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Hace un año exacto la situación relativa de la pandemia en los centros educativos era muy diferente a la que está ocurriendo estos días. Con un total de 135 brotes el pasado 18 de diciembre de 2020, se sumaban 803 contagios asociados. Las cosas, 12 meses después, han cambiado mucho. El último dato oficial, del 17 de diciembre era que había 334 brotes, el triple, a los que se asociaban 1.979 casos de contagios. Las cifras más altas que se vieron por aquel entonces aparecieron después de las fiestas de navidad pasadas y de la tormenta Filomena, cuando el pico alcanzó los 413 brotes y 2.570 casos.
Desde que comenzara el curso, brotes y casos de contagios no han parado de aumentar a saltos, según pasaban las semanas. La primera en la que se comenzaron a contar casos, la del 17 de septiembre, hubo siete brotes y 27 contagios asociados. Una semana después, 36 brotes con 239 casos y siete días más tarde, 94 brotes con 537 casos. A mediados de octubre las cifras descendieron para volver a subir antes de terminar el mes. Y no han parado hastas el tope alcanzado hace algo más de una semana, el 10 de diciembre, con 463 brotes y 2.968 casos asociados. Entre la última medición de noviembre y la primera de diciembre, los brotes casi se triplicaron y los casos asociados más que se multiplicaron por dos. La medición del 17 de diciembre, al menos, señala un descenso de brotes y casos.
Detrás de estas cifras en crecimiento, dos causas más o menos claras. Por una parte, la nueva variante ómicron, mucho más contagiosa que las anteriores, aunque menos peligrosa en la gravedad de su impacto. Y, la otra, la relajación en las restricciones en los centros educativos desde el pasado mes de septiembre. Como comentaba Vicent Manyes, presidente de la Federación de directoras y directores de colegios de infantil y primaria, el haber equiparado los grupos burbuja a las ratios previas a la pandemia ha hecho que hayan aumentado los casos, así como el número de chavales puestos en cuarentena cuando aparecen casos en los centros educativos.
Desde que comenzara el curso, los informes del Ministerio de Sanidad aseguran que la mayor parte de los brotes y contagios se han producido en centros de educación infantil y primaria. Era de esperar después de la vacunación masiva de las y los jóvenes de entre 12 y 19 años en los meses previos a las vacaciones de verano. Por el contrario, los brotes y contagios desde el mes de enero y hasta final de curso, en junio, se sucedieron, mayoritariamente, en secundaria.
Es de suponer que el periodo de vacunación haga mejorar todos los indicadores de contagios en centros educativos, máxime cuando comienzan ahora las vacaciones de Navidad. Y esas mismas vacunaciones deberían ser capaces de frenar, en alguna medida, los posibles contagios que se produzcan durante las reuniones familiares de las próximas tres semanas.
Desde sindicatos como CCOO enviaban ayer un comunicado en el que exigía al Gobierno y a las comunidades autónomas que impusieran medidas como las que se tomaron el curso pasado: reducción de grupos burbuja o aumentos de las distancias interpersonales, «para garantizar la seguridad y la salud en todos los centros educativos».