Somos una Fundación que ejercemos el periodismo en abierto, sin muros de pago. Pero no podemos hacerlo solos, como explicamos en este editorial.
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Este es el primer editorial que escribimos en la Fundación Periodismo Plural. El editorial es el género que expresa la opinión del medio de comunicación. En nuestro caso, del Patronato de la entidad y de la redacción. Y hemos decidido dirigirnos a nuestros lectores después de doce años de ejercer el periodismo que reivindicamos: independiente, riguroso, honesto, comprometido con la veracidad de los hechos, con los derechos humanos y con vocación de servicio público. No entendemos el periodismo de otra forma y, desgraciadamente, consideramos que la defensa de estos valores es más necesaria que nunca.
Porque crecen los discursos de odio y la desinformación, de la mano de la extrema derecha, pero también de supuestos medios de comunicación que responden a intereses que nada tienen que ver con el periodismo. Con la catástrofe de Valencia hemos visto hasta qué punto la mentira y la búsqueda de clics, la audiencia a cualquier precio, intoxica el debate público y agrava el dolor de las víctimas. A escala global, la victoria de Donald Trump, con su alianza con Elon Musk, el magnate de la plataforma X, significa una amenaza al periodismo libre y augura una creciente degradación de las redes sociales. Lo que genera en los medios nuevos dilemas como lo que explicamos aquí.
Ante este inmenso océano cargado de turbulencias, resulta imprescindible contar con islas de credibilidad. Algunas muy grandes, como pueden ser algunos periódicos o medios públicos. Y otras más pequeñas, pero también esenciales para la vida en democracia. Pensamos que desde la Fundación Periodismo Plural hemos contribuido a crear refugios de confianza. Con esta voluntad editamos diferentes medios especializados en los derechos esenciales, como es el caso de El Diario de la Educación.
Intentamos que nuestros medios constituyan refugios para la información veraz, y, también, ágoras, plazas públicas, donde se encuentran las comunidades que están en primera línea en la defensa de los derechos esenciales. Lugares en donde hablar, reflexionar y debatir con espíritu constructivo y crítico, en profundidad, frente a los discursos simples y destructivos que dan titulares de impacto, pero ninguna solución de presente y futuro.
Y son refugios en abierto, accesibles a todos, sin muros de pago. Consideramos que uno de los grandes factores de segregación social estará cada vez más entre quienes tengan acceso a una información de calidad y quienes no. Por eso reivindicamos a las entidades sin ánimo de lucro como una buena fórmula para garantizar un periodismo que explique los hechos y su contexto al conjunto de la ciudadanía. Que dé el porqué de las noticias, y que ponga el acento en realidades a menudo olvidadas o menospreciadas. Que convierta al periodismo en conocimiento y en una potente herramienta pedagógica.
Consideramos que el periodismo no solo tiene el deber de acercarse lo más posible a la verdad de los hechos, sino que debe combatir la mentira. Y, en nuestro caso, también entendemos el periodismo como eficaz herramienta educativa. Lo intentamos conseguir de forma activa todos los días, y con iniciativas como el congreso ‘Periodismo y educación: el porqué de las noticias en la era de la desinformación’, que hemos organizado en el marco del proyecto europeo XQEujoy en el que participamos. Y también, por ejemplo, liderando el manifiesto “Por un debate educativo responsable y respetuoso”.
Todo esto solo es posible con su apoyo. No podemos hacerlo solos. Necesitamos que los lectores que nos han acompañado durante estos años nos ayuden a continuar. Una forma de hacerlo es suscribirse a El Diario de la Educación; otra opción es mediante donaciones a la Fundación Periodismo Plural. Somos una entidad sin ánimo de lucro declarada de interés social y, por tanto, la legislación permite que su aportación tenga un gran retorno fiscal. Por modesta que sea la ayuda, para nosotros será muy importante.
Compartimos el compromiso de defender los derechos esenciales y el futuro de unas islas de credibilidad que cada vez son más necesarias. Con un periodismo independiente, riguroso, honesto, veraz y con vocación de servicio público. Abierto a todo el mundo. Y que únicamente está en sus manos. ¡Muchas gracias por su apoyo!