Que en septiembre, pandemia mediante, las cosas en los centros educativos iban a volver a la normalidad antigua, con presencialidad al 100% y las mismas condiciones que hasta ahora, era algo que prácticamente todo el mundo esperaba. El documento presentado por Sanidad y Educación a las comunidades autónomas y que todavía tienen que discutir a fondo, va en esta línea. Presencialidad en toda la educación, vuelta en primaria a las ratios de 25 alumnos y disminución de la distancia interpersonal a secundaria hasta los 1,5 metros o menos, 1,2.
«No pueden volver todos», asegura Raimundo de los Reyes, presidente de Fedadi, la federación que agrupa a directoras y directores de centros públicos de secundaria. Las aulas son demasiado pequeñas y si la pretensión es volver a los 30 en la ESO o a los 36 o 37 en bachillerato, no va a ser posible. Asegura que ni en las aulas más grandes de los institutos, de unos 55 o 60 metros cuadrados. Es verdad que el problema vivido este curso sería algo menor, pero no estaría solucionado.
Para De los Reyes la solución pasa, y no solo por la circunstancia sanitaria, por la contratación de más profesorado y, consecuentemente, la bajada de las ratios de forma generalizada. Con pandemia o sin pandemia. Asegura que la situación que se ha vivido en buena parte del país este año, con grupos más reducidos, de entorno a 20 alumnos en secundaria, ha mejorado la atención a chicas y chicos, como ha disminuido los conflictos en las aulas. Es consciente de que es costoso económicamente, pero es cuestión de prioridades. «Si no, seguiremos como piojos en costura».
A esto se añade las opciones dadas por el mismo documento en relación a dar las clases al aire libre: «36 grupos de alumnos no pueden estar fuera», asegura este director de instituto. Se trata de ideas, cree, de personas que no conocen bien la realidad de los centros educativos y que, además, pueden influir en críticas por parte de otras personas ajenas a la educación cuando no se llevan a término.
Para Vicent Manyes, director de primaria en la Comundad Valenciana y presidente de Fedeip, la federación de directivos de colegios públicos de infantil y primaria, el problema es el mismo. Volver a las ratios de 25 no es una buena noticia. Durante este curso pasado, el aumento de profesorado y la consecuente bajada de ratios ha sido pieza clave para poder mantener las distancias interpersonales. «Con esas distancias y para hacerlo bien neccesitamos más profesores y más espacios», asegura.
El curso pasado, las ratios en primaria fueron de 20 alumnos por clase, lo que en buena parte del país supuso refuerzos de personal significativos. «Va a ser necesario tener más personal», insiste, y asegura que más ahora que se impone la mascarilla obligatoria «porque dificulta mucho la docencia», sobre todo en los primeros años de la primaria.
En cualquier caso, De los Reyes prefiere ser prudente y esperar, primero, a ver qué se acuerda en la Conferencia Interterritorial del próximo día 19 y, sobre todo, cómo se concretan las medidas en cada territorio y en las instrucciones de inicio de curso próximo. A partir de ese momento, prevé que, de nuevo, les tocará a las direcciones sacar el metro para ponerse a medir los espacios disponibles y, con ese dato, reclamar a la Consejería correspondiente los refuerzos que pueda necesitar para desdoblar aulas en su caso y cumplir así con las medidas que les lleguen.
En una línea parecida se han pronunciado desde sindicatos como CCOO que ya solicitó el mes pasado, y ha vuelto a hacerlo ahora, que se prorroguen los contratos de docentes de este año, unos 35.312 según sus cálculos, a los que habría que sumar otros 30.000 para que se garantice en la mayor medida una presencialidad segura. También desde ANPE se defiende la necesidad no solo de mantener los contratos actuales, sino su aumento en aras a conseguir la presencialidad total y la compensación de las desigualdades que han aumentado con el confinamiento y la semipresencialidad.
Leticia Cardenal, presidenta de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (CEAPA), define como «imprescindible» la vuelta a la docencia presencial con el objetivo de «evitar desigualdades entre los alumnos». Del mismo modo, critica la postura adoptada por comunidades autónomas como Madrid y Murcia de mantener en el presente curso la semipresencialidad, incluso en infantil y los primeros cursos de primaria, puesto que, afirma, «atenta contra los derechos del alumnado». Con respecto a la reducción de ratios y el mantenimiento de la distancia interpersonal de seguridad, asegura que serán medidas «necesarias» por mucho que mejore la situación sanitaria en los próximos meses. Aunque, matiza, «aún es pronto para pronunciarse en profundidad al respecto».
En relación a los costes que mencionaba Raimundo de los Reyes, desde el sindicato han echado las cuentas: 2.654 millones de euros, el 0,24% del PIB de 2020, aseguran desde CCOO. Y defienden la necesidad de esta bajada de las ratios en la mejora de factores como la calidad de la enseñanza y los resultados de niñas y niños, así como el impacto positivo general y, sobre todo, para quienes tienen ingresos bajos o pertenecen a minorías sociales.