¿Qué ha pasado con los entornos escolares seguros? ¿Qué ha sido de los beneficios para la salud que trae consigo la reducción de la contaminación del aire? Esas son las cuestiones que se plantean ahora las familias agrupadas en FAPA Giner de los Ríos, la Federación de la Comunidad de Madrid de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado, tras la más que polémica decisión del Tribunal Supremo de tumbar, de manera casi definitiva, la zona de bajas emisiones “Madrid Central”, por defectos de forma en su proceso de tramitación.
“Si se trata de una medida que funciona y que es buena para el conjunto de la ciudadanía, no entendemos que se deje morir de esta forma. No es cuestión de colores políticos, sino de salud. Lo que está en juego es el bienestar de nuestros hijos e hijas. Solo pedimos eso: salud. La suspensión de Madrid Central es una irresponsabilidad absoluta del Ayuntamiento. No entendemos porqué no ha retirado el recurso. Tampoco porqué los fallos administrativos no han sido subsanados a tiempo”, señala Carmen Morillas, presidenta de FAPA.
En la misma línea se manifiesta Pedro del Cura, acalde del municipio de Rivas Vaciamadrid y portavoz de la Red de Municipios por el Cambio de la Comunidad. “Es inaudito. Un tremendo varapalo para la salud de los madrileños. Estamos ante la única zona de bajas emisiones que se ha suspendido en el mundo”, afirma.
De acuerdo con del Cura, la decisión de tumbar Madrid Central no es algo que incumba de manera exclusiva a los residentes en la zona centro de la capital, sino que “también afecta a toda la corona metropolitana, la famosa ‘boina’. En total, cinco millones de personas”. Por esta razón, “invito al alcalde Almeida a recapacitar y a reunirse con todas las partes afectadas, incluidos, por supuesto, los agentes sociales y los representantes del resto de municipios, pues nunca se nos tiene en cuenta en la toma de este tipo de decisiones”, concluye.
Este periódico ha intentado ponerse en contacto con el Ayuntamiento por varias vías en las últimas semanas pero, lamentablemente, no ha sido posible recabar la opinión del Ejecutivo de José Luis Martínez Almeida.
De acuerdo con las últimas informaciones ofrecidas por el diario ABC, eso sí, el ayuntamiento de Madrid se encuentra actualmente ultimando el borrador de la nueva normativa, que pretende ser aprobado en los próximos días en la junta de gobierno y que “contempla la creación de la mayor zona de bajas emisiones de Europa”.
Graves problemas para la salud, la seguridad y el rendimiento académico
“Si cumpliéramos la normativa, nos ahorraríamos miles de muertes prematuras”, anuncia Mireia Gascón, bióloga e investigadora en ISGlobal. “Los efectos nocivos de la contaminación sobre la salud de las personas son de sobra conocidos: problemas respiratorios como el asma, diabetes, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, problemas relacionados con la salud mental…”, expone.
En relación a la infancia, los perjuicios para la salud son muy similares, incluso con mayor afección si cabe sobre la función pulmonar. A tenor de lo expuesto por la OMS en el informe Contaminación del aire y salud infantil, “un 93% de los niños y niñas menores de 15 años (es decir, un total de 1.800 millones de personas alrededor del mundo) respiran aire tan contaminado que pone en grave peligro su salud y su crecimiento”. Solo en 2016, en torno a 600.000 niños murieron a causa de infecciones respiratorias agudas de las vías respiratorias bajas causadas por el aire contaminado.
El desarrollo prenatal, especialmente el neurológico y, por ende, la capacidad cognitiva, se van a ver severamente afectados por la exposición de la madre a la contaminación durante el embarazo. Más aún que tras el nacimiento, “pues se trata de un periodo muy delicado, en el que cada pequeño inconveniente puede desencadenar grandes daños en el feto”, agrega Gascón.
Para más inri, la reducción del tráfico en los distritos Centro y Arganzuela contribuía también, como ponen de relevancia desde FAPA Giner de los Ríos, “a una mayor seguridad en los entornos escolares”. Menos vehículos a motor es siempre sinónimo de mayores facilidades a la hora de desplazarse, ya sea a pie o en medios de transporte alternativos y no contaminantes como la bicicleta. Asimismo, un menor riesgo a la hora de cruzar la calle, sobre todo en las habituales aglomeraciones a la entrada y salida de los centros educativos y que, en muchos casos, requieren de agentes de movilidad para regular el tráfico y el estacionamiento de los vehículos que acuden a recoger a los escolares. Tampoco es posible olvidar la disminución de la tan molesta como perjudicial contaminación acústica.
En palabras de Gascón, “normativas como Madrid Central, que tienen como objetivo la reducción del tráfico en el corazón de las ciudades, contribuyen en gran medida a que los escolares puedan ir más tranquilos al colegio, ya que ayuda a reducir el número de accidentes. Al mismo tiempo, favorece su autonomía y mejora su rendimiento académico en aspectos tales como la memoria de trabajo. En definitiva, favorecen la calidad de vida de la población en general y de los niños en particular”.
Una medida eficaz
Lo cierto es que Madrid Central, la medida estrella aprobada por el gobierno municipal de Ahora Madrid y Manuela Carmena en el año 2018, había logrado reducir hasta en un 22% las emisiones de dióxido de carbono en la zona centro y un 10% en el total de la ciudad en 2019, mejorando así la calidad del aire que, día tras día, inhalan los madrileños, ya sea en de camino al trabajo, en su tiempo de ocio o, como en el caso de los escolares, en el trayecto desde el domicilio a la escuela.
Juan Bárcena, coordinador del área de contaminación atmosférica de Ecologista en Acción apunta a que, al margen de los datos registrados el pasado año con motivo de la pandemia y la reducción evidente de la movilidad que esta ha traído consigo, “los de 2019 son los mejores resultados desde que se llevan a cabo este tipo de mediciones. Sin embargo, Madrid seguía sin cumplir con los límites fijados por Europa. Esto es algo común en la mayoría de los países pero, mientras ellos se han puesto las pilas, nosotros nos hemos quedado sin legislación antiemisiones, lo que incumple la normativa europea. Tarde o temprano, esto supondrá una multa importante”.
No exento de polémica en sus inicios, Madrid Central ha conseguido, con las cifras en la mano, un consenso lo suficientemente amplio entre la ciudadanía. Es por ello que, desde Ecologistas en Acción, seguirán adelante con el proceso judicial hasta agotar la última vía de recurso. Así, el pasado miércoles presentaron una solicitud de nulidad de actuaciones alegando “graves defectos” en el auto del Supremo. De admitirse la petición, Madrid Central volvería a estar plenamente vigente. Al litigio se suma también Más Madrid, que ya ha manifestado su intención de elevar la cuestión al Tribunal Europeo.