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Sinopsis
“Siete agujas de mujer” se sitúa en el Madrid del principio de los años noventa. Siete mujeres muy diferentes coinciden en una pequeña academia de costura donde compartirán la historia de sus vidas. Cada una tiene un motivo diferente para aprender a coser y, entre telas, patrones y alfileres, todas irán conectando parte de sus vidas que tenían olvidadas. Entre todas descubren el poder terapéutico de la amistad entre mujeres, eso que hoy llamamos “sororidad”.
Una historia entrañable que nos muestra que en la costura, como en la vida, casi todo tiene remedio; que equivocarse y aprender van de la mano, y que cada puntada siempre encierra una enseñanza. Las siete mujeres son:
Julia siempre soñó con tener su propia academia y compartir lo que su madre le había enseñado. Es pura vida y entusiasmo en lo que va enseñando.
Amelia que permanece toda la vida a la sombra de su marido, vive muy acomodada y al quedarse viuda decide ayudar a Julia a cumplir su sueño de abrir una academia de costura. Con este emprendimiento rompe con los corsés que la sociedad le ha impuesto.
Sara necesita un cambio. Entra en la academia para salir de su vida monótona en la que sus sueños estaban olvidados.
Catherine llegó a España en los años sesenta y es una mujer sabia. Coser y compartir las historias de toda una vida le ayudarán a conectar con su juventud.
Margarita es mexicana, está casada con un diplomático, tiene dos hijos y, aunque lleva una vida cómoda, a veces se siente una extraña lejos de su hogar.
Laura es una de esas mujeres que necesita demostrar al mundo que puede con todo, que es una gran profesional y una madre excelente. Pero también necesita tiempo para sí misma.
Marta, moderna y pizpireta, es la más joven de todas. Entró en la academia alentada por su abuela aunque sus intereses son muy distintos a los del resto de sus compañeras.
Forman un grupo de mujeres que van construyendo y analizando sus vidas a la vez que van dando puntadas.
Lucía Chacón McWeeny (Almuñécar, Granada, 1969) estudió Traducción e Interpretación en la Universidad de Granada. En 1991 se trasladó a Madrid donde trabajó como documentalista. En 2011 apostó por convertir una de sus aficiones en su modo de vida y abrió el blog Menudonumerito.com. En 2012 puso en marcha su canal de YouTube, donde comparte tutoriales de costura con una comunidad de más de 1.400.000 seguidores.
Su primera novela, Siete agujas de coser, enamoró a decenas de miles de lectoras. Los días que cosemos juntas, la continuación, la consolida como una de las voces más interesantes del panorama de la narrativa actual.
Reseña
Es curioso porque a mí no me gusta la costura y sin embargo la novela me ha encantado. Me imagino lo que deben disfrutarla aquellas personas que sí les gusta coser, medir, hacerse una camisa, elegir telas…
La asistencia a la academia de costura suponía para aquellas mujeres un tiempo en el que se sentían protagonistas de su propia vida, se veían construyendo algo que habían soñado y emprendiendo un camino que podía dar sentido a sus vidas, lejos de la realidad encorsetada en la que cada una se encontraba diariamente.
A lo largo de la novela se trasluce el entusiasmo de la protagonista al enseñar, me ha recordado mucho al entusiasmo que debe tener el maestro o la maestra por sus alumnos y alumnas, por lo que enseña y cómo se prepara sus clases y para atender a todas, nadie se queda atrás en esa academia de costura, ojalá ese entusiasmo sirva para que los lectores aprendan y puedan enseñar con esa característica que llega hasta la persona que aprende.
Hemos de destacar también la figura de Amelia, una señora que no tiene problemas para vivir con soltura y sin embargo ayuda a Julia a montar esa academia que le hacía tanta ilusión para poder transmitir todo lo que su madre le había enseñado. Amelia es un ejemplo de mujer emprendedora y humanitaria que sabe saltarse los estereotipos que la sociedad le ha marcado en beneficio de esas mujeres. “Ahora siento que la vida me da una segunda oportunidad y no quiero ser una viuda más. Entiéndeme, quise mucho a tu padre, pero él se ha ido y yo sigo aquí, y quiero hacer algo que me apasione con la vida que me queda”
La novela está llena de emociones y, aunque es larga, te atrapa para seguir leyendo todo el tiempo que puedas. En ella nos encontramos con los temas que rigen nuestras vidas y que nos pueden servir de aprendizaje para el transitar por la misma. Nos encontramos con ejemplos de valentía, de sororidad, de emprendimiento, de salud mental, de conciliación… “En la vida como en la costura todo tiene remedio”.
El entusiasmo en estas dos mujeres, Julia y Amelia, lo podemos disfrutar desde el momento que encuentran un local y empiezan con los trámites para cumplir sus deseos. Las dos, en completa armonía, tenían divididos sus papeles, una dedicada a la gestión del papeleo y la administración y la otra dedicada a la parte más técnica de todo lo necesario para la costura. Ningún comienzo es fácil, pero tenían el tesón necesario para que las cosas se solucionaran y pudieran empezar a marchar tal y como ellas querían.
En definitiva, una novela llena de vida, de emociones, de sentimientos, de enseñanzas que nos hace disfrutar con su lectura y que recomiendo a hombres y mujeres. Creo que es un buen ejemplar para los Clubs de lectura e incluso para las Tertulias dialógicas porque de ella pueden surgir suculentos debate
Para saber más: