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La Generalitat Valenciana , concretamente la dirección general de Educación del Consell de PP y Vox, ha cancelado, en el marco autonómico, el apoyo económico al proyecto coeducativo Women’s Legacy: our cultural heritage to equity (El legado de las mujeres: nuestra herencia cultural hacia la equidad), coordinado por la profesora Ana López Navajas.
Es un banco de datos, recursos didácticos según materias y, cursos de formación al profesorado, una iniciativa que trabaja por la inclusión de los referentes femeninos en las aulas para, de esta manera, recuperar las contribuciones de las mujeres en ámbitos ligados a diversos campos científicos. Está financiado por la Comisión Europea a través de un proyecto Erasmus + en una alianza con diez socios de España, Lituania, Francia y Jordania. Las organizadoras han informado de que los recursos se iban a presentar en Jordania con incorporaciones de biografías y producciones de mujeres árabes, en unas jornadas que contaban con la asistencia de representantes de universidades de Qatar, Dubai, Egipto, Túnez y Marruecos.
El proyecto ya se implementa en Francia, e interesa a Bélgica, Holanda, Marruecos, Túnez y Egipto, entre otros países gracias al apoyo de la Comisión Europea. En territorio valenciano fue financiado por Compromís, que ocupaba la Conselleria de Educación en la legislación anterior. El exconseller Vicent Marzà y el diputado Gerard Fullana han pedido explicaciones a José Antonio Rovira actual conseller de Educación, militante del PP, y lo contraponen a la financiación de proyectos de la fundación del Toro de Lidia.
En 2013 el proyecto de investigación “Las mujeres en los contenidos de la ESO” coordinado por la investigadora Ana López Navajas visibilizó un contexto escolar sin prácticamente referentes femeninos en los libros de texto, demostrando una falta de rigor en los contenidos académicos. En su obra Aprender con referentes femeninos. Un legado para la Igualdad (López, 2021, SM), López muestra que el 93% de los referentes en la ESO son masculinos. Únicamente un 7% son femeninos. Y en este ínfimo porcentaje, en el 35% los casos, las mujeres mencionadas no constan por sus logros o acciones, sino como «mujer de», «hija de» o «amante de». Las implicaciones que tiene esta ausencia, defiende López, suponen una gran pérdida cultural i la exclusión de la memoria cultural colectiva de las mujeres referentes.
Cuando los contenidos de los libros de texto no muestran la realidad, ayudan a mantener la desigualdad. La ausencia de representación de las mujeres defiende Ana López implica tres aspectos: “Implicaciones culturales, porque se escamotea buena parte del patrimonio cultural común a todos, mujeres y hombres, y se transmite una cultura empobrecida, parcial y androcéntrica, pues fija su mirada solo en los hechos de los hombres y se transmiten mayoritariamente referentes masculinos. Esta transmisión cultural parcial se presenta como “universal” y eso constituye un fraude cultural ya que nos detrae a todos, mujeres y hombres, parte del bagaje cultural que nos pertenece. Hay implicaciones sociales, porque la falta de reconocimiento de las aportaciones femeninas a la cultura las condena a la irrelevancia social y las deslegitima socialmente; esto indudablemente favorece discriminaciones que van desde la brutalidad de la violencia de género hasta la sofisticación del techo de cristal, pasando por la brecha de género digital o laboral; y por último, tiene importantes implicaciones educativas, porque hay una transmisión cultural fallida desde el propio sistema educativo, que no reconoce la importancia de las mujeres en el desarrollo social y cultural, y eso lleva a que no se eduque en igualdad de oportunidades”.
Desde la educación es insostenible defender lo contrario porque la investigación Gender stereotyès about intelectual ability emerge early and influnce children´s interest (Los estereotipos de género sobre la capacidad intelectual surgen temprano e influyen en el interés de los niños-as) de Lin Brian, Sarah Jane Leslie y Andrei Cimpian, publicada el año 2017 en la revista científica Science, demostró que las niñas aprenden a subestimar las capacidades de su propio género a los seis años. Esa es la edad en la que en muchos países comienza la educación obligatoria. Mientras los niños crecen y encuentran referentes masculinos en el currículum en todas las ciencias, en todos los ámbitos de la cultura, las niñas no lo hacen y, por esta razón, piensan que las mujeres no pueden hacer determinadas cosas en su vida. Pero existen mujeres referentes, no es que no haya, es que están invisibilizadas, silenciadas en los contenidos escolares. Desde la educación se traslada a las niñas (y también a los niños) la exclusión de las mujeres de la visión del mundo desde la que se educa. Por tanto, al omitir, excluir o negar información veraz, no existe rigor científico en lo que se enseña.
En territorio valenciano e vienen produciendo decisiones políticas infumables relativas, por ejemplo, a la censura en libros de literatura infantil y juvenil o al negacionismo de la violencia de género, entre otros muchos temas que van en contra de la investigación que se genera en las universidades valencianas, españolas e internacionales y, además, contra cualquier posicionamiento que defienda una educación democrática, que no puede entenderse si no incluye la coeducación.
El conseller hubiera debido informarse desde la ciencia, y no desde las opiniones acientíficas de sus socios de gobierno. Y defender tanto el preámbulo de la Lomloe (p. 122873) que recoge la necesidad de adoptar un enfoque inclusivo con un enfoque de género, a través de la coeducación, y fomenta en todas las etapas el aprendizaje de la igualdad efectiva de mujeres y hombres con perspectiva inclusiva y no sexista, como el Decreto 106/2022 de la Generalitat Valenciana de Educación Primaria ( Art. 24 punto 2,c, d y h) que incluye que el diseño y la creación de los diferentes recursos y materiales pedagógicos y didácticos, debe tener en cuenta la perspectiva de género promoviendo la igualdad, y que debe prestarse atención al el lenguaje inclusivo y, también, generar materiales y recursos libres de estereotipos sexistas o discriminatorios.
La imposición ideológica, acientífica, de los socios de gobierno del PP valenciano no debería condicionar la educación de las niñas y de los niños valencianos. Interrumpir proyectos como Women’s Legacy, no tiene ninguna justificación educativa que pueda defenderse fuera del marco ideológico de la ultraderecha. En su programa de las elecciones de 2023, Vox en el punto 67 explicita que quiere impulsar una ley de protección de la tauromaquia y en el punto 69 aparece (por detrás del punto 67, esas son las prioridades) combatir la desigualdad educativa. No se explicita cómo pensaban realizar la transformación de dicha desigualdad; era bastante evidente a partir de las acciones que habían impulsado en el contexto educativo y social. Ahora queda meridianamente claro.
La encuesta del CIS (centro de Investigaciones Sociológicas) sobre las percepciones de la igualdad entre mujeres y hombres y esteretotipos de género publicada en noviembre de 2023, muestra una cultura muy patriarcal, desigualitaria, en un entorno sociopolítico y mediático tensionado. La infancia y la adolescencia son vulnerables a los mensajes que les llegan desde la manosfera, desigualitarios (universo digital de webs, blogs, canales de youtube y perfiles en redes). Quienes están en contra de la coeducación lo saben. Y lo utilizan.
El informe del Centro Reina Sofia de Fad Juventud, Culpables hasta que se demuestre lo contrario. Percepciones y discursos de adolescentes españoles sobre masculinidades y violencia de género, constató el retroceso de las ideas igualitarias, la negación de la violencia machista y la brecha entre chicos y chicas.
Cancelar el proyecto Women’s Legacy va en contra de todo lo que se ha construido en territorio valenciano en la investigación educativa para transformar la desigualdad educativa de género. No es justificable a menos que lo que se pretenda sea arrasar o impedir el desarrollo de investigación prioritaria, relevante en educación para transformar la desigualdad, fomentando el desarrollo de una ciudadanía respetuosa, no violenta, en la que niñas y niños, mujeres y hombres tengan referentes culturales, científicos, artísticos de identificación, favoreciendo que puedan desarrollar proyectos vitales y profesionales desde la igualdad.
No todo vale para ganar votos. En el lenguaje taurino que tanto parece agradar: no es lícito ( no defiende la justicia, ni la calidad educativas) el acoso y derribo a la coeducación valenciana.