La FP Dual desembarcaba oficialmente el 8 de noviembre de 2012, de la mano del RD 1529. En Alemania (7% de desempleo juvenil por aquel entonces) tiene 150 años de andadura, como en otros países como Suiza o Austria y, en España, con el 55% de paro entre los jóvenes, se pensó que algún efecto positivo tendría. No parecía mala idea: se trataba de un mecanismo para que el alumno aprendiera más y tuviera un mayor contacto con el mercado de trabajo (mayor, porque este ya existía)… Una actualización de las escuelas de aprendices que habían desaparecido hacía cuatro décadas.
¿FP Qué?
Pero España no es Alemania. Algunos hablan de diferencia de tejido productivo, o de tamaño de las empresas, pero para Javier Vila, profesor de FP y coautor de la investigación La implantación de la FPD en España: certezas e incertidumbres (Universidad de Valencia, 2015), la principal diferencia es otra: “En Alemania también hay microempresas, pero hay una tradición social en que se sustenta el modelo, muy apoyado por las cámaras de comercio, las empresas, los sindicatos… Aquí todavía hoy vas a algunas PYME y te preguntan qué es la FPD”.
A eso se añadió otro problema: cómo aterrizó el decreto en cada una de las 17 comunidades. “Los principios que exponía eran sólidos: más alumnos en FP, menos abandono temprano, facilitar la inserción laboral, obtener datos para mejorar la calidad de la FP… Pero muchos desaparecieron en las regulaciones autonómicas, con lo que se desvirtuó”, prosigue Vila.
Esto, en las comunidades autónomas donde hay regulación específica, porque en algunas, como Madrid, todavía se está esperando una orden que fije algunos aspectos de la FPD. Hasta ahora se ha hecho mediante instrucciones.
Hoy hay comunidades donde el alumno cobra durante el periodo en la empresa (normalmente un curso) y en las que no es necesario, con en Andalucía. País Vasco y Aragón son las únicas que establecen una relación laboral (en la primera, el curso pasado también se permitieron las becas, siempre y cuando no estuvieran por debajo del salario mínimo), mientras que en el resto se considera una beca de formación (de un mínimo de 300 euros al mes).
“La FPD española no puede ser un copia-pega de la alemana, y por el camino nos hemos encontrado grandes problemas, pero se van solventando”. Habla Nicolás Ruano, vicedirector del IES Virgen de la Paloma de Madrid, centro de referencia en nuestro país, una “ciudad de la FP”, con 40 ciclos de 11 familias, 101 grupos en total o, lo que es lo mismo, 2.500 alumnos. De todos los ciclos, el 20% cuenta con la versión dual (unos ocho grupos, 200 alumnos).
Aterrizaje en los centros
Al principio hubo reticencias de los profesores, que la veían como una amenaza para los puestos de trabajo. Miguel Ángel Gil Zafra, delegado sindical de la FE-CCOO de Madrid, habla de una reducción de un tercio de la plantilla frente a la Formación en Centros de Trabajo (FCT); esta supone cinco trimestres en el centro y uno de prácticas en la empresa, la FPD, un curso en el centro y uno en la empresa.
Además, al centro, al tutor de Dual, le correspondía llamar puerta por puerta a las empresas, vendérsela y evitar que pensaran que los chicos iban para limpiar. Ahora se ha producido un cierto “efecto llamada”, asegura Ruano, y empiezan a crearse grupos de FPD a demanda de las empresas (aunque, pese a ser grandes empresas cerca del 40% en Dual en su instituto -el 60% restante son PYME- el número de alumnos que absorben es limitado: dos ThyssenKrupp, tres Heineken, dos Talgo…). Tanto para él como para Lola Fernández, jefa de estudios de Dual del IES Virgen de la Paloma, con el paso del tiempo la comunicación instituto-empresas se ha vuelto más fluida: “Antes era más a través de papeles, ahora el contacto es permanente”.
La Administración también empieza a reconocer la labor del profesor tutor, al que en Madrid se le libera de tres horas a la semana para visitar la empresa en la que están formándose sus alumnos. A partir del curso que viene, ya con la orden en vigor, se contemplará además una tutoría en el centro, una vez al mes o al trimestre, con todos los alumnos de Dual.
Para algunos, aun así, la desconexión con el centro todo un curso es una brecha demasiado grande, y sería preferible la formación en alternancia. Otros, los más, califican de locura condensar en un curso 10 u 11 módulos: “Piensa en ese número de asignaturas… Obliga a los profesores a quedarse con los contenidos mínimos”, considera Sara Gutiérrez, del sector de Educación de la FeSP-UGT.
También Ruano y Fernández, del Virgen de la Paloma, reconocen que quizá la formación en el centro se queda muy concentrada: “En los de Dual la parte de los conocimientos se ha resentido en comparación con los de presencial”, como se ha percibido en el momento en que la Lomce ha permitido el paso de los ciclos de Grado Medio a los de Superior sin transiciones, e independientemente de la familia del ciclo de partida y de destino. Ambos señalan que el ideal sería una FPD a tres años: dos en el centro y uno en la empresa, como se está haciendo en el País Vasco con el modelo 2+1. Modelo que, además, en el caso del título de Mecatrónica con Siemens, garantiza el título equivalente alemán.
Sin alguna corrección de este tipo, para una profesora madrileña,, que prefiere no dar su nombre, no está justificado considerar a la Dual como “una FP de excelencia”. Y no lo está porque, por mucho que los tutores cobren un complemento (no así los de FP Básica, critica), los alumnos no salen mejor preparados: “Yo estoy muy a favor de conectar el sistema educativo y el productivo en una etapa como FP, pero entiendo que con la Dual el alumno pierde cualificación en un mundo cambiante, no logra la base adecuada, pues en la empresa se encuentra en un puesto muy concreto, su formación no es todo lo versátil que debería, y no es empleable a largo plazo. Quizá sí a corto, para ese puesto, pero cuando desaparezca y necesite otras competencias diferentes… No estoy segura de que pueda reubicarse”.
Mano de obra barata
En la citada investigación de Vila y otros autores el 40% del profesorado respondió que la Dual permitía a las empresas encontrar mano de obra barata: “A veces los alumnos no son conscientes, y en sectores como Hostelería o Laboratorio Químico -donde llegan muchos titulados universitarios con Dual- sí se puede decir que, al menos el modelo de la Comunidad de Madrid, sirve para esconder fraude laboral… Son chicos y chicas con la esperanza de un contrato y muchas veces no se van a quejar”, señala Gutiérrez.
“Si existiera una relación laboral, algo similar a un contrato de formación y aprendizaje, pero adaptado -pues este no es válido para mayores de 30 años- habría un mayor control sindical, una garantía de que no se está sustituyendo a un trabajador por dos becarios…”, señala Gil Zafra.
Para los críticos, además, se está produciendo un efecto perverso: la FP Dual llega a los alumnos que llega, que quizá no son los que más la necesitan. Son los más mayores, con más años de formación, los que ya han trabajado… lo que choca con aquellos objetivos señalados en el real decreto.
“Hay más oferta de Dual en el Grado Superior: más madurez, más experiencia, mejor formación, experiencia laboral previa en algunos casos… Si esta es la empleabilidad que se quería mejorar con la Dual cabe dudar de su capacidad de mejora, dado que las competencias profesionales son solicitadas con antelación a la realización de prácticas en las empresas. Los centros escolares no son oficinas de empleo, empresas de trabajo temporal ni agencias de colocación”, critica el estudio de la Universidad de Valencia.
“Las empresas que están en el modelo Dual ya no contratan a nadie que no vaya por él, pues para ellas es la contratación perfecta, saben cómo trabaja esa persona, y ha recibido una formación a medida”, reconoce Ruano. También el alumnado ve en ella mayores oportunidades de mostrarse a la empresa, de “hacer currículum”…
Vicky Fundesha, de 26 años, se encuentra este curso como becario en formación en la empresa Sequentia Biotech. Ha estudiado el ciclo de Grado Superior de Desarrollo de aplicaciones web (perfil Bioinformática) en el Institut Provençana de L’Hospitalet de Llobregat. Y se pregunta si es justo que él obtenga el mismo título que los compañeros de presencial, “y viceversa”, cuando no han visto lo mismo, siendo en Dual la formación mucho más específica y en la opción tradicional, más genérica y amplia. Ha echado de menos más tiempo en el centro, ha acusado las prisas -“Era el primer año que se ofrecía el ciclo en Dual y no conocimos el temario hasta dos meses antes, y muchas cuestiones se iban solventando sobre la marcha”- y una mejor comunicación entre el instituto y la empresa: “No sabía lo que me iba a tocar hacer al llegar allí”. El balance global, sin embargo, es bueno, y tiene esperanzas de quedarse cuando acabe su formación, aunque el sueldo no sea la panacea, y le sirva, quizá, como un trampolín para dar el salto a otro mejor con su título de Grado Superior.
Si él tiene 26 años, la otra compañera que ha cursado este año Dual es todavía mayor, con 30 años y un título de Ambientales en su haber, además del ciclo que está cursando de FP.
Ambos son el perfil tipo de alumno de Dual, con muy pocos becarios en formación de 17 o 18 años, y la mayoría con la veintena bien cumplida y un grado a sus espaldas (aunque esto también depende del ciclo, desde un 10% de licenciados en Mantenimiento Industrial a un 90% en Química, por ejemplo).
Alianza pro Dual
En esto, aparece en escena la Fundación Bertelsmann, que impulsa la creación de la Alianza para la FP Dual, junto con la CEOE, la Cámara de Comercio de España y la Fundación Princesa de Girona. Ignacio de Benito, su responsable en Andalucía, explica cómo se integra en su estrategia para potenciar el empleo juvenil, para lo que consideran clave mejorar la FP e impulsar el modelo Dual.
La alianza arranca en 2015 con 10 empresas, y hoy son más de 500, junto con cerca de un centenar de centros educativos de Cataluña, Andalucía y la Comunidad de Madrid. En este tiempo, el porcentaje de alumnos de FP Dual en España ha pasado del 0 al 4%. Aspiran, aseguran, a que “cumpla unos mínimos criterios, que no sea una fuente de mano de obra barata, y que se garantice la remuneración a los aprendices, la formación de los tutores [acaban de presentar una guía del tutor; según el estudio citado, más de la mitad de los profesores no encontraron en la empresa personas adecuadas para este papel], y que las compañías lo consideren una inversión de cara al futuro”, esboza De Benito. Quieren, además, dar a conocer buenas prácticas, dotarle de una mayor visibilidad, asesorar a quienes lo requieran…
Para Sara Gutiérrez, algunas de las recomendaciones que han resultado de esta alianza son “razonables” y “acertadas”. Desde el IES Virgen de la Paloma, consideran que puede servir, por ejemplo, para que empresas de pequeña magnitud se coordinen entre ellas, para crear una red y poder contar con tutores expertos conjuntos. Vila entiende, sin embargo, que la Fundación Bertelsmann podría ayudar pero no hacerse cargo de una labor del Estado.
Para Vila, hace falta un paraguas en torno a la Dual (en Alemania, los Lander tienen flexibilidad en cuanto a los currículos, pero hay unas bases comunes, como el tipo de relación jurídica para el becario en formación), y preguntarse si está funcionando, si está mejorando la empleabilidad, como perseguía.
En este tiempo no parece haberse avanzado demasiado en la consecución de otro de los objetivos que se le adjudicaron (la obtención de datos para mejorar la calidad de la FP), pues, a día de hoy, señala el investigador, las estadísticas oficiales solo registran los alumnos, las empresas y los centros por comunidades autónomas apuntados al modelo, pero ni rastro de la empleabilidad de los alumnos (más allá de estudios puntuales, como uno en Cataluña[¿podrías poner un enlace a este estudio?] en determinados ciclos de FP que mostró una mejora en la inserción laboral de en torno al 15%, según De Benito).
“Es algo que hay que estudiar no solo en el corto plazo, pues resulta muy apetecible para las empresas contratar en junio, justo cuando terminan la Dual, para esos tres meses de verano…”, señala el profesor, que está inmerso en una investigación en esta línea, en un seguimiento de las primeras promociones de alumnos, para él necesaria para dar por válido que “si la Dual no existiera en España, sería necesario crearla”.