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Los recientes resultados en competencia lectora del alumnado español en PISA (Programme for International Student Assessment) vuelven a estar sobre la mesa en el debate político y educativo actual. La comprensión lectora es un indicador del éxito académico y, consecuentemente, una de las habilidades fundamentales para prosperar en la sociedad actual. Por ello, ante la alarmante caída de las puntuaciones en lectura, el Gobierno ha avanzado como medida la puesta en marcha de un plan de refuerzo que contempla la reducción de estudiantes por aula, profesorado de apoyo y formación docente. Estos resultados no han supuesto una novedad a los docentes que día tras día se esfuerzan por conducir a sus estudiantes hacia el logro académico, a partir de la organización curricular existente, con un determinado horario lectivo, una ratio establecida por grupo y por medio de los diferentes recursos disponibles en sus centros educativos. Tampoco es un descubrimiento para dichos docentes comprobar que cada vez se lee menos y, en consecuencia, cada vez se comprende menos lo que se lee.
Por otra parte, también PISA acaba de evaluar el pensamiento creativo del alumnado al final de su etapa educativa obligatoria, cuyos resultados podrán ser conocidos en breve. Esta nueva competencia evaluable en PISA 2022 pretende medir la capacidad de los estudiantes para responder a las demandas de un mundo en constante cambio, donde la innovación y la creatividad son elementos clave para la adaptación. PISA define el pensamiento creativo como la competencia para participar de forma productiva en la generación, evaluación y mejora de ideas que pueden dar lugar a soluciones originales y eficaces, avances en el conocimiento y expresiones de la imaginación. Lejos de considerar el pensamiento creativo como una capacidad de dominio general, este fue estructurado en su marco conceptual en cuatro contextos de dominio: expresión escrita, expresión visual, resolución de problemas sociales y resolución de problemas científicos.
Sin duda, esta iniciativa de evaluación merece nuestro aplauso. No obstante, nos planteamos al respecto la siguiente cuestión: ¿Estamos formando a nuestro alumnado para el desarrollo, la mejora y el logro de dicha competencia? La LOMLOE destaca entre las finalidades de la educación el desarrollo de la creatividad, por lo que se comprueba un verdadero interés por su trabajo en el ámbito educativo. Sin embargo, no existe un desarrollo curricular reglado, concreto y definido que permita el trabajo de la creatividad en los diferentes niveles educativos.
Con respecto a la tercera cuestión que nos ocupa, la inteligencia artificial empezó a ser objeto de debate fundamentalmente con la aparición de ChatGPT; debate que continúa en un punto álgido en relación con el uso ético de la gran variedad de sistemas de inteligencia artificial que hoy en día ya se encuentran a disposición de la sociedad y, en particular, del alumnado de prácticamente cualquier nivel educativo. A esto se suma el polémico contexto actual sobre el uso de las pantallas y su prohibición en los centros educativos. No obstante, si la inteligencia artificial generativa ha conseguido revolucionar en poco tiempo la manera en la que vivimos, trabajamos y aprendemos, ¿no deberíamos entonces abordar desde el ámbito de la investigación educativa cómo introducir su colaboración al servicio de la educación?
La educación no puede quedarse atrás y desde este triple enfoque de necesidades (resultados en comprensión lectora, interés por la evaluación del pensamiento creativo y uso de la inteligencia artificial), quienes enseñamos e investigamos en educación hemos de promover urgentes medidas de actuación. Todo planteamiento de soluciones que pretenda reconducir la situación competencial del alumnado debe ser respaldada por la investigación educativa. Como docentes y especialistas en nuestro ámbito queremos y necesitamos que se nos consulte en cualquier desarrollo que involucre la mejora académica de estudiantes.
Así, fruto de nuestra investigación y en coherencia con las medidas que deberían ser abordadas, consideramos que el desarrollo de la comprensión lectora puede beneficiarse en gran medida al ser abordada desde una perspectiva que fomente la creatividad, según estudiamos en la Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado (RIFOP), 97(36.3). Debemos otorgar la importancia que corresponde al nivel creativo que contempla el proceso lector. Además, hemos de asumir que uno de los desafíos educativos más apremiantes es cultivar la creatividad en el alumnado, como una habilidad esencial en un panorama laboral cada vez más impulsado por la innovación y la originalidad. En este sentido, si definimos el pensamiento creativo como los procesos cognitivos necesarios para llevar a cabo un trabajo creativo, la lectura requiere del pensamiento creativo de la persona en su proceso de recepción. ¿Se ha planteado este nivel creativo del proceso lector en las aulas para el desarrollo conjunto de ambas habilidades: competencia lectora y pensamiento creativo?
En el marco del pensamiento creativo de PISA, el dominio de la expresión escrita evaluado se concreta en el desarrollo de una escritura creativa, centrada en la generación de ideas de modo imaginativo por el alumnado. Por tanto, en este ámbito, la escritura no podrá desligarse de la lectura o, dicho de otro modo, se ha de dar una especial importancia a las manifestaciones creativas derivadas de la lectura, pues dichas actividades de escritura creativa ayudan a establecer una relación lúdica, experimental y estética con el lenguaje.
Por otra parte, según los procesos de comprensión lectora establecidos para la evaluación en la etapa de Educación Secundaria por medio de PISA, como para la evaluación en Educación Primaria en el marco de PIRLS (Progress in International Reading Literacy Study), la interpretación e integración de información implica el propio conocimiento del alumnado, lo que lleva a conexiones y nuevas ideas a partir de un texto base. Se promueve el desarrollo de pertinentes redes de significado en un revelador espacio de encuentro de las aportaciones del texto con las de quien realiza la lectura. Dichas conexiones ofrecen una oportunidad para la activación de ideas y el desarrollo creativo en el dominio verbal. En definitiva, la lectura posibilitará que el alumnado se desarrolle cognitiva, emocional y creativamente a través de procesos de comprensión. A su vez, la interacción personal del alumnado con los textos leídos promoverá el desarrollo de su creatividad verbal.
Una vez conectada la comprensión lectora con la creatividad, avanzamos en nuestra propuesta con la introducción de la inteligencia artificial en el aula y, en este sentido, apostamos por una colaboración humano-máquina para el desarrollo de la creatividad verbal del alumnado, según ya hemos comprobado en un reciente estudio publicado en la prestigiosa revista Comunicar, 31(71). ¿Qué tipo de herramientas pueden ser útiles para trabajar la creatividad? No interesa aquí una discusión sobre la presencia o ausencia de la tecnología en el aula, sino el uso y el provecho didáctico de la misma para adquirir competencias educativas. Así, dada la gran variedad de aplicaciones de inteligencia artificial para la escritura, es fundamental seleccionar aquellas que aportan un valor añadido y fomentar que el alumnado sea capaz de emplearlas con criterio y responsabilidad a lo largo de su proceso de aprendizaje.
En este sentido, puede resultar provechoso introducir estas herramientas en el aula y enseñar al alumnado a trabajar eficazmente con la inteligencia artificial en la generación de ideas. Concretamente, la inteligencia artificial será de gran utilidad al proporcionar gran número de ideas relacionadas con un tema (lo que vinculamos con el indicador creativo de la fluidez en el campo científico), así como una notable variedad de estas (indicador creativo de la flexibilidad). A partir de las ideas generadas, el alumnado podrá trabajar en el desarrollo del producto creativo para lograr un resultado novedoso y original.
No obstante, la información proporcionada por la inteligencia artificial deberá ser revisada mediante el desarrollo del pensamiento crítico, en la fase fundamental de valoración y reflexión que implica la competencia lectora. Por otra parte, el modo en el que la inteligencia artificial escribe habrá de ser personalizado, contextualizado e integrado en el mundo humano, a través del pensamiento creativo. La creatividad no sucede en una mente aislada, sino en la interacción de la persona con un contexto sociocultural.
Finalmente, según todo lo comentado anteriormente, el desarrollo de la comprensión lectora requiere de nuevas perspectivas en conexión con las posibilidades que ofrece el interés por el pensamiento creativo en el panorama de la evaluación internacional. El trabajo de la competencia lectora y el pensamiento creativo evaluados en PISA deberán ser foco de nuestra atención. Por otra parte, escribir y generar ideas originales con la ayuda de la inteligencia artificial sugiere un replanteamiento de la escritura y su desarrollo creativo en educación. Sin duda, los cambios en la práctica educativa de los próximos años estarán determinados por los avances de la inteligencia artificial. En estas líneas hemos pretendido plantear la pertinencia de nuevas formas de aprendizaje, a partir de un enfoque interconectado de la comprensión lectora, el pensamiento creativo y la inteligencia artificial, tres cuestiones de interés en el actual debate educativo. Por todo lo dicho, será necesario apostar por una investigación en plena colaboración con docentes, líderes educativos y alumnado, con el fin de garantizar la puesta en marcha de adecuadas políticas educativas.