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En un acto celebrado esta mañana en el Ministerio de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá ha hecho entrega de la cartera ministerial a Pilar Alegría, quien desde hoy asume el cargo como nueva ministra de Educación del Gobierno de España.
Celaá ha querido dar la bienvenida y desear la mejor de las suertes para su sucesora tras «tres años durísimos, en los que hemos hecho frente a una enorme responsabilidad que ahora toca ceder para que se pueda culminar con un trabajo de éxito».
«Hemos diagnosticado los males del sistema y hemos avanzado en su reforma a través de las modificaciones que traen consigo la nueva ley educativa y la Formación Profesional. El surco del arado está trazado y ahora solamente hace falta seguirlo», ha asegurado.
En un discurso marcado por continuas alusiones a sus orígenes, a su tierra natal y agradecimientos a «amigos, familiares y todos y cada uno de los profesionales que me han acompañado durante estos años como delegada del Gobierno en Aragón», Alegría ha descrito la educación como “pilar fundamental del Estado de bienestar” y “palanca de cambio y progreso” para alcanzar una sociedad mejor, más justa e igualitaria.
Ha destacado además su “voluntad de diálogo, consenso y coordinación” para alcanzar acuerdos con los diversos actores que configuran la comunidad educativa y “superar así las dificultades propias del difícil momento que atravesamos”, tal y como le habían solicitado los sindicatos nada más hacerse oficial su nombramiento.
Siguiendo la línea marcada por su predecesora, la nueva ministra ha puesto de relevancia la culminación de la nueva ley educativa y la reforma de la FP como objetivos fundamentales de su mandato.
“Asegurar una educación de calidad, integral, humanista, sin exclusiones, sin dejar a nadie atrás, tanto en el acceso como en la permanencia en el sistema, es lo que marcará el éxito o el fracaso de nuestra gestión. Es por ello que debemos conseguir que la Formación Profesional se convierta en una opción preferente para el futuro de los niños y las niñas que hoy se encuentran en la escuela y que están llamados a transformar el sistema productivo de nuestro país”, ha apuntado.
Pese a no hacer mención alguna al polémico asunto de las ratios en los cursos postpandemia, Alegría sí ha considerado oportuno hacer guiños a otras cuestiones de relevancia, tales como la importancia de conservar la escuela rural, cuidar la educación artística y proteger la atención a la diversidad. “Si la escuela cierra, el pueblo muere. Es por ello una prioridad evitar el cierre de las escuelas rurales si queremos que la educación se convierta verdaderamente en un elemento vertebrador del territorio”, ha concluido.