A las niñas y niños les encanta dibujar, y al dibujar representan la realidad que ven y conocen. Escogen colores, formas y temas que, al mismo tiempo, expresan su nivel de madurez y desarrollo conceptual. Estas habilidades son las que hacen atractivo su estudio desde diferentes puntos de vista. Uno de ellos ha interesado a investigadores de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), que han analizado el uso de la simetría que realizan niños y niñas de entre cuatro y siete años en sus dibujos.
Los resultados del estudio, publicados en la revista Symmetry, revelan que, de modo espontáneo, los niños y niñas de hasta siete años utilizan la simetría en sus dibujos para expresar su conocimiento sobre la vida vegetal. En la muestra analizada, esta es una estrategia muy frecuente y que se vuelve más compleja con el nivel educativo, destacan los autores.
Representación espontánea
“El hecho de constatar que ya antes de los siete años los niños y niñas expresan habilidades pictóricas entre las que se encuentra la representación espontánea de simetrías, debería tener una significativa influencia en los procesos de enseñanza y aprendizaje infantil relacionados tanto con el ámbito de la comprensión de los fenómenos biológicos como con el desarrollo del pensamiento geométrico”, asegura José Domingo Villarroel, profesor del Departamento de Didáctica de la Matemática y de las Ciencias Experimentales y uno de los autores.
Villarroel, explica que “un factor muy significativo relacionado con los procesos de enseñanza y aprendizaje consiste en poder determinar las capacidades y conocimientos del alumnado con el fin de poder adaptar las actividades didácticas a estos condicionantes previos. Esta es una de las reglas de oro de la educación”.
En este sentido, el profesor del mismo departamento, Álvaro Antón, coautor del trabajo, reitera que “saber que utilizan de manera espontánea la simetría es una oportunidad para investigar la expresión gráfica en la infancia y utilizar este recurso en las actividades de enseñanza”.
Para efectuar su análisis, los autores han trabajado con una muestra de 116 dibujos que fueron realizados por 65 niñas y 41 niños de tres centros escolares de educación infantil y educación primaria ubicados en la comarca de Uribe-Kosta en Vizcaya, durante el curso 2012-2013. Fueron dibujos espontáneos, sin conocimientos ni indicaciones previas relacionadas con la simetría.
Los investigadores escogieron como tema de expresión pictórica la vida de las plantas, una cuestión que, a priori, no tiene aparente relación con la geometría y la simetría. Con la ayuda de un títere, les animaron a realizar un dibujo que explicara al muñeco cómo son las plantas, dónde viven y qué es beneficioso para ellas. La actividad individual duró unos diez minutos.
Dos tipos de simetría
Esas representaciones son las que han analizado el equipo. Los investigadores encontraron que niñas y niños utilizaron dos tipos de simetría.
Como explica María Merino, profesora del área de Estadística e Investigación Operativa, otra de las autoras, “usan la simetría cíclica –la que presenta simetría rotacional entorno a un punto central– cuando representan, por ejemplo, el sol; y la simetría diédrica –la que incluye tanto simetría rotacional como simetría de reflexión– al representar la figura humana. De las dos la más habitual es la simetría diédrica que usan para dibujar el mundo vegetal, las personas y su entorno o los elementos decorativos como estrellas o corazones”.
Asimismo, han observado que la complejidad en la representación de simetrías diédricas es mayor que la correspondiente a las cíclicas, y que, en los niveles educativos más altos, al necesitar expresar conocimientos más amplios, también dibujan elementos pictóricos simétricos más complejos. Desde el punto de vista del género, las niñas utilizan simetrías complejas con más frecuencia que los niños.
Este estudio es un primer paso para conocer la conexión que existe entre el conocimiento de niños y niñas sobre el mundo vegetal y las imágenes que crean; para saber qué relación existe entre el pensamiento geométrico y la expresión gráfica de este pensamiento. “El pensamiento científico está indefectiblemente vinculado el pensamiento matemático y por eso es importante entender cómo durante la infancia se comienzan a establecer relaciones entre ambos tipos de pensamiento, el relacionado con la explicación de fenómenos biológicos y la geometría”, dice Villarroel.