El que fuera bastión del PSOE durante más de tres décadas, cayó en manos del PP y C’s que, junto a Vox han estado gobernando durante los últimos años el mayor sistema educativo del país. En unos días, las y los andaluces pasarán de nuevo por las urnas para, según parece, revalidar a las derechas en el Gobierno, esta vez, sin Ciudadanos y con una extrema derecha con muchos más apoyos.
Cifras globales
Las cifras globales de la educación andaluza son, a veces, un tanto desbordantes. Con unos 140.000 docentes entre la pública y la concertada (prácticamente 100.000 están en centros públicos) y con sus casi 1,6 millones de estudiantes no universitarios, Andalucía es por derecho propio el mayor sistema educativo de todo el país. Con una inversión, además, que se ha más que duplicado en las dos últimas décadas. Y conserva una proporción de escolarización en la pública del 73 % del alumnado, a pesar de las tensiones hacia la privatización que se han venido desarrollando en la última década, sobre todo.
Andalucía tiene 1.792.021 estudiantes, desde educación infantil hasta de régimen especial y de adultos. De esta cantidad, 1.370.814 están en el sistema público y, el resto, principalmente en el concertado (329.729).
El alumnado se reparte entre una inmensa mayoría de centros públicos, salvo en el caso de los de educación especial, en los que la proporción es uno público por tres concertados.
Como ocurre en buena parte del país, es el sistema público el que acaba absorviendo a la mayor parte del alumnado con dificultades, sean de la índole que sean, así como el extranjero.
En los siguientes gráficos se puede ver cómo ha evolucionado la matrícula de chicas y chicos de origen extranjero, tanto en centros privados como públicos de la comunidad autónoma. Salvo el primer año (2000-2001) en el que el 39,7 % estaba en privados, el resto de los años la proporción es bastante menor, sin llegar al 25 %.
Según las cifras oficiales, Andalucía tiene un volumen pequeño de población extranjera matriculada. Según los últimos datos de la adminsitración, del curso 2017-2018, en educacion primaria suponían un 5,3 %; en primaria, 5,7 % y en secundaria obligatoria, 5,8 %. Pero las variaciones entre las provincias son enormes.
Almería y Málaga se llevan la palma en cuanto a escolarización de alumnado extranjero. Sobre todo la primera que supera entre tres y cuatro veces la media andaluza y, comparada con Jaén, provincia con la menor proporción de migrantes, multiplica por casi 11 en infancil; nueve en primaria y 7,6 en secundaria obligatoria.
En el caso del alumnado con necesidades educativas especiales, Andalucía no es una excepción. La mayor parte de estas chicas y chicos se encuentra, como puede verse, escolarizados en centros públicos ordinarios. En este mapa se puede ver al alumnado con NEE según provincia y titularidad del centro. En la parte superior, se puede elegir enter pública y privada y así ver cuál es la proporción de este alumnado (en el que se encuentran chicas y chicos con discapacidad motora, auditiva, con trastornos de la personalidad, etc.).
En la última década el sistema educativo andaluz ha vivido muchos cambios. Tal vez uno de los más importantes tenga que ver con sus cifras de abandono escolar temprano. Por unas cosas u otras, esta autonomía ha conseguido dejar prácticamente en la mitad las cifras que de AET que llevaba arrastrando año tras año. Unas cifras que, en el global, todavía la sitúan fuera de los objetivos europeos, pero en el buen camino.
Es verdad que mirada la estadística, nuevamente, ellas sí han conseguido con creces el objetivo marcado para España en el 15 % mientras que ellos están un poco por encima del 20 % todavía. Incluso a pesar del salto cualitativo tan importante que supuso la pandemia y el confinamiento, en general, en los resultados académicos en todo el país.
Aunque haya que esperar todavía para ver cómo continúa la tendencia o si el efecto pandemia se queda aquí en el tiempo, lo que está claro es que el esfuerzo realizado por el sistema y la sociedad en su conjunto ha sido grande.
A pesar de esto, quedan algunas otras cuestiones que habría que ir resolviendo como, por ejemplo, las tasas de idoneidad a los 15 años. Se trata de porcentaje de alumnado que a esa edad está matriculado en el curso que le corresponde por edad y no ha repetido ningún año en su década de escolarización.
Como en los datos de AET, aquí pueden verse las diferencias por sexos también. Mientras que el 75 % de las chicas están en el curso que les corresponde, tan solo el 66,8 % de ellos lo está, aunque hay que reconocer una constante mejora de la situación desde 2005. Diferentes estudios relacionan la repetición y la tasa de idoneidad con el sentimiento de desenganche del sistema educativo que puede conducir al abandono temprano.
El presupuesto que la Administración andaluza dedica no ha dejado de crecer desde 2014, desde ls grandes recortes que ya comenzaran en 2010 y se agrandaran tras la entrada del PP a la Moncloa en 2012. El mayor incremento se aprecia en el último de los presupuestos, empujado por los fondos llegados desde la Unión Europea y el Gobierno de España para paliar los efectos de la pandemia.
Desinflar la pública
En los últimos años, diferentes plataformas y sindicatos han venido denunciando el cierre de aulas públicas por todo el territorio. La excusa, como en otras autonomías, es el descenso de la natalidad. Algo que contrasta, en cualquier caso, con el hecho de que las aulas y unidades privadas (la estadística del Ministerio de Educación y FP no segrega privada de concertada) ha venido creciendo o, como mucho, disminuyendo en un grado muy inferior.
«Vemos que se produce desmantelamiento de la pública como pilar de la igualdad de ooportunidades». Son palabras de Marina Vega, secretaria general de la Federación de Enseñanza de CCOO en Andalucía. Desde su punto de vista, el mandato que se cierra este domingo ha tenido un marcado carácter privatizador; por el apoyo a la concertada y, sobre todo, «dejando morir a la pública».
La situación del cierre de aulas públicas ha supuesto, según afirma buena parte de la comunidad educativa, un aumento de la ratio en los centros, al tener que reubicar a niñas, niños y adolescentes de las líneas e incluso centros cerrados. Esta situación ha dado lugar a que se haya puesto en marcha hace unos meses una ILP que busca llevar al Parlamento andaluz la negociación de una bajada de ratios por vía legislativa. De momento van a buen ritmo con la recogida, aunque se plantean la petición de una prórroga para asegurar el tiro.
En el curso 2010-11, había 375.451 criaturas escolarizadas en educación infantil; 262.525 lo estaban en la pública. Diez años después, en el curso 2020-21, la cifra global disminuyó hasta 325.841 criaturas. Una bajada de 49.610 matrículas en total, aunque en la pública se perdieron prácticamente 51.000 estudiantes, frente al aumento de casi 1.500 en la privada. A esto se suma que la pública perdió 1.205 unidades mientras la privada ganaba 1.283.
Algo similar ocurre en primaria. En la misma década la educación andaluza perdió 4.135 estudiantes, pero 3.883 fueron solo de la pública (y 207 unidades), mientras la privada perdía 252 estudiantes y ganaba 35 unidades.
Como confirman desde la patronal de la concertada, Escuelas Católicas, según la Lomloe, las administraciones educativas pueden reducir las aulas y líneas concertadas antes de que llegue el momento de la renovación del concierto. Hasta ahora tenían que esperar los años obligatorios hasta esta renovación global del concierto. En cualquier caso, no parece que esto es lo que haya estado pasando.
En la secundaria obligatoria las cosas están un poco mejor para la pública. Entre los cursos 2010-11 y 2020-21, Andalucía tiene un aumento de 39.000 estudiantes de ESO. 32.200 acaban en centros públicos con 720 unidades más. Aunque las cosas vuelven a torcerse en el bachillerato.
El bachillerato se ha convertido en los últimos años, junto con la educación infantil, en uno de los nichos más importantes de los que conseguir conciertos en determinadas administraciones educativas. Andalucía no es una excepción. En la década señalada, el bachillerato perdió 6.800 estudiantes, pero no de manera equilibrada. 8.322 saleron de la pública, mientras la privada ganaba 1.530 chavales.
Pero el bachillerato no está solo en esto. Los estudios postobligatorios profesionales están en la misma línea. Mientras los grados medios han ganado 11.617 estudiantes en total, 7.775 han ido a parar a centros privados mientras que el resto iba a públicos (3.842). En los grados superiores también ocurre, aunque de manera menos aguda. En total han 30.707 estudiantes más, 14.114 en la pública y 16.593 en la privada.
La tendencia en la formación profesional, ciertamente, es común a todo el país. Durante los últimos 10 años, al menos, las administraciones públicas han hecho dejación a la hora de poner en marcha centros y recursos para dar respuesta al incremento de la demanda de plazas, mientras los centros privados, en buena medida a distancia, han encontrado campo abonado para expandirse. Algo que en su momento admitía Clara Sanz, secretaria general de FP y alma mater de la Ley de FP.
En los siguientes gráficos se ve la tendencia de las unidades de los tres estudios profesionales. Mientras la básica se mantiene en unas cifras más o menos estancadas desde casi el inicio de su implantación, los grados medios y superiores han crecido mucho, especialmente los superiores y, en general, en mayor proporción los privados.
Con la Ley de FP a la espera de los decretos de desarrollo y el Ministerio lanzado a una carrera por promocionar toda la etapa, desde hace años, casi ninguna adminsitración pública ha invertido lo suficiente como para hacer frente al crecimiento sostenido de la demanda. Esto ha hecho, en España y en Andalucía, que el crecimiento de los ciclos privados y, sobre todo, a distancia, haya sido muy elevado sin que los planes previstos parezcan poder hacer fernte a esta demanda de plazas.
Leticia Vázquez es la presidenta de Codapa, la confederación de familias andaluza. También es crítica con la legislatura que termina estos días y, en relación a la privatización de aulas, insiste en la necesidad de que se vayan dejando atrás los conciertos educativos. Si la falta de natalidad es el problema para mantener aulas abiertas, deberían ser, a su juicio, las concertadas las que pierdan la financiación pública y no al revés.
A esto se suman algunas otras concesiones de la Junta de Andalucía, por ejemplo, las rebajas fiscales si se acude a actividades extraescolares en centros privados o academias, o la deducción de 300 euros por hijo matriculado en bachillerato en centros privados. También, está el nuevo decreto de zonificación que supone dar ventajas a las familias que quieran acudir a la concertada. Si en tu zona no hay un centro concertado, puedes escolarlizar en otra zona diferente sin problema.
Marina Vega recuerda que ya con gobiernos socialistas hubo una privatización de los serivicios de los centros, como los comedores escolare, que llegó incluso a la privatización del trabajo de los profesionales técnicos de integración social, que bien pueden ser públicos o privados,