El Proyecto que os vamos a presentar lo pusimos en marcha en septiembre de 2010. Partió de la propuesta de toda la Comunidad Educativa de la escuela infantil Palmas Palmitas, situada en el barrio de Las Tablas en la zona norte de Madrid Capital. Para situaros, la escuela pertenece a la red pública de Escuelas infantiles de la Comunidad de Madrid y llevamos en funcionamiento desde 2007.
Inicialmente se planteó como una herramienta que ofreciera la posibilidad, a los niños y las niñas que acuden a nuestra escuela, de observar, explorar sensorialmente y descubrir las cualidades de las plantas y de los nuevos objetos que este nuevo espacio natural ofrecía. Contextualizarlo dentro de los espacios exteriores del centro, otorgándole la misma importancia en su diseño y en su planificación que al resto de espacios interiores y otras propuestas que ofrecemos diariamente durante la jornada escolar, está siendo uno de nuestros objetivos actualmente. Queremos ofrecer una respuesta ajustada a las necesidades infantiles de estas edades, en relación a su autonomía, a su necesidad de actividad y acción libre, a la necesidad de sentir seguridad, de afecto comunicación y socialización. El primer ciclo de educación infantil 0-3, se caracteriza por los aprendizajes que se llevan a cabo a partir de la propia experiencia en su entorno más inmediato y teniendo el juego como base de su aprendizaje. El huerto escolar nos brinda importantes recursos naturales, para ofrecer propuestas de experimentación que favorezca y enriquezcan más su desarrollo integral.
De esta manera, no se trata de una actividad puntual o de un mero espacio de tierra donde se cultiva, sino que es una de las herramientas que hemos integrado en el Proyecto Educativo de Palmas Palmitas. Los recursos, materiales y propuestas están vinculados a nuestra metodología por zonas y rincones de actividad ya que lo concebimos como un laboratorio de aprendizaje cuyas propuestas en muchas ocasiones se trasladan a estos espacios dentro el aula. Ofrecemos dentro de la zona de manipulación un rincón de la naturaleza donde presentamos diferentes experiencias como el descubrimiento, la manipulación y exploración de plantas, insectos y animales, que con el apoyo de las educadoras y educadores pueden contribuir a su cuidado y desempeñar tareas de limpieza y alimentación, mesas sensoriales con semillas obtenidas del huerto, la elaboración de pintura con diferentes tipos de muestras de suelo y con pigmentos naturales. Estas últimas están vinculadas a la zona de otros lenguajes, en concreto al rincón de plástica. En 2- 3 años ya empiezan a utilizar una gran variedad de materiales pues, entre otras cosas, ya no se llevan tantos objetos a la boca y desarrollan una mayor precisión en los movimientos finos en busca de la satisfacción de su deseo de control del instrumento utilizado y, ya con frecuencia al servicio de representar la realidad.
El funcionamiento de la actividad de huerto con el carácter de comunidad educativa que le hemos otorgado, como un espacio que facilita la presencia de las familias en la escuela, se hizo especialmente importante durante el curso escolar pasado y en la actualidad, ya que con motivo de la implantación de los planes de contingencia frente al Covid -19, nos hemos visto obligados a limitar la presencia física de las familias dentro de la escuela y esta experiencia es una muy buena posibilidad de contar con ellas. Las familias que acuden a la escuela son diversas y con distintas necesidades. Por esta razón, y por ser el primer contacto que tienen con el sistema educativo, las profesionales debemos encontrar estrategias de acercamiento de la escuela al contexto familiar y facilitar todos los cauces de información, participación y presencia que generen una base de relación, tan necesaria en estas edades.
Nuestro huerto está situado junto al jardín de los niños y niñas de 2-3 años de manera, que se hace fácilmente accesible. Por las mañanas todas las familias pueden observar los cambios que ofrece este espacio, puesto que está muy visible para todas las personas que nos visitan. Las experiencias que ofrece este espacio fomentan el acercamiento de la naturaleza al aula, disfrutando de experiencias manipulativas de gran riqueza por constituir un primer acercamiento al descubrimiento, a la atención, a la observación, a la exploración de cualidades de algunas plantas, insectos y de otros materiales, así como contribuir a su cuidado.
Estas razones nos impulsaron a mejorarlo y para ello decidimos el curso pasado, formar parte de la Red de huertos escolares del Ayuntamiento de Madrid. Ellos nos han ayudado a su rediseño para que sea una herramienta que permita la participación de toda la comunidad educativa, para ofrecer un acompañamiento integral y significativo a los niños y las niñas de estas edades. Partiendo de esta idea, desde el curso pasado el departamento de Educación Ambiental del Área de Gobierno de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, nos ha concedido un plan de acondicionamiento de nuestro antiguo huerto que se inició en la primavera pasada. Inicialmente en 2010 contábamos con una zona de tierra, acotada con neumáticos. Actualmente contamos con muchos más recursos; herramientas nuevas, mesas de manipulación, siete bancales, semillas y plantones que van cambiando según la temporada. Además de dotarlo de medios materiales, también nos prestan su apoyo en trabajos de mantenimiento, logísticos, asesoramiento técnico y cursos de formación para contribuir a integrar el huerto de manera efectiva en nuestro currículo. En diciembre nos han presentado una gran variedad de recursos pedagógicos para el 0-3 que van a enriquecer, sin duda, nuestra práctica educativa y ofrecerlos al resto de edades.
Este curso escolar (2021/2022) es el segundo año del proyecto que ha recibido una gran acogida por parte de los profesionales, familias y sobre todo de los niños y niñas, quienes pueden desarrollar sus posibilidades individuales de autonomía, partiendo del nivel de desarrollo de cada cual, ya que respetamos su movimiento en libertad. A esta propuesta acuden los 5 grupos de niños y niñas del nivel educativo 2-3 años, una vez por semana por la mañana, desdoblando los grupos en dos turnos. En esta propuesta les acompaña la coordinadora del huerto y una o dos familias que han elegido ayudarnos en su puesta en marcha y en su funcionamiento.
El huerto ofrece la posibilidad de cuidar, observar las transformaciones, regar, recoger los frutos, etc. Todas estas propuestas permiten el desarrollo de aprendizajes tales como:
- El desarrollo del interés por el cuidado de plantas y animales. Muchos de los alimentos que recogemos en el huerto se utilizan para que los niños y las niñas den de comer a los conejos que nos acompañan en la escuela
- Vivencia de relaciones entre los frutos que recogemos y aquellos que comemos después, en casa y en la escuela. Tras la recogida de los frutos, los lavamos, tocamos, pelamos y los preparamos para su ingesta. Notamos con ello, una mayor aceptación de frutas y verduras que normalmente les cuesta probar por su color, textura y sabor. De esta manera desarrollan hábitos saludables relacionados con su alimentación.
- Desarrollo de la sensorialidad, el pensamiento lógico (separar, juntar, asociar…) y la percepción a través del descubrimiento, la manipulación y la exploración de materiales nuevos, frutos, plantas e insectos.
- Descubrimiento de las cualidades de todo aquello que ofrece la experiencia del huerto en relación a texturas, colores, volúmenes, durezas, temperaturas, densidad, peso, cantidad, etc, en relación con el propio cuerpo y poniendo su cuerpo en relación con los objetos, estableciendo así múltiples relaciones entre ellos; metiendo, sacando, cortando, arrancando, regando, apilando, presionando.
- Disfrute al vivenciar el bienestar que les produce el ser partícipes del desarrollo de estas propuestas.
Por otra parte, observamos un desarrollo paulatino de habilidades sociales y aceptación de otras personas adultas que no son sus figuras vinculantes de apego, ya que en las propuestas que presentamos están presentes familias que han decidido colaborar en este proyecto. Esta experiencia les ayuda a sentir confianza y bienestar en las relaciones que mantienen con ellas y de esta forma poder proyectarlas al resto.
En síntesis: esta propuesta deriva de un planteamiento común, que es la idea de que “el aula salga al huerto como espacio exterior y el huerto entre en el aula”, a fin de que todos los espacios de la escuela sean igualmente educativos y ofrecen multitud de experiencias significativas de aprendizaje.
Queremos que las personas que formamos parte de Palmas Palmitas (familias, criaturas y profesionales) nos sintamos protagonistas de un proyecto común, construyendo entre todas y todos, una escuela abierta y de calidad.
Os ofrecemos otras imágenes de la experiencia:
1. Nuestros inicios
“No podemos olvidar que en la infancia todo son empezares y para comenzar a hablar, comprender, leer, escribir, etc. hay que dejar que los niños y niñas se rodeen de vivencias, palabras, sonidos, caricias, emociones…”.
2. Acondicionando el antiguo huerto
3. Poniendo guías a las tomateras con la ayuda de niños y niñas y sus familias
4. Sembrando y observando “bichitos”
En la finalidad del currículo viene reflejado: “garantizar condiciones en que se realizan las experiencias personales de aprendizaje a través de un ambiente educativo que estimule la curiosidad del niño para actuar y experimentar”.
5. Desarrollando la sensorialidad, el pensamiento lógico y la percepción a través del descubrimiento, la manipulación y la exploración
“¿Qué sucede al abrir la puerta de una Escuela Infantil? Sucede que huele a comienzos, se oyen nanas, que se sienten llantos, pero también sonrisas. El primer ciclo de Educación Infantil tiene algo especial porque en cada nivel podemos encontrar olores y sensaciones diferentes: en bebés, huele a biberones, se oye música tranquila, se calman llantos y se ve el mundo desde el suelo; en el aula de 1-2 se siente el movimiento, se oyen las primeras palabras, se ve una fila de niños y niñas siguiendo a su Educador/a, unos a gatas, otros tambaleándose y otros andando con más soltura. En 2-3 empieza a sentirse muy mayores,” lo hago porque yo quiero”, juego a como si fuera…, reclamos de atención, recorren el mundo con autonomía, se comen el mundo haciendo, tocando, oliendo, pequeñas conversaciones, resistencia al sueño…”
Reflexiones de educadoras y maestras de educación infantil.