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El proyecto surge, según expone su manifiesto fundacional, ante un contexto mundial que consideran marcado por el resurgimiento del neofascismo, la intolerancia y diversas formas de autoritarismo que tratan de instalar discursos de odio, censura y miedo dentro de los sistemas educativos. Frente a ese escenario, la nueva organización sostiene que la educación se convierte en un campo de disputa decisivo y que no es posible adoptar una posición neutral ante la desigualdad, la discriminación o el negacionismo.
El manifiesto sitúa a la educación como un acto político orientado a la emancipación, y no como una actividad técnica o neutral. El documento defiende que educar implica tomar partido por la vida, la paz y los derechos humanos, y que cualquier intento de presentar la educación como un espacio ajeno a la política en realidad encubre la reproducción de privilegios, injusticias y formas de dominación.
La IAdE subraya que el neofascismo contemporáneo, revestido de diferentes identidades ideológicas, pretende transformar la escuela en un lugar de obediencia y dogmatismo y que, por ello, resulta imprescindible reivindicar una pedagogía basada en la pregunta, la curiosidad, la creatividad colectiva y el pensamiento crítico.
Uno de los ejes centrales del manifiesto es la defensa de una educación pública, gratuita, laica, antipatriarcal, inclusiva, democrática, intercultural, anticolonial y orientada al bien común. La red sostiene que la escuela debe ser un espacio libre de censura en el que la memoria histórica, la diversidad cultural y el análisis crítico de las desigualdades puedan desarrollarse sin presiones ni persecuciones ideológicas. También rechaza cualquier forma de discriminación, ya sea por razones de clase, género, etnia, orientación sexual u origen, y promueve la construcción de entornos educativos que enfrenten el racismo, la xenofobia y la aporofobia desde una perspectiva internacionalista y solidaria.
La Internacional hace hincapié en la importancia de proteger la memoria histórica frente al revisionismo que, según denuncian, buscan imponer diferentes corrientes reaccionarias borrando las luchas de los oprimidos y blanqueando episodios históricos vinculados al autoritarismo y al fascismo. Para la organización, enseñar una memoria crítica y rigurosa es una herramienta indispensable para impedir que los horrores del pasado vuelvan a reproducirse. Al mismo tiempo, reivindican el papel del profesorado como una figura que ejerce un compromiso ético y político con las generaciones futuras, más allá de una visión tecnocrática o burocrática de la enseñanza.
El compromiso de acción recogido en el manifiesto presenta a la Internacional como una plataforma que aspira a tejer alianzas globales, compartir recursos, impulsar pedagogías emancipadoras y denunciar todas aquellas iniciativas —públicas o privadas— que promuevan valores neofascistas, xenófobos, sexistas u homófobos. La organización se propone también elaborar y difundir materiales educativos libres, proteger a docentes y estudiantes que sufran persecución por su defensa de la democracia y ocupar todos los espacios posibles de la educación formal y no formal para convertirlos en territorios de resistencia, dignidad y solidaridad.
En la página de miembros, la IAdE recoge las organizaciones que ya han mostrado su apoyo a la iniciativa, entre las que figuran la Federación de Enseñanza de CCOO, el Colectivo Dime+, la Confederación de MRP, la Fundación Neus Catalá, ña Associació d’Estudiants Progressistes y Atzavara-arrels. Estas entidades, procedentes de distintos ámbitos de acción social, educativa y cultural, comparten la idea de que la lucha contra el fascismo no puede limitarse a las calles, sino que debe librarse también en las aulas y en la construcción de una conciencia colectiva que apueste por la igualdad y la libertad.
La declaración final del manifiesto resume el espíritu que anima a la nueva Internacional: la convicción de que la educación crítica es una semilla de libertad y que, frente a cualquier intento de imponer el miedo o la sumisión, es posible construir un futuro en el que escuelas y universidades se conviertan en territorios de justicia, democracia y dignidad compartida. Con este lanzamiento, la IAdE invita a más organizaciones y comunidades educativas a unirse a su proyecto y a participar en la defensa activa de una educación capaz de transformar el mundo.

