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Hace unos pocos días, antes de cerrar 2020, se estrenó en el Canal Encuentro de la Argentina el documental La comunidad educativa argentina frente al COVID-19 de Esteban Alfredo Cuevas, un repaso de las actuaciones y situaciones vividas en el país latinoamericano a lo largo de los últimos nueves meses.
“A toda la Argentina, a todos los argentinos, a todas las argentinas, a partir de las 0 horas de mañana, deberán someterse al aislamiento social preventivo y obligatorio”. Con estas palabras anunciaba Alberto Fernández, presidente de Argentina el comienzo en el país del confinamiento provocado por el avance de la pandemia. Así arranca el documental.
Mediante entrevistas a responsables educativos, desde el ministro de Educación, Nicolás Trotta hasta docentes como Eugenia Nogueira, pasando por trabajadoras de los medios de comunicación, sindicatos, escuelas, familias y estudiantes, durante una hora escasa, se desgranan los esfuerzos, los logros y las luces y las sombras del año escolar marcado por la pandemia de Covid-19.
Problemas y retos comunes no solo en América Latina, sino en realidad en todo el mundo. Problemas de conectividad a internet, falta de dispositivos, dificultad en la comunicación y en el mantenimiento de las relaciones entre docentes, familias y alumnado se repiten allá donde se mire la educación en 2020. Un año lleno, también, de ejemplos de solidaridad, cooperación y colaboración en el que el acceso a la alimentación también ha sido un trabajo de las escuelas.
Todo ello en un país en el que cerca de la mitad de la población en edad escolar se encuentra bajo el umbral de la pobreza, con 2,5 millones de chavales que desayunan y otros 1,6 que almuerzan en sus escuelas.
El esfuerzo de una gran cantidad de personas, más allá de las loas a la administración de Alberto Fernández: docentes, familias, chicas y chicos, personas voluntarias, que han intentado sostenere no solo el sistema educativo en marcha, también una parte del sistema social.
Que termina, con la finalización del ciclo escolar, y la esperanza de que la vuelta a las aulas traiga un reencuentro muy esperado para toda la comunidad educativa, la vuelta a la presencialidad, al contacto. Y también la mirada puesta en la necesidad de aprovechar todo lo pasado para cambiar las cosas. “No tenemos que volver a la normalidad sino más bien pensar en qué cosas tenemos que transformar en la sociedad. Si hacemos algo colectivo vamos a ir mejorando de a poco”, resume, como colofón final, una alumna.