es la exclusión de niñas y niños de ciertas actividades. Más allá de la cuota mensual, estos centros aumentan sus ingresos mediante otras las complementarias. Como recuerdan en su informe CICAE y Garlic B2B, la ley prohíbe la realización de las actividades complementarias de carácter permanente dentro del horario escolar.
Pero lo cierto es que un gran número de centros las sitúan en las horas centrales de cada jornada. Si la familia no quiere pagar se encontrará con el problema de que el centro puede mandar a su hijo a una clase solo a pasar el tiempo, al patio, pedir a los padres que se lo lleven a casa o no garantizar que pueda asistir al comedor escolar si dicha actividad se encuentra pegada a la hora de la comida.
Según la encuesta que han realizado, uno de cada tres centros tienen las complementarias dentro del horario escolar, pero sin especificar una franja temporal concreta. El 42 % de 12 a 14 horas, el 18 % de 8 a 10 de la mañana y el 6 %, de 14 a 16 horas.
Este noveno informe analiza otras cuestiones como hasta qué punto las cuotas son o no obligatorias, recoge algunas de las argumentaciones que les dieron desde los colegios para hacer notar la imposibilidad de no pagar o la exclusión que supondría para niñas y niños.
También han elaborado un indicador de transparencia con el que han querido puntuar a los centros en relación a «la accesibilidad, veracidad y exactitud de la información que facilitan los colegios a las familias en relación a los precios, tanto en la documentación que entregan como en la interacción durante la visita».