Ansiedad, miedo, angustia, tristeza o confusión son algunos de los sentimientos que chicas y chicos pueden vivir después de los acontecimientos vividos y vistos estos días en Valencia. Duras imágenes que se repiten incesantemente en los medios de comunicación y las redes sociales pueden afectar de manera particular a niñas, niños y adolescentes.
Un grupo de profesionales de la psicología ha elaborado estos últimos días una guía en la que han recogido algunas de las reacciones que pueden experimentar las y los jóvenes. Quim Mairal, Paola Bueno, Mònica Cerezo, Lucía Giménez, Aurora Tur, Meritxell Martí, Noelia Fuentes, Laura Gutiérrez, Noelia López, Azahara Saavedra, Aitana García, Fátima Díaz, Daniela Londoño, Maribel Martínez, y Dany Blázquez son quienes han redactado una serie de diapositivas con información para el profesorado.
El grupo avisa de posibles cambios de comportamiento como falta o pérdida del apetito, triteza o llanto, pérdida del interés por la actividades diarias, desorientación espacial… Se trata de algunas cuestiones que, avisan, pueden darse como reacciones normales a situaciones excepcionales y que solo deben suponer una preocupación si son preocupantes.
Espacio de desahogo
El grupo de psicólogas y psicólogos recuerda la necesidad de crear espacios en los que chicas y chicos puedan hablar de cómo se sienten estos días. Aconsejan que las y los jóvenes «sepan que pueden contar contigo, con coherencia entre lo que dices y lo que haces»
También recomiendan una escucha sin juicios, incluso aunque las perspectivas tuyas y suyas difieran. Destacan la necesidad de que se cuide también el lenguaje corporal para dar seguridad y confianza
Pero también es probable que las y los jóvenes prefieran afrontar la situación sin hablar de sus emociones. En este caso, las y los psicólogos recomiendan respetar el silencio, ofrecer diferentes formas de expresarse, observar síntomas de alerta o fomentar el retorno a la rutina para que puedan tener cierta sensación de normalidad.
Apoyo en el duelo
La posibilidad de una pérdida familiar es alta. Es necesario tener en cuenta, asegura este grupo de profesionales, ciertas dificultades, especialmente por tratarse de una catástrofe.
En ese sentido, hablan de ofrecer apoyo sin forzar el diálogo, ofrecer diferentes formas de expresión como el dibujo o la escritura, evitar minimizar la pérdida con frases como «todo mejorará pronto» u «otros han pasado por lo mismo».
También recomiendan fortalecer la cohesión dentro del grupo clase para que chicas y chicos se puedan sentir acompañados por sus iguales.
Autocuidado
La guía ofrece algunas otras claves para poder enfrentar y gestionar una situación tan dramática como la que está toda la sociedad viviendo, especialmente, en Valencia.
Además de poner el foco en cómo el profesorado puede hacer frente a esto de cara a ayudar y acompañar a su alumnado, la guía dedica cierta atención también a la necesidad de que las y los docentes vigilen su bienestar.
Por so hablan de promover el descanso y el autocuidado, evitar la exposición constante a noticias o redes sociales para rebajar la ansiedad y el estrés.
La guía también sugiere la creación de espacios de apoyo mutuo entre el claustro en los que se puedan compartir experiencias.