Y lo hace de nuevo apelando a la necesidad de reclutar a aquellas personas que estén mejor preparadas, sobre la premisa de aquel informe McKensey en el que se afirmaba que ningún sistema educativo es mejor que sus docentes.
Desde hace años se viene escuchando esto. Pero no es el único factor que influye en la calidad de la educación. Además, queda por dirimir todavía cómo se consigue reclutar a las personas mejor preparadas hacia la educación. Esto es lo que ha intentado resolver la OCDE, en parte al menos, con el estudio Effective Teacher Policies: Insights from PISA.
Andreas Schleicher, responsable de Educación y Competencias de la OCDE presentó algunas de las conclusiones que aparecen en el informe en una rueda de prensa en Madrid. Entre ellas, por supuesto, que las políticas públicas pueden influir en la atracción que los y las jóvenes sientan hacia la docencia. En particular, las personas con un buen nivel de estudios. También aquellas que no se conforman con la formación inicial, sino que seguirán mejorando su currículo a lo largo de la carrera.
Según Schleicher, el salario docente es un elemento que, aunque puede ser llamativo, no parece conseguir mejorar las expectativas de las y los futuros docentes. No es la motivación, al menos, suficiente para que «los mejores» decidan acabar enseñando. De hecho, aseguró Schleicher, en el caso de España, el salario atrae a jóvenes con menor preparación para la enseñanza. Al contrario de lo esperado.
Según el responsable del informe PISA, otras son las motivaciones. Entre ellas, que la profesión suponga y ofrezca retos personales e intelectuales. Puso el ejemplo de los docentes japoneses. Cuando alguno quiere obtener mejoras e incentivos, se le invita a, previamente, ir a una escuela con bajo rendimiento. El objetivo es conseguir la movilidad de las personas con mejor experiencia y conocimiento precisamente a los centros que más ayuda necesitan.
Según Schleicher, es una política totalmente opuesta a la que se sigue en España, en donde el personal docente con mayor experiencia está en los centros que menos necesitan de apoyos para mejorar las condiciones de aprendizaje de su alumnado.
La mayor preparación del profesorado no se refiere a únicamente que accedan a la profesión los mejores expedientes académicos, que también. Tiene una relación directa con el desarrollo profesional a lo largo del ejercicio de la docencia. Esto pasaría por la observación de las clases de los compañeros, así como el ser observado por otros, la formación entre iguales o el apoyo de una dirección comprometida con la formación de sus docentes.
Schleicher ha asegurado que aunque en España los docentes están comprometidos con la idea de una metodología más participativa en las clases, en la que el alumnado es responsable y artífice de su propio aprendizaje al tiempo que la maestra o el maestro sirve de guía, en realidad, a la hora de dar clase, las y los profesores españoles no aplican estos principios. Lo achaca, entre otras cosas, precisamente al hecho de que en España son muy pocos quienes se enfrentan a ser vistos por otros, a mirarse en el espejo de otras prácticas y a reflexionar junto a los y las compañeras sobre la tarea que realizan.
A esto se suma que la falta de estabilidad de las plantillas también tiene un impacto negativo en los resultados del alumnado. Algo que en España, tras los años de la crisis, se ha podido comprobar, con un aumento de la interinidad de hasta cerca del 30% del personal docente. Algunos centros, de hecho, cambian prácticamente a toda su plantilla.
Junto a esto, el hecho de que entre las personas jóvenes, la docencia no es una profesión especialmente interesante. Según explicó Andreas Schleicher, preguntaron a las chicas y chicos de 15 años qué querrían ser a los 30. La docencia no estaba entre sus profesiones predilectas. Curiosamente, la profesión sí es mejor vista en aquellos países con mejores resultados en PISA.
Cómo mejorar la equidad
Atraer a los mejores docentes no solo supone que se mejoren los resultados académicos generales. También tienen una gran importancia en la equidad, en el acceso de las personas en situaciones más complicadas a mayores oportunidades de aprendizaje con las que tener una vida más plena.
«Las personas que pertenecen a familias ricas tienen más oportunidades, puertas abiertas aunque no tengan grandes resultados académicos. Sin embargo, decía Andreas Schleicher, quienes vienen de familias desfavorecidas solo tienen una oportunidad: la buena escuela. Por eso es importante que todos tengan una buena educación».
Esta es una de las cuestiones por las que atraer a los mejores a la enseñanza se convierte en algo fundamental. Pero hay otras políticas que también influyen en este sentido. Según los datos explicados por Schleicher, habitualmente en las escuelas «más privilegiadas», las clases tienen más alumnado. «España es una excepción», explicó. Aquí, los centros más desaventajados tienen las clases mayores. «Son los niños con más desventajas quienes necesitan clases más pequeñas y más atención», justo al contrario de lo que se está haciendo.
Y junto a esto, la formación del personal de estos centros. «Hemos dirigido recursos a donde hacía falta: más docentes, pero en calidad (de dichos docentes) no lo hacemos bien», ha dicho el experto. En este sentido también pesa una evaluación de lo que sucede en las clases, pero no desde una sola fuente, como puedan ser las notas de niñas y niños. Vuelta aquí a la necesidad de que otros docentes vean nuestro trabajo y nosotros el suyo, que haya oportunidad de hablar con otros compañeros.
«También pasa con la experiencia». Precisamente es en los centros más desaventajados en donde hay docentes con menor experiencia de trabajo. Por lo general, quienes más tiempo llevan en la educación tienden a buscar centros más fáciles en los que trabajar, de manera que aquellos que más necesitan de su experiencia no la tienen al alcance. Algo que ya habían constatado en Save the Children en uno de sus últimos estudios sobre equidad y sistema educativo.
Una mayor autonomía de los centros a la hora de la contratación de su profesorado, según el director de PISA, sería interesante. Son los colegios e institutos quienes conocen las necesidades de su alumnado.