La democracia contemporánea, en constante evolución y sometida a retos sin precedentes, asiste a una participación política de los ciudadanos cada vez más compleja. Este escenario es particularmente relevante en el contexto de la participación política de los jóvenes en Europa, que se encuentra en un punto crítico, dando forma a las tendencias y desarrollos futuros de la sociedad.
La inclusión de los jóvenes en la gobernanza y en los procesos de toma de decisiones políticas está profundamente influenciada por el contexto político, socioeconómico y cultural. Existen pruebas sólidas de que la participación de los jóvenes en los procesos políticos formales es relativamente baja en comparación con la de los ciudadanos de más edad, lo que pone en tela de juicio la representatividad del sistema político.
Además, la presencia de jóvenes menores de 35 años en puestos de liderazgo político formal es escasa. En muchos países, la edad mínima para acceder al Parlamento es de 25 años o más.
Sin embargo, los jóvenes se están implicando en la democracia y su participación adopta diversas formas, como el voto, la afiliación a partidos, la actuación en consejos locales de la juventud, la participación a través de organizaciones juveniles o el activismo político en línea, o a través de movimientos de protesta.
Esta participación se da en un escenario de transformación democrática e incertidumbres políticas, sociales y económicas. Recientemente han surgido desafíos adicionales, como la pandemia de Covid-19, una mayor polarización política y social, crisis económicas y guerras.
Para comprender mejor la participación de los jóvenes en las decisiones democráticas, la Comisión Europea realizó una encuesta a través del Eurobarómetro («Eurobarómetro es la herramienta oficial de investigación utilizada por el Parlamento Europeo, la Comisión Europea y otras instituciones y agencias de la Unión Europea para supervisar regularmente el estado de la opinión pública en Europa sobre cuestiones relacionadas con la Unión Europea, así como las actitudes hacia asuntos de naturaleza política o social»), que compara datos sobre la participación de los jóvenes en las elecciones de 2009, 2014 y 2019 en la Unión Europea:
Aunque los mayores de 40 años son más proclives a participar en estas elecciones en comparación con los votantes más jóvenes, se ha producido un notable crecimiento del electorado juvenil. Entre los votantes menores de 25 años, la participación aumentó 14 puntos porcentuales, hasta el 42%, y entre los de 25 a 39 años, el aumento fue de 12 puntos porcentuales, hasta el 47%, al comparar las elecciones europeas de 2014 con las de 2019.
¿Cuáles podrían ser las razones de este aumento? Según la «Youth Survey 2021 », también del Eurobarómetro, el principal incentivo para que los jóvenes voten en las elecciones europeas es el sentimiento de responsabilidad cívica (32%) y el deseo de contribuir activamente al futuro (32%).
Otras formas de participación política
Además del voto, que se considera una forma tradicional de participación política, los jóvenes europeos reconocen la eficacia de otras formas de compromiso cívico, como la participación en protestas y la firma de peticiones.
Esta diversificación de las formas de participación revela un enfoque pragmático de la participación política, en el que los distintos métodos se consideran complementarios y no excluyentes. La participación en peticiones y protestas, junto con el voto, ilustra un esfuerzo consciente de los jóvenes por implicarse activamente en el proceso democrático.
A pesar de los avances, aún quedan cuestiones pendientes, como la participación de las mujeres jóvenes y los grupos minoritarios, o las nuevas formas de participación en entornos digitales. Los datos revelan que los jóvenes europeos, aunque representan una parte significativa de la población, se enfrentan a discrepancias entre sus percepciones de eficacia y sus acciones políticas. Mientras que algunas actividades, como las peticiones en línea, son ampliamente adoptadas, otras, percibidas como eficaces, como las protestas callejeras o el contacto directo con los políticos, tienen una baja participación.
De cara al futuro de la democracia europea, los jóvenes quieren que se dé prioridad a sus problemas en la agenda política. Estudios recientes muestran que los jóvenes están en general a favor de la UE y tienen prioridades claras, como la lucha contra la pobreza y la desigualdad, el cambio climático y el desempleo.
Para fomentar la participación de los jóvenes, varias iniciativas utilizan datos abiertos para acercar la política a los ciudadanos. Algunos ejemplos son aplicaciones como TrackmyEU y Democracy Game, cuyo objetivo es implicar a los jóvenes en la política a través de debates virtuales, concursos y encuestas.
TrackmyEU es una plataforma que pretende facilitarte el seguimiento del proceso de toma de decisiones de la Unión Europea. Aquí puedes personalizar tu experiencia según tus intereses y aprender más sobre el funcionamiento de la UE. Para ello, sólo tienes que crear tu panel en la plataforma e indicar los temas que quieres seguir.
El Democracy Game es una iniciativa que ayuda a los jóvenes a superar los obstáculos financieros y sociales que les disuaden de desempeñar un papel activo en la vida política. A través de él, los jóvenes pueden reforzar su pensamiento crítico, animarse a expresarse, ser incluidos en el proceso de toma de decisiones y combatir las noticias falsas que limitan sustancialmente sus derechos humanitarios y cívicos.
Las herramientas para lograr la inclusión y restablecer la confianza son digitales y utilizan la comprobación de hechos, el análisis neurocientífico y valoran la participación como componente decisivo para promover un cambio positivo en la vida real.
En conclusión, el panorama del compromiso político de los jóvenes en Europa es dinámico y polifacético, y refleja un equilibrio entre tradición e innovación en las formas de participación.
La creciente inclinación de los jóvenes a participar en las elecciones europeas, demostrada por el aumento de la participación electoral, señala una mayor concienciación de la importancia del voto como herramienta de influencia política. Al mismo tiempo, la adopción de formas alternativas de compromiso cívico, como protestas, peticiones y participación digital, revela un enfoque pragmático y adaptativo de la participación política.
Estas tendencias indican un despertar político entre los jóvenes, impulsado por el deseo de configurar activamente el futuro e influir en las políticas que afectan a sus vidas. Sin embargo, sigue habiendo retos, como la inclusión efectiva de las mujeres jóvenes y los grupos minoritarios, así como la necesidad de explorar y validar nuevos canales digitales de participación.
Por lo tanto, para fortalecer la democracia europea, es esencial reconocer y apoyar la diversidad de voces jóvenes, aprovechando las oportunidades que ofrece la era digital y promoviendo iniciativas que acerquen a los jóvenes al proceso político, garantizando que sus prioridades se reflejen en la agenda política.