Somos una Fundación que ejercemos el periodismo en abierto, sin muros de pago. Pero no podemos hacerlo solos, como explicamos en este editorial.
¡Clica aquí y ayúdanos!
Puede parecer el comienzo de un chiste, pero no lo es, ojalá lo fuese, aunque se trataría un chiste rancio de esos que ahora ya no se estilan. Simplemente es un resumen de lo que ha sido el verano en redes sociales, al menos en referencia a la exposición de personas vulnerables.
No entraré a dar demasiados detalles, puesto que eso es, precisamente, lo que se debe intentar evitar. Ni publicar, ni dar like, ni compartir, ni comentar. Y, por supuesto, no hacer capturas ni guardar.
El futbolista
Empezamos con la celebración de cumpleaños del hijo de un conocido futbolista. Este decidió poner fotos del gran día en redes sociales. A partir de ese momento, además de muchas felicitaciones, también recibió mensajes de odio y de burla, referidos al pequeño. El futbolista decidió cerrar los comentarios en sus redes. No eliminó la publicación, limitó las respuestas. Tampoco tendría por qué quitar esa publicación, dirán algunos. Da igual que la elimine cuando ya la ha subido, dirán otros.
Mucha gente puso de relieve la homofobia presente en esos comentarios, sobre todo dirigidas hacia un niño; otras personas ensalzaron a la familia, por estar orgullosos de su hijo y mostrar con normalidad una escena del día a día. En este sentido, también llegaron mensajes de agradecimiento por el modo de hacerlo, así como alabanzas al futbolista por esa labor de visibilización.
Pocas voces pusieron de relieve que se había puesto en el ojo del huracán a un menor de edad. Por supuesto que debes estar orgulloso de él, por supuesto que debe vestirse como le apetezca, pero ¿hay que compartirlo en redes sociales? ¿cuál es la finalidad? ¿qué puede más? ¿la voluntad de mostrar que estás orgulloso de tu hijo? ¿la necesidad de que todo el mundo sepa cómo eres tú como padre? ¿erigir a tu pequeño como estandarte de una causa y como ejemplo para otros? ¿o el deber de proteger la imagen y la privacidad del menor que tienes a tu cargo?
El pingüino
No hubo que esperar muchas semanas para poder ver un entrañable baile en redes sociales. Un niña muy pequeña, más que el anterior, bailaba con una gran sonrisa al ritmo del vídeo musical de un pingüino de dibujos animados. Se trataba de la hija de una conocida cantante española con muchos seguidores en redes. Se hizo viral. Millones y millones de visitas y un número descomunal de “guardados” y “descargados”.
La polémica estaba servida. Entre algunas tímidas aportaciones que ponían de relieve que no se debía compartir ese tipo de contenido, destacaron, sobre todo, los comentarios del tipo: “Eso es un problema del que mira” o “una madre o un padre tienen derecho a poner las fotos que quieran de sus hijos, para eso son suyos”. Y lo cierto es que no es así. Toda persona, menor o no menor, tiene derecho a su intimidad y privacidad. Las consecuencias que puede tener para un menor este tipo de exposición con el paso del tiempo están empezando a salir a la luz. Se supone que las familias son responsables de salvaguardar esos derechos.
Se trata de un tema muy complejo, sin duda. Todos podemos querer compartir esos momentos bonitos y graciosos de nuestros peques. Y nos puede gustar saber cómo son los hijos e hijas de los famosos. Estos, por su parte, obtienen más visitas, más simpatía, más likes y más seguidores. Pero parece que seguimos sin ser conscientes de los peligros que entraña.
Se repite hasta la saciedad que esas fotos y vídeos se usan con fines ilícitos y muy alejados de temas infantiles. Y si el vídeo o la imagen no es suficientemente sugerente, la Inteligencia Artificial se encargará del resto. En este caso, el foco se puso en esos “guardados”, en la exposición de una niña tan pequeña bailando y en los peligros que entraña dejar esas fotografías y vídeos al alcance de desconocidos.
¿Tienen las familias carta blanca a la hora de compartir a sus peques en redes? ¿deben tenerla?
La auxiliar
Y no pasa solo con menores de edad. Acabábamos de entrar en agosto cuando nos sorprendía un vídeo que no dejaba indiferente a nadie por su crudeza. Veíamos a una chica que empezaba hablando de que se había hecho la cera en el bigote para, a continuación, enfocar a una señora muy mayor, en cama, a la que cuidaba, en una residencia, y decir maravillas como que “estaba más muerta que viva” o frases similares. Entiendo que quería hacerse viral y lo consiguió. Hasta el punto de ser despedida.
La chica empezó a recibir mucho hate, lo que vienen siendo insultos y amenazas. Pero no solo ella. Resulta que otra chica tuvo la mala suerte de pasar por allí y parecerse mínimamente a la primera y también empezó a ser linchada en redes. Se vio en la obligación de grabar un vídeo para desmentir que fuese ella. Se le notaba muy emocionada e incluso algo asustada por las barbaridades que le estaban diciendo. ¿Cuál es el límite en redes sociales? ¿somos testigos, parte y jueces?
¿Y qué pienso yo?
Usar a un peque para visibilizar ciertas circunstancias me crea mucho conflicto interno. Conozco familias que lo hacen de un modo muy delicado y sensible. No deseo ser radical en este punto, en realidad en ninguno, porque yo no tengo hijos y no puedo ponerme en la piel de nadie, solo soy una observadora externa, por decirlo de algún modo. Nunca diría nada en contra de esas familias. De mí solo obtendrán admiración y respeto. Aprendo mucho de ellas.
Pero en lo referido al futbolista, lo siento, no compro que sea para visibilizar. Hace unos meses, veía a otro futbolista hablar de su hijo, en este caso hablando de una discapacidad, y no salía el niño en pantalla. Salían su mujer y él explicándolo y hablando de ello.
Lo del baile. Personalmente creo que eso debe quedar para los círculos cercanos. No considero adecuado que se suba a redes, por mucho que nos pueda gustar ver ese tipo de vídeos y nos resulten graciosos y cuquis. Lamentablemente no todo el mundo los ve con ojos inocentes. Eso es así y tiene que ir por delante.
Y si solo lo están compartiendo por mostrar a sus niños, sin más, pues deberían pensárselo dos veces. Hay que conocer los peligros que entrañan las redes sociales. Tú eres un personaje público, no hagas que tu hijo o hija lo sea desde antes de aprender a hablar o a andar. Actualización: a finales del mes de agosto esta misma cantante ha sacado otro vídeo junto a su hija, en este caso patrocinando su nuevo disco. Como se suele decir, no hay nada más que añadir.
Y sobre la auxiliar, pues mi conclusión es que las redes no tienen límite. Cuando creemos que lo hemos visto todo, siempre hay algo peor. Siempre. Es descorazonador. Tanto por la señora, como por su familia, como por los linchamientos digitales que tienen lugar.
No todo debería valer para hacernos virales. Por desgracia, parece que no es así, bromas pesadas, milagros de salud, exposición de menores, pseudociencia…todo campa a sus anchas en las redes, sin que parezca que haya conciencia de ello ni una solución clara a la vista.
Informarse y formarse
Lamento empezar el curso con este pesimismo, siempre digo que las redes me han traído muchas cosas buenas, y sigo pensando que tienen una gran cantidad de aspectos positivos, pero creo que no llegamos a imaginar, y me incluyo, todo lo que se esconde detrás.
Es preciso estar informados y formados al respecto. A nivel personal, os puedo decir que a mí me ha servido conocer y escuchar a referentes en el campo. Y esto, lo he podido hacer gracias a las redes, paradójicamente.
En este sentido, os puedo recomendar seguir algunas cuentas para ser más conscientes de cómo realizar un buen uso de la tecnología en general (@LauraCuestaCano) y de las redes en particular. Tampoco debemos olvidar los peligros que entrañan (@PDuchement, @MellamanSil, @Medianoche. o @Luis_ro_bo), ni los intentos de engaño y la información falsa que se puede encontrar en ellas (@mariaperador, @comersindrama o @farmacia_enfurecida). Sin duda, uno de puntos más valiosos de las redes es contar con compañeros y compañeras de los que seguir aprendiendo día a día.
Y retomo la idea inicial, ante ese tipo de publicaciones de búsqueda de fama a través de la exposición de terceros: no des like, no compartas, no comentes ni hagas capturas. Si lo ves necesario, denuncia, tanto dentro como fuera de las redes. No vamos a terminar con todo esto de un plumazo, pero sí podemos colaborar poniendo nuestro granito de arena.