Fue el primero de los aspirantes presidenciales en presentar su plan de Gobierno, un programa de tres etapas, que abarcaría 35 años, con propuestas como la tenencia de armas, la comercialización de órganos o la dolarización de la economía argentina. Las polémicas levantadas por estos anuncios eclipsaron sus planteamientos en materia educativa, que han pasado muy desapercibidos.
La Libertad Avanza, su partido, promueve valores como “la meritocracia, la defensa del derecho a la vida desde la concepción, la honestidad en la administración de los recursos públicos”, entre otros, según el documento inscrito en la Cámara Nacional Electoral. Dice también que sienta sus bases en “el libre mercado y la libre competencia”. De hecho, Milei se autodefine como un “anarco-capitalista”.
Las últimas encuestas proyectan resultados muy ajustados o con una ligera ventaja a Milei. Unos pronósticos que mantienen gremio docente y al movimiento estudiantil argentino con la respiración contenida a la espera de lo que pueda pasar a partir del lunes.
“Aranceles y desregulación”
“Milei adopta la agenda neoconservadora de un modelo autoritario y su propuesta profundiza el pago de aranceles universitarios, la descentralización y la desregulación a niveles impensados en Argentina”, explica el maestro de escuela primaria y profesor de secundaria Mariano Garrido.
Aunque el país presume de una larga tradición en educación pública y gratuita, tiene por delante importantes desafíos, como el déficit en el aprendizaje. Según datos de 2019 de la prueba estandarizada Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE) de la UNESCO, que mide los logros de aprendizaje de estudiantes de varios países de América Latina, en tercer grado (8-9 años), el 46 % de los alumnos argentinos no maneja las nociones elementales de lectura. Otra investigación revela que solo cuatro de cada 10 alumnos terminan la primaria a tiempo y con un nivel educativo aceptable y que el escenario empeora en la secundaria.
Ante un panorama educativo complejo, que además de los débiles resultados de aprendizaje, también enfrenta paros consecutivos de docentes que reclaman mejoras laborales, Milei ha levantado la bandera de la “educación de calidad”. “El discurso con el que se vende su propuesta va de la mano de la reducción de beneficios laborales para los docentes, el aumento irrestricto de días de clases y de que los jóvenes puedan elegir y premiar a los centros a los que quieren asistir mediante un sistema de ‘vouchers’”, apunta el docente y activista por la educación Fernando Santana.
“Voucherización”
La implantación de los llamados “vouchers” es la medida educativa más conocida lanzada por Milei. Pretende que los estudiantes (o sus familias) utilicen bonos para costear la escuela a la que elijan acudir. Las públicas se financiarían sólo de ese modo, mientras que las privadas podrían exigir el pago de una cuota adicional. La medida, según varios expertos, pone en riesgo la gratuidad del sistema educativo argentino.
“La ‘voucherización’ redundaría en una mayor segmentación del sistema educativo: habría escuelas mejor valoradas que otras según la cantidad de estudiantes que recibieran, con lo cual se establecería un sistema de elites de colegios en función de sus recursos”, explica Santana. La directora de la fundación Educar y Crecer, Magdalena Benvenuto, en cambio, pone en duda la posibilidad real de poner en práctica esa propuesta: “En Argentina, la organización del sistema educativo es una competencia de las provincias, no del Estado”, recuerda. En su opinión, “no se condice con lo que se puede realizar legalmente desde el Gobierno nacional”.
Benvenuto considera que la propuesta expuesta por Milei es “muy vaga” y que “nunca tuvo una definición muy clara y concreta”, por lo que existen dudas respecto de sus efectos. Según ella, un sistema de “voucher” no implicaría necesariamente cambiar la gratuidad del modelo actual, sino que “en vez de subvencionar la oferta se estaría subvencionando la demanda”, pero –dice– “no por eso la gente tendría que pagar por la educación”.
Mariano Garrido apunta que el subsidio a la demanda “profundizaría la desigualdad educativa, la selección de matrícula y la competencia entre establecimientos con una distribución de recursos incluso más inequitativa que la actual”. Según él, de instalarse este nuevo mecanismo, “sería un avance de la lógica mercantil” en el ámbito educativo.
Educación sexual integral y Estatuto docente
En la lista de los objetivos educativos más polémicos que se ha fijado el candidato ultra también aparece eliminar la obligatoriedad de la Educación Sexual Integral (ESI) de todos los niveles de enseñanza, un programa que funciona desde 2006 y que ha sido bien recibido y evaluado a pesar de desafíos aún pendientes.
“Milei plantea que la ESI es ideología de género, un adoctrinamiento con el que se intenta pervertir a niños y niñas desde los primeros años y compara esa iniciativa con la pornografía”, cuenta Fernando Santana. Por su parte, Magdalena Benvenuto, como madre, opina que es un programa “de gran valor” del sistema educativo argentino, en el que se abordan cuestiones de identidad, reproductivas, biológicas, de autoestima y de afectividad.
Otro frente abierto para el profesorado es la modificación de los estatutos docentes que también ha anunciado Milei. Todos los candidatos han enfatizado “la necesidad de reorganizar” el trabajo de los profesores porque, según Benvenuto, la sociedad “está cansada del paro docente”. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) algunos sindicatos acumulan una quincena de huelgas desde que comenzó el curso escolar en marzo.
Mariano Garrido, que integra uno de los sindicatos que más paros ha llevado a cabo este año, critica que el presidenciable “proponga explícitamente la posibilidad de despido, de suprimir licencias y varias políticas contrarias al empleo público y a la organización sindical”. Para Santana, los cambios que propone el candidato ultra apuntan a “la pérdida de derechos laborales” del profesorado.
Estudiantes y docentes enfrentan un escenario electoral marcado por la polarización. La segunda vuelta se resume en un “a favor” o “en contra” de Milei y, para muchos, votar a Massa es elegir “el mal menor”. Hay preocupación en el mundo educativo por un posible aumento de la segregación escolar, nuevas barreras arancelarias a la educación superior y la pérdida de derechos adquiridos. Ante la incertidumbre las proyecciones, el gremio prepara su respuesta que, para Garrido, pasa necesariamente por llamar a “un millón de trabajadores a movilizarse para defender conquistas centenarias”.
1 comentario
El sistema educativo argentino es público y gratuito desde el 8 de julio de 1884, cuando se promulgó la Ley 1420 de Educación Común, Gratuita y Obligatoria, auspiciada por el maestro, político (ex presidente), militar, escritor e intelectual argentino Domingo Faustino Sarmiento. El sistema abarca desde el nivel inicial hasta el nivel superior no universitario y universitario.
Esta fuerte decisión de Sarmiento hizo de nuestro país un lugar de oportunidades para millones de argentinos y argentinas, pero también brindó educación pública, gratuita y de calidad a millones de inmigrantes europeos y latinoamericanos durante 140 años.
En la actualidad, no podemos dejar de advertir que la educación pública y gratuita en todos sus niveles ofrece, además de conocimientos, una gran contención socio-cultural a niños y niñas que de otra manera estarían en las manos de personajes sin escrúpulos que harían de ellos soldaditos de la compra y venta de drogas ilegales o engrosarían las estadísticas de las niñas y adolescentes que son secuestradas para la venta de órganos y la trata de personas.
Con respecto a los paros del profesorado y el descontento que esto genera, como profesor en escuelas públicas de educación secundaria de la Ciudad de Buenos Aires puedo asegurar que ningún docente desea ni disfruta hacer una huelga. Sin embargo, el paro es la única herramienta con la que contamos para ser escuchados por las autoridades del distrito más rico del país.
Las condiciones para enseñar y aprender a las que estamos sometidos el profesorado y los estudiantes incluyen a diario: bajos salarios; presupuestos educativos a la baja; pérdida de derechos como trabajadores; una infraestructura edilicia inadecuada, donde faltan accesos para personas discapacitadas, hay presencia de ratas (1) y otras alimañas, llueve dentro de aulas y pasillos, se caen techos y paredes y los sistemas de agua potable, eléctrico y de gas de las escuelas están en pésimo estado.
Todo esto es producto de un proceso de 16 años de desidia, bajos presupuestos y subejecución, desvío de fondos, desinterés por la educación pública y el interés por la privatización empresarial de la educación por parte de la fuerza gobernante de Cambiemos (partido de derecha) en el distrito federal.
Ante esta triste realidad, la huelga del profesorado ( y también de muchos estudiantes que acompañan esas jornadas), se vuelve una manifestación en defensa propia y en la búsqueda de mejores condiciones laborales y más y mejor educación pública y gratuita para nuestros estudiantes.
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Pasadas las elecciones en mi país, donde se impuso la ultraderecha de Milei y Cía. (2) nos espera una larga y dura lucha para aquellos que creemos en la educación pública, gratuita y de calidad, enmarcada en un contexto democrático, en el que la memoria, la verdad y la justicia continúen siendo los pilares fundamentales de una sociedad que hace exactemente 40 años grito muy fuerte ¡Nunca Más!
1- Mapa de las ratas en las escuelas de la Ciudad de Buenos Aires: https://www.google.com/maps/d/u/0/viewer?mid=1HMQ8w9uRHp500nm9DmoCrFGka27t6og&ll=-34.61639054396192%2C-58.440923550000015&z=12
2- Cía.: efectivamente, tanto Milei como Macri y Bullrich son una unión transitoria de empresas con el objetivo de utilizar el estado argentino para negocios privados.