Quedan ya muy pocas comunidades autónomas que no hayan revertido las decisiones que la primera administración de Mariano Rajoy, de la mano de José Ignacio Wert como ministro de Educación, alcanzaron los 10.000 millones de recortes en la educación.
Madrid, Cantabria y Galicia, de momento, mantienen las horas lectivas que impuso aquel Real Decreto que se llevó por delante miles de trabajos docentes y supuso una importante merma en la capacidad de la educación de responder a la diversidad de sus aulas con una cierta garantía.
Desde hace meses, los sindicatos de la mesa sectorial, ANPE, CSIF, CCOO y UGT, negocian con una dura administración pública aupada por una importante mayoría absoluta. No está siendo una negociación fácil y esta se va construyendo, dicen desde dentro de esa mesa, palmo a palmo a base de ir punto por punto en los diferentes temas del acuerdo sectorial.
Ahora mismo, sobre la mesa, están las horas lectivas y las ratios docentes. Dos de las demandas más esgrimidas por el profesorado y que las administraciones evitan de la manera más contundente. Se trata de una cuestión de dinero. Y no precisamente de poco.
Hasta la fecha, la propuesta de la Consejería de Educación es que los profesores de secundaria vuelvan a las 18 horas, desde las 20 actuales, en dos cursos seguidos. Es, dicen diversas fuentes, la fórmula que se ha seguido en otras muchas comunidades autónomas. El problema es que Madrid, recuerdan, fue la primera en instaurar el aumento de horas y todo apunta a que será la penúltima en revertir la medida.
A esto se suma el hecho de que para el cuerpo de maestras y maestros no hay una medida similar. Se les ha ofrecido suprimir la hora extra que hacen de permanencia los viernes, para que puedan irse antes a casa. Pero las horas lectivas continuarían como están, a 25.
Todavía no está firmado el acuerdo; de hecho, Educación no ha facilitado a los sindicatos un texto en el que aparezcan estas medidas. Según cuenta Isabel Galvín, secretaria de la Federación de Enseñanza de CCOO en Madrid, la pelota está en el tejado de la Consejería, de la que esperan que, en la próxima reunión, les lleve ya un documento claro sobre el que puedan posicionarse a favor o en contra.
Mientras tanto, las medidas de presión no han parado. Al menos, fuera de la mesa de negociación. El resto de sindicatos que no están presentes en la mesa, CGT, CNT y STEM llevan semanas trabajando junto a la Plataforma Menos lectivas para que tanto administración educativa como las centrales sindicales que está negociando conozcan de su rechazo a los términos que hasta la fecha se conocen.
Son términos que se han ido filtrando desde la mesa de negociación, pero no oficiales. «el acuerdo, como tal, no existe, no hay nada escrito, que es de lo que la consejería hace gala», critica Rafael Valentín, secretario general de CGT Enseñanza Madrid.
Galvín está de acuerdo e insiste en esto. Desde el mes de noviembre se han levantado de la mesa de negociación en varias ocasiones para presionar y que el acuerdo planteado por Educación contemple también reducción del horario lectivo en primaria. Lo hicieron en noviembre y en diciembre después de que les propusieran la reducción horaria en secundaria así como meter la bajada de ratios dentro del acuerdo sectorial y hablar de la hora complementaria (exclusiva) de los viernes.
Sobre esta hora, Rafael Valentín asegura que «la exclusiva es una hora después de nuestras cinco horas lectivas, de permanencia en el centro, reglada para atención de familias, para comisiones, claustros, etc. No son para lo que tú necesites». Por eso critica la oferta de la administración educativa en este sentido.
Según fuentes conocedoras de la negociación, la consejería no les ofrece mejoras en las horas lectivas de primaria ni acelerar el proceso en secundaria a un solo curso porque no cuentan con los recursos económicos como para tener los suficientes cupos listos para hacer frente a ambas medidas.
Ahora la situación se encuentra en un cierta espera que los sindicatos que están fuera de la mesa no quieren que se alargue, de ahí la convocatoria de las tres jornadas de huelga. Aunque UGT se ha mostrado del lado de sus convocantes en la reivindicación de que hay que mejorar las condiciones antes de firmar ningún acuerdo, a estas alturas están pendientes de los resultados de una consulta que han realizado entre sus bases para determinar su apoyan o no la huelga.
Desde CCOO no ven clara la convocatoria, y menos cuando todavía no hay un documento que pueda criticarse por parte de los sindicatos. La consulta que han hecho entre sus bases muestra un acuerdo bastante grande ante la posibilidad de firmar las condiciones que ha planteado la Administración educativa.
Irene Muñoz es profesora de secundaria en Madrid y está participando en la Plataforma Menos lectivas, así como en las asambleas que vienen organizándose desde hace ya meses. Desde la primavera del año pasado, recuerda. Para ella, estas asambleas no una forma de «demostrar que el profesorado nos organizamos de otras maneras» más allá de los sindicatos.
Muñoz, como sus compañeros, cree que es el momento idóneo para plantear la protesta y presionar tanto a la Administración educativa madrileña como a los sindicatos de la mesa sectorial para que se reviertan unas medidas que llevan más de una década dejando a los centros educativos públicos en una situación muy complicada. «Lo que se pide es volver a lo previo a los recortes de 2011, tras 13 años sin que se haya movido la mesa sectorial, no se han recuperado derechos laborales ni mejoras en la calidad de la educación».
Al otro lado, Galvín defiende que en estos años se han hecho muchas huelgas y se han ido mejorando las condiciones de trabajo del profesorado madrileño, aunque efectivamente falten cuestiones importantes y que llevan años reivindicando, como son la bajada de ratios y la reducción de horas lectivas.
La secretaria general de CCOO señala que la Comunidad de Madrid, si hace honor a lo que ha puesto sobre la mesa en relación a ratios y horas lectivas de secundaria, tendrá que triplicar la cifra de personal contratado con respecto a la del último acuerdo sectorial que negociaron.
Galvín reivindica el trabajo que llevan hecho en los últimos meses. En este acuerdo sectorial han cambiado la estrategia de negociación para que no fuera todo en un bloque, sino que pudieran negociar partes aisladas, de manera que se pudieran ir aprobando y publicando en el boletín oficial. Cuestiones como el teletrabajo, las retribuciones para las tutorías de primaria, la subida del complemento autonómico o el acuerdo de interinos que se han ido cerrando.
Las diferencias de criterio sobre el uso de la huelgan están tensionando la situación entre los diferentes sindicatos, tanto dentro como fuera de la mesa de negociación. Galvín explica que para la mayor parte de su afiliados «parece que no es el momento», mientras que desde las organizaciones convocantes de los tres día de paro, «nos dicen que la movilización es inoportuna, que no es el momento… no sé cuándo va a ser», asegura Valentín.