“Todo niño tiene derecho a la educación y es obligación del Estado asegurar por lo menos la educación primaria gratuita y obligatoria”. Así reza el artículo 28 de la Convención de Derechos del Niño de 1989, pero según datos de la UNESCO, millones de menores no están escolarizados y más de la mitad en todo el mundo son niñas.
Son las niñas y las jóvenes las que más sufren la falta de escolarización en todo el planeta y las que, por ende, sufren más consecuencias de la falta de acceso a una formación relevante que las ayude a tener una vida plena y con independencia.
Serán ellas las que se tengan que encargar de los trabajos más duros y peor pagados, serán ellas las víctimas mayoritarias de matrimonios forzados a edades muy precoces y las que tengan que hacerse cargo de las labores de cuidados en todo el mundo.
En los países occidentales, a pesar de que las niñas tienen mejores resultados el general en todas las áreas de conocimiento, a pesar de que fracasan y abandonan menos la escuela, que son mayoría en la Secundaria postobligatorioa y en las universidades, cobrarán menos salario que sus compañeros, generalmente, y tendrán que hacerse cargo de dobles y triples jornadas en relación a las labores y tareas domésticas y de cuidados de personas.
Ventajas de la igualdad
UNICEF tiene la igualdad de género de niñas y mujeres entre unos de los objetivos de desarrollo sostenible. “Para 2030, dice la organización, hay que eliminar la desigualdad de género en educación así como asegurar un acceso igualitario a todos los niveles de educación y formación profesional para las personas vulnerables, como aquellas con discapacidad, pueblos infígenas o menores en situaciones vulnerable”.
No solo es una cuestión de justicia y de derechos humanos avalada por el hecho de que todas las personas somos iguales, si no que, además, la educación de las niñas y las jóvenes tiene impacto directo sobre sus comunidades y supone una mejora en las condiciones de vida generales.
UNESCO resume algunas de las ventajas que tiene la escolarización de las niñas: reducción de la mortalidad infantil en un 15% si todas las niñas alcanzaran la Primaria. Un porcentaje que aumentaría hasta el 50% en el caso de que terminaran la Secundaria. También supondría una reducción de la mortalidad de las madres, así como una mejora de la alimentación infantil, el descenso de la tasa de natalidad y del número de matrimonios precoces.
PISA también tiene claro que hay que poner un foco de atención en las niñas. Mientras que el 60% de quienes tienen peores rendimientos en matemáticas, lengua y ciencias son chicos, las chicas son el 40%. Las chicas son mejores en lectura en todos los países y, además, el 75% de ellas dicen leer por gusto, frente al 50% de sus compañeros. Pero no todos son ventajas. La OCDE informa de la desventaja que tiene ellas a la hora de acercarse a las matemáticas: obtienen peores resultados e, incluso, muchas niñas dicen que las clases de esta materia les resulten complicadas.
No hay que olvidar que es la propia OCDE la que habla de la influencia que tienen los estudios de las madres en el logro educativo de niñas y niños. Cuanto más altos en la madre, mejores en sus hijos e hijas.
Hoy mismo, Save the Children hace público un informe en el que constata la difícil situación de millones de niñas y adolescentes que quedan fuera del sistema educativo, como mucho alcanzan la Primaria, son casadas a edades muy tempranas o mueren en los partos. El director general de la organización en España, Andrés Conde, resalta que la situación en España es buena en tanto en cuanto se encuentra en la posición 11 del ranking que han elaborado según las tasas de matrimonio infantil, educación, embarazo adolescente, mortalidad materna y el número de mujeres parlamentarias en cada país. Conde asegura, eso sí, que en nuestro país hay mucho que hacer en lo referente a violencia de género. En el último año se ha sabido que más de 570 menores de 18 años tienen protección policial por casos de violencia machista.
Ya sea por razones de justicia o por egoismo, es necesario conseguir un acceso a la educación en igualdad de condiciones para todas las niñas.
Antecedentes
En 2011 la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó la resolución 66/170 por la que creaba el Día Internacional de la Niña con la idea de poner el foco en los problemas excepcionales que sufren.
Aunque la ONU reconoce una importante mejora en la escolarización primaria de las niñas en todo el mundo, enfatiza que hay retos enormes en cuanto al acceso a niveles superiores de educación, así como la tasa de matrimonios infantiles, la formación y salud sexual y reproductiva, la protección contra el embarazo no deseado, las enfermedades de transmisión sexual y la violencia de género.