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Australia se ha convertido en el primer país en todo el mundo a obligar a las grandes tecnológicas como Facebook y Google a pagar a los medios de comunicación por los contenidos periodísticos difundidos a través de sus plataformas después de que, el pasado 25 de febrero, la Cámara de Representantes aprobara una ley pionera en todo el mundo que así lo establece. Ahora bien, ¿qué ha propiciado la puesta en marcha de esta nueva normativa?
Desde la irrupción de Internet, el big data, la Inteligencia Artificial y el desarrollo de las nuevas tecnologías entre finales del siglo XX y principios del XXI, la sociedad ha sido dominada por la información. Una información que llega a la ciudadanía no sólo de forma constante y continua, sino también a través de una gran multiplicidad de canales: la radio, la televisión, la prensa escrita y, desde hace unos años, también a través de las redes sociales, que se han consolidado como una de las principales fuentes de información entre los jóvenes. De hecho, según el informe Digital News Report 2020 elaborado por el Reuters Institute for the Study of Jornalism, la población de entre 18 y 24 años tiene el doble de probabilidades de acceder a una noticia a través de las redes sociales. Y no sólo eso, sino que la población que utiliza grupos de Facebook para obtener información local ha aumentado un 31% y, según este mismo estudio, entre 2016 y 2020 el 52% de los australianos utilizaron las redes sociales como fuentes de información y sólo un 14% pagó por la visualización de noticias en línea.
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La consolidación, tanto de Facebook como de Instagram, así como del conjunto de las redes sociales como una de las principales fuentes de información de una parte importante de la sociedad (tal como ratifica el informe mencionado), ha propiciado una cierta preocupación. Viene dada por la influencia que los gigantes tecnológicos pueden llegar a ejercer en el dominio de noticias y el beneficio económico que pueden conseguir de la publicación de contenidos noticiosos en sus plataformas en detrimento de los medios de comunicación. De hecho, la investigación llevada a cabo por la Comisión Australiana de Competencia y Consumidores (ACCC), plasmada en el informe Digital Platforms inquiry – Final Report publicado el 26 de julio de 2019, reveló la existencia de un «desequilibrio en el poder de negociación entre los medios de comunicación y Google y Facebook ‘debido a’ la incapacidad de los medios de comunicación para negociar individualmente los términos relativos al uso de sus contenidos en las plataformas digitales». Es precisamente esto lo que llevó al Gobierno australiano, hace sólo unos días, a aprobar una ley pionera a nivel mundial que no ha estado exenta de polémica y que obliga a dos de las grandes empresas tecnológicas existentes actualmente, Google y Facebook, a pagar a los medios de comunicación por las noticias que se publican en sus respectivas plataformas.
De este modo, mientras el Gobierno australiano defiende que esta nueva normativa garantizará que los medios de comunicación reciban una remuneración justa por el contenido que generan (dado que creen que son las grandes empresas como Google y Facebook y no los medios las que se acaban beneficiando más de la publicidad digital que aparece en las noticias), las grandes tecnológicas, por su parte, defienden que son los medios de comunicación los primeros interesados en proyectar su contenido a sus plataformas, dado que gracias a su gran poder de difusión, pueden llegar a mucha más gente y, por lo tanto, obtener más ingresos procedentes de la publicidad de sus contenidos.
Sea como sea, después de semanas de debate, el gobierno australiano ha llegado a un acuerdo con los dos grandes gigantes tecnológicos dentro del nuevo marco legal establecido a partir del cual Facebook y Google no serán sancionados siempre que lleguen a acuerdos con los medios de comunicación a cambio de sus contenidos. De este modo, ninguna de las dos compañías tendrá que pagar por la publicación de noticias siempre y cuando las autoridades australianas consideren que han hecho una contribución significativa a la industria de la comunicación australiana a través de dichos acuerdos comerciales. Así pues, Google deberá pagar sumas económicas considerables a cambio del contenido periodístico de grupos de prensa australianos como News Corp así como a los editores por las noticias que aparezcan en Google News Showcase. Facebook, por su parte, (que ya se ha comprometido a invertir más de 1.000 millones de dólares entre los editores de medios de todo el mundo durante los próximos tres años), remunerará a los proveedores que aparezcan en News, un nuevo producto que lanzará en Australia este año. Finalmente, en caso de que los gigantes tecnológicos no lleguen un acuerdo con los medios de comunicación con respecto al precio para publicar sus contenidos, será un tribunal quien, en última instancia, actuará como intermediario para alcanzar un cierto consenso entre ambas partes.
El profesor de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y vicedecano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Barcelona, Carles Llorens, afirma que esta nueva normativa «beneficia a los medios de comunicación tradicionales porque les da una capacidad de financiación adicional». Sin embargo, señala que esta nueva ley significará un «traspaso de capital desde las grandes plataformas hacia los editores de periódicos, no hacia los periodistas», es decir, hacia los propietarios de los medios y no hacia los trabajadores de la industria de la comunicación . Asimismo, a pesar de que Llorens valora de forma positiva la aprobación de esta nueva ley, dado que «afecta directamente a los grandes monopolios», no cree que sea justa «en el sentido de que rompe la neutralidad de la red y de Internet tal y como lo conocemos ahora».
En este sentido, Tim Berners-Lee, fundador de la World Wide Web en 1989, explicaba hace unas semanas en una carta dirigida al Comité Permanente de Economía del Senado australiano, la razón por la que está en contra de que las grandes plataformas como Google tengan que pagar a los medios australianos para enlazar contenidos periodísticos. Según Berners-Lee, una ley como esta «socavaría el principio fundamental de la capacidad de enlazar libremente en la web y es incompatible con la forma en que esta ha podido operar durante las tres últimas décadas». Y añade, «si se siguiera este precedente a otros sitios, la web podría convertirse en inviable en todo el mundo».
Sin embargo, tal y como afirma Llorens, esta ley «sentará un precedente» que, de momento, ya ha hecho que países como Francia, Alemania o Brasil hayan firmado un acuerdo con Google News Showcase para la puesta en marcha de un nuevo proyecto que pretende colaborar con los medios de comunicación a nivel mundial y ofrecerles una remuneración por sus contenidos. En cuanto a la Unión Europea en este ámbito, tras más de dos décadas con la misma regulación en relación a los servicios digitales, se han puesto sobre la mesa los borradores de dos leyes relativas a los Servicios y Mercados Digitales (la Digital Services Act y la Digital Markets Act) que pretenden promover un mercado digital más justo y equitativo así como poner fin a los posibles abusos de poder de las grandes tecnológicas en términos de contenidos y publicidad.
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