Si se les pregunta, la mayoría reconocen que tuvieron una ESO complicada. No obtuvieron el título y, por tanto, el riesgo de abandono educativo prematuro era elevado. El único clavo que les reservaba el sistema era un programa de formación e inserción (PFI), y los cogieron. Ahora, a mitad de curso, los 15 alumnos del PFI del Institut Joan Brossa de Barcelona ya empiezan a pensar en el futuro. Todos quieren continuar estudiando un ciclo formativo de grado medio, si bien no está claro que pueda ser el que quieran, ya que no existe una reserva de plazas para estos alumnos.
El proyecto estrella de este grupo se llama Espai Retroba, una tienda de intercambio de todo tipo de artículos usados (en especial ropa, pero también hay libros, juguetes, bisutería, accesorios, etc.). Los clientes aportan los productos, y a cambio obtienen un dinero (los guinares, diseñados por los propios alumnos) que pueden utilizar sólo en este comercio. El Espai Retroba abre cada martes por la mañana en la sede de la asociación de vecinos Joan Maragall (calle La Bisbal, 40), y en cada ocasión acuden dos alumnos acompañados de una de las dos docentes del PFI, mientras que el resto del grupo se queda en el aula con la otra.
“Aprendemos a organizarnos, a tenerlo todo ordenado y a gestionar el dinero”, explica Alisson, alumna de 18 años que el próximo año querría seguir en el mismo instituto, haciendo el ciclo de grado medio de Moda. Para ella, la gran virtud de este proyecto es que es ecológico. «Hacemos intercambios con puntos como el dinero de verdad y ayudamos al medio ambiente», apunta. “También aprendemos a trabajar de cara al público y a tener una comunicación asertiva con el cliente, eso es lo que más me gusta”, añade Manel, de 16 años y que el próximo curso intentará entrar en algún grado medio de Electromecánica y Automoción.
Antes de abrir la tienda, todo el grupo diseñó la cartelería, preparó el escaparate (que van renovando según la temporada), desarrolló estrategias para dar a conocer el proyecto en el barrio (en Instagram son @espairetroba) y elaboró una lista de precios de compra y venta, según cada tipo de artículo. Trabajan el margen comercial y, por tanto, venden a un precio más caro de al que compran, si bien hay ropa que reciben y que envían directamente a la parroquia, que es donde irá a parar todo lo que no se haya vendido a final de curso. En estos momentos están de rebajas, como corresponde a la época del año y, por tanto, se debe calcular un descuento por cada artículo vendido.
Cuadrar la caja
En el Espai Retroba hoy está Dayra, de 17 años, que también espera continuar el próximo año con el grado medio de Moda, y Dani, también de 17, que se inclina más por el comercio vinculado con la actividad física y el deporte. Dayra está etiquetando ropa que ha llegado hoy, y con Dani la doblan o la cuelgan, en función del tipo de prenda, pero antes la pasan por una plancha de vapor. Dayra nos explica que cada día que abren, cuentan la caja inicial y la final, que es cuando ven lo que han vendido y comprado. Al terminar la caja debe cuadrar, para finalmente trasladarlo a un Excel en el que registran toda la contabilidad. Unas clientas que están en la tienda se llevan una chaqueta blanca y pagan con los guinares que hace unas semanas obtuvieron cuando llevaron ropa. «Me gusta mucho porque esto es economía circular», nos dice la clienta.
A distancia los observa Joana Bravo, la profesora que se encarga de impartir los contenidos de materias troncales del PFI (Matemáticas, Lenguas y Sociales). «Aparte de los contenidos que van trabajando durante el proyecto, este también es un momento muy bueno para hacer tutorías individuales», explica. En el aula, con el resto del grupo, se ha quedado Laura Recio, que es la profesora que imparte los contenidos relacionados con las técnicas comerciales.
Espai Retroba es un proyecto integrado de Aprendizaje y Servicio de 30 horas que tendrá un peso importante en la nota final del PFI de estos alumnos, si bien no es la única práctica real que harán. El tercer trimestre compaginarán los estudios con prácticas en tiendas reales durante la tarde y los fines de semana y, de hecho, ahora mismo están preparando su CV y realizando un trabajo de campo para buscar el comercio donde les gustaría realizar estas prácticas. Dentro de poco empezarán a golpear puertas con su CV en la mano donde podrán reflejar la labor realizada en el Espai Retroba. ¡Mucha suerte!