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Con alguna que otra década a sus espaldas trabajando en la educación Infantil, Lourdes Quero tiene una cierta perspectiva de lo que ocurre en el sector. Además, ha pasado por las dos etapas (0-3 y 3-6), lo cual le ayuda a completar una visión global. Y no trae buenas noticias. “La educación infantil está tocadísima”, dispara nada más empezar la conversación. Licenciada en Psicopedagogía, Quero es ahora presidenta de la Junta de Portavoces de Educación Infantil 0-6, desde donde defiende la educación pública y lamenta el carácter asistencial que se da a esta etapa demasiado a menudo. Quizá para matizar su propio mensaje, al concluir la entrevista Quero lanza un último mensaje: “También hay cosas positivas. Por ejemplo, la red de escuelas infantiles que ha creado el Ayuntamiento de Madrid, cambiando las condiciones de acceso para hacer esa labor de compensación educativa, entre otras cosa”. Anotado queda.
Es difícil generalizar, pero, ¿cómo está la educación Infantil?
Está tocadísima. Quitando alguna experiencia que estamos viendo, en general está tocada. Las escuelas infantiles lo llevan pasando mal mucho tiempo. Las escuelas de gestión directa están abandonadas, las de gestión indirecta están maltratadas, se ha pasado la gestión a empresas con ánimo de lucro y se está haciendo negocio con los más pequeños. Las empresas que quedan del principio están sufriendo mucho. En los colegios estamos desesperados, tenemos muchísimos niños en las clases, ratios muy elevadas, faltan profesionales por todas partes, faltan recursos e interés por esta etapa.
¿No cree que la Administración le dé la importancia que debería?
Obviamente. No le da ningún valor a la etapa. Ni siquiera la trata como si fuera una etapa. El tratamiento del 0-3 y del 3-6 es muy diferente, pero en ningún caso le da importancia, hasta el punto de que la educación infantil ni aparece en la ley. No hay ningún interés en que tenga la importancia que debe tener. Es más fácil pensar que los niños de 0-3 hay que acoplarlos para que sus padres trabajen y se haga todo desde la perspectiva de la conciliación, cuanto más barato mejor. Las condiciones de los niños no importan, se trata de ampliar horarios y que la gente los pueda dejar de cualquier manera. Y como el 3-6 no es obligatorio, la administración bastante hace con ofrecer plazas. Todos los niños deberían tener derecho a la educación, y al menos en Madrid no tienen la educación que deberían tener.
¿Cree que el 3-6 debería ser obligatorio?
No creo que se deba obligar a los padres a tomar esa decisión. Pero como sabemos que está extendida la escolarización del 3-6 en general, se debería poner el énfasis en que se pudiera dar una educación adecuada a las necesidades de los niños de esta edad. En los colegios se funciona según el interés del profesor en cada aula. Las necesidades de un niño de 3-6 no son las mismas que las de un niño de 9 años y si se ponen los recursos igual… Yo tengo 27 niños en clase, y por mucho que me quiera esforzar en hacer un buen trabajo por ellos no puedo. Las aulas están masificadísimas en los colegios. Además, aunque tengas niños con necesidades educativas especiales no tienes apoyo especial para ello. Ni te reducen ratios ni hay apoyos especiales. Si tienes 27 niños y tres presentan unas características especiales tienes una casuística complicada; son muchos niños para un profesional.
¿Cuál sería la ratio adecuada?
Con 15 niños estaríamos perfectamente. Lo suyo sería que nos adecuáramos un poco a las ratios europeas. Igual no sería tan importante el número de niños si contáramos con los profesionales suficientes o las instalaciones suficientes. Si tienes 15 niños, pero no caben en clase… Se han ido rebajando poco a poco las condiciones. Con la LOGSE eran 18 niños y se construyeron las clases para esos niños, pero ahora estamos metiendo 28 niños en ese mismo espacio, porque caber, caben, aunque sea de perfil. Se están utilizando los recursos mal.
¿Ha empeorado mucho la situación de la Infantil con la LOMCE?
La infantil no nos ha afectado demasiado. Estamos ahí porque tenemos que estar, pero no hace ningún desarrollo de Infantil. El desarrollo se hizo en la LOGSE, cuando se explicaban las características de los centros, personal, ratios, etc. La LOMCE no hace nada, solo dice que como no es obligatoria, no es educativa. Hay que regularlo y quitarlo de las manos de las comundiades autónomas. Ahora el 0-3 está regulado por las comunidades, y en función del criterio de cada una se hace de una manera u otra. En Madrid, como nos han tocado unos gobiernos con criterios más economicistas que pedagógicos, el respeto por la etapa es ninguno. La mayoría de los centros específicos han desaparecido, quedan reductos de municipios muy combativos que con sus propios recursos han conseguido mantenerlos. La Comunidad apenas tiene centros.
¿Sobreprotegemos a los pequeños?
De todo hay. No creo que se pueda generalizar, también hay niños que están muy necesitados. La educación infantil, como toda educación, debe compensar desigualdades, sean del tipo que sea. Habrá niños sobreprotegidos porque hay una parte de la sociedad que pasa mucho tiempo fuera de casa y cuando está no quiere pelearse con sus hijos. Pero también tenemos muchos niños con unas necesidades brutales y nuestra obligación es sobreprotegerlos, de hecho.
¿Dirías que hay más niños con problemas y necesidades?
Antes de esta gran crisis que hemos vivido había sectores que sabías que tenían gran necesidad. Los centros públicos siempre hemos atendido a colectivos más necesitados. El problema es que con esta crisis esta situación se ha extendido y ahora mismo tenemos personas que van a trabajar a diario, pero no son pobres y no tienen ni para el comedor. Antes había un sistema de becas que en las escuelas infantiles era para todo: para comedor, para libros de texto, para todo. Pero poco a poco los gobiernos se han ido cargando las políticas de becas y lo que queda es muy residual para gente en exclusión. Sin embargo, muchos trabajadores que antes no estaban en esa situación lo están. Gente que se ha quedado sin trabajo y los trabajos que han encontrado ahora tienen un tercio de salarios, pero las hipotecas siguen igual. Se nota en los niños. Muchísimo.
¿Cómo ha quedado la política de becas?
Yo empecé a ser directora en 1994 hasta 2009. Durante todo ese tiempo en las escuelas infantiles existían esas becas. Las cuotas de las escuelas infantiles se dividen en apartados: la enseñanza, el comedor y los horarios ampliados para padres que trabajan hasta tarde. Antes había niños que no pagaban nada o tenían cuotas simbólicas. Pero en cuanto llegaron los gobiernos del PP empezaron a caer las plazas y a subir el precio. Las ayudas al comedor, igual. Había becas que cubrían el 100%, se consideraba que había niños que tenían que estar más tiempo en las escuelas para que sus padres trabajaran o buscaran empleo. Pero se subieron las cuotas, se retiraron las ayudas, para flitrar un poco quién entra en las escuelas. Ahora quedan becas de comedor irrisorias, el resto lo tienen que pagar los padres. En los colegios es lo mismo, para que te den una beca de comedor tienes que estar prácticamente en la indigencia. De los libros de texto no hablamos. La política de becas está en extinción.
¿Se trabaja mucho con libros de texto en Infantil?
Libros como tal no se utilizan, son cuadernillos. Pero depende de los centros, hay libertad de elección. Cada equipo toma sus decisiones, así que te encuentras centros donde no se hace prácticamente nada, y otros son todos con libros, que le pueden costar mucho dinero a los padres. En la pública hay más sensibilidad con este tema porque sabemos que los libros cuestan mucho, pero en los concertados puedes encontrarte con tres-cuatro libros a la vez. Un niño de cuatro años puede tener 250 euros en libros. En la pública se trabaja más por proyectos, etc.
¿En esta etapa se empieza ya a trabajar con tecnología en el aula?
Se va introduciendo, más sobre todo en el 3-6 que en el 0-3. El peligro es que haya una exposición exagerada a las pantallas. Los niños ya traen una gran exposición de casa, se les expone a tabletas y teléfonos desde muy pequeños y llegan al colegio que saben utilizar los aparatos mejor que tú. No soy muy partidaria de esta gran exposición, porque es un gran estímulo para los niños, y ves niños muy activos y multiestimulados. Y no distinguen realidad de ficción, y les ves imitando lo que ven en las pantallas y surgen conflictos, porque no se está haciendo una buena gestión. Creo que este cambio está generando algunos conflictos y problemas, aunque también tiene sus ventajas. Nosotros no utilizamos una tableta para cada niño, como se hace en primaria, pero sí tenemos pizarra digital y ordenador en todas las clases. Trabajamos con ello y se utiliza, es interesante para hacer investigaciones dentro de los proyectos, por ejemplo. Pero la exposición pasiva no es muy positiva porque todo el tiempo que están viendo no están actuando, y los niños deben actuar, deben hacer. El aprendizaje se construye haciendo, no solo viendo. Está bien que conozcan las posiblidades que dan estos recursos, pero ellos necesitan aprender de forma activa y la exposición a las pantallas es muy pasiva, muy controlada y tiene como consecuencia este exceso de imaginación y descontrol de lo que es la vida y diferenciarlo de la fantasía. En cualquier restaurante ves a un niño comiendo cualquier cosa y sus padres le han puesto una tableta o el teléfono, está muy extendido y se está perdiendo un poco el norte.
Al hilo de esto de la multiestimulación y exceso de actividad, hay quien dice que actualmente hay mucha facilidad para diagnosticar hiperactividad a los pequeños. ¿Qué opina?
Desde la Junta nos lo estamos planteando desde hace tiempo. Es verdad que se está incrementando mucho el número de niños con problemas de atención e hiperactividad. Nos hemos puesto en contacto con la Complutense para diseñar un proyecto y tratar este tema, porque es preocupante. Pero no podemos saber, sin hacer un estudio riguroso, si esto tiene que ver con los cambios sociales que tenemos ahora, los nuevos modelos de vida de las familias, o con que los profesores estamos un poco demasiado saturados por el elevado número de niños y la casuística tan elevada y necesitamos que los niños estén más tranquilos de lo que deben estar y es fácil poner un cartel. Pero sí es cierto que hay un gran número de niños con problemas de atención, de memoria y que les cuesta mucho conseguir un estado de concentración en algún momento del día, aunque sea con un juego en una tarea que les agrade. Es preocupante, porque la educación infantil ahora mismo, tal y como está, no puede dar respuesta a estos niños. Habría que diversificar mucho las actividades, y con las aulas tan sobrecargadas no es fácil. Pero sí es cierto que hay un aumento en las aulas de niños no diagnosticados, porque para que diagnostiquen en infantil es difícil si no viene por la parte médica y, en infantil, con los recortes en los equipos de orientación educativa no tienen capacidad para llegar a todos los niños.
¿Ha observado cambios en la actitud de los padres en sus años como profesional? Hay profesores que se quejan de que antes las familias tendían a estar de su lado y apoyarles y ahora, por el contrario, se ponen de parte de los niños…
La infantil para esto es muy diferente. Llevamos toda la vida reivindicando la importancia del educador, al ser niños tan pequeños parecemos más la chica que cuida al niño que una profesora. En los colegios la situación es diferente. Las situaciones en las que te puedes encontrar enfrentada a una familia son muy pocas y la mayoría de las veces sí tienes el apoyo. Lo que sí se percibe es un desamparo cuando tienes un problema. No es la generalidad, pero puede aparecer un conflicto puntual. Y ahí hay desamparo, la administración se lava las manos y te dice que lo soluciones como puedas. Pero yo soy docente y funcionaria, si estoy haciendo bien mi trabajo la administración debe apoyarme si me enfrento a un conflicto con una familia. Ahora hay mucha alarma con el acoso escolar y, cuando esto pasa a los medios, la gente se obsesiona un poco y se malinterpretan las cosas. Parece que todos los niños han sido acosados. En infantil esto no pasa, los niños no tienen ni competencias cognitivas para acosar. Pero se dan casos y las familias denuncian. Puede haber peleas, pero no acoso, estos procesos no se dan. Y la administración se lava las manos. Te dice que hagas unos cursitos online en tu casa y expediente cubierto, consideran que ya te han dado las herramientas, pero no es verdad. Si hay conflicto necesitas el respaldo de tus superiores.
En algunas comunidades autónomas se han hecho evaluaciones a niños de seis años… ¿Cree que deben hacerse a esa edad tan temprana?
En Madrid hubo una experiencia piloto, pero tuvo tal rechazo que de momento pararon. Los docentes nos opusimos, los sindicatos se movieron y se pudo frenar. Es realmente absurdo, los niños están en proceso de maduración personal y que uno sepa leer fenomenal y otro vaya más despacio no quiere decir que este no cubra los objetivos o sea más tonto, es cuestión de los tiempos de la madurez y hay que respetarlos. ¿Qué va a ser lo siguiente? ¿Poner una evaluación a los bebés al año a ver si andan? Es una barbaridad.