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Los Estados Miembros tienen la responsabilidad de democratizar la cultura, garantizando un acceso equitativo a la educación cultural y artística para todos, especialmente para las comunidades vulnerables. Para lograr esto, es fundamental integrar la educación artística y cultural en los sistemas educativos, desde los planes de estudio hasta la formación docente, proporcionando a los profesores las habilidades y los recursos necesarios. En Europa, diversos países están implementando políticas y programas que vinculan las artes con la educación escolar, buscando fomentar la participación cultural de los estudiantes. Sin embargo, la implementación de la educación artística y cultural varía significativamente, enfrentando desafíos como la falta de recursos, la insuficiente formación docente y la priorización de otras asignaturas.
A pesar de estos obstáculos, la Unión Europea se mantiene firme en su convicción del valor de la educación artística y cultural. La considera una herramienta vital para el desarrollo de competencias clave como la creatividad, el pensamiento crítico, la comunicación efectiva, la colaboración fructífera y una profunda conciencia cultural, y programas como Europa Creativa y Erasmus+ financian proyectos que integran el arte en la educación escolar.
Varios países europeos están impulsando la educación artística y cultural, aunque con distintos enfoques. Portugal promueve la integración de las artes a través del Plan Nacional de Lectura y el Plan Nacional de las Artes, fomentando la colaboración entre artistas y escuelas y buscando la democratización del acceso a la cultura desde la infancia. La Fundación Calouste Gulbenkian también juega un papel clave. Finlandia destaca por su modelo holístico que integra las artes desde temprana edad, para fomentar la curiosidad y la innovación, como se refleja en su Plan de Acción «Una Finlandia Inclusiva y Competente». Además, garantiza el acceso a actividades artísticas fuera de la escuela. Francia, a través del programa Éducation Artistique et Culturelle (EAC), busca asegurar que cada estudiante acceda a la cultura, colaborando con organizaciones culturales y priorizando la equidad, la inclusión y la formación docente. Recientemente se ha creado la figura del Coordinador Interdepartamental designado por los Ministerios de Educación y de Cultura. Italia, con su rico patrimonio, enfoca la educación artística en museos y galerías para desarrollar el conocimiento de la historia del arte y el análisis crítico, promoviendo también la música, el teatro y el cine. Alemania comparte la responsabilidad de la educación cultural entre el gobierno y los estados, buscando la participación activa y la creatividad de los estudiantes, integrando diversas formas de cultura y facilitando la colaboración entre escuelas, artistas e instituciones. Bélgica organiza la educación cultural de forma comunitaria, con un enfoque en la creatividad, la expresión personal y el diálogo intercultural, y el Itinerario de Educación Cultural y Artística (PECA) busca integrar las artes en la educación para desarrollar el pensamiento crítico.
La escasez de especialistas en educación artística en las escuelas plantea un problema que afecta a la riqueza del aprendizaje
Por su parte, en España, la educación artística se enfrenta a su propio conjunto de desafíos. La ley de educación, con su flexibilidad, permite a las comunidades autónomas decidir quién imparte esta materia, lo que a veces conduce a disparidades en la calidad de la enseñanza e incluso a la sustitución de la Educación Artística por el refuerzo de otras materias. La escasez de especialistas en educación artística en las escuelas plantea un problema que afecta a la riqueza del aprendizaje. La Lomloe incluye la «formación artística» como parte de una «formación integral» centrada en el desarrollo de las competencias. Se menciona la importancia de aumentar la matriculación en los estudios artísticos y se establece que la creación artística se trabajará en todas las áreas de educación primaria.
Quizá es aquí donde el Estado deba velar por atender a la igualdad de derechos entre los estudiantes en todo el territorio, para lo que se impone la necesidad de diálogo entre las administraciones implicadas, esto es, entre el Ministerio de Educación, Formación profesional y Deportes y del Ministerio de Cultura. Como novedad, puede destacarse el anuncio en la Conferencia Sectorial de Cultura de 2025 de las ayudas para proyectos de arte y educación, dirigidos a la población infantil y joven, que disponen de una partida de 4 millones de euros en el marco del Plan de Derechos Culturales. Con ellas, se busca vertebrar alianzas entre centros educativos y agentes culturales y artísticos para la realización de proyectos de arte y educación que fomenten las capacidades artísticas del alumnado y contribuyan a mejorar el aprendizaje en este ámbito desde edades tempranas, adaptándose a las necesidades de cada centro y comunidad educativa.
Al tiempo, en las instituciones culturales debieran reforzarse los departamentos educativos, atendiendo así a la definición de Museo según ICOM (International Council of Museums): “Un museo es una institución sin ánimo de lucro, permanente y al servicio de la sociedad, que investiga, colecciona, conserva, interpreta y exhibe el patrimonio material e inmaterial. Abiertos al público, accesibles e inclusivos, los museos fomentan la diversidad y la sostenibilidad. Con la participación de las comunidades, los museos operan y comunican ética y profesionalmente, ofreciendo experiencias variadas para la educación, el disfrute, la reflexión y el intercambio de conocimientos.”
A pesar de los retos, el compromiso con la educación artística y cultural en Europa sigue siendo fuerte. Se reconoce su poder para transformar vidas, construir sociedades más creativas e inclusivas, y preparar a las generaciones futuras para un mundo en constante cambio. En la II Jornada sobre Arte y Escuela, que se celebrará próximamente en el Museo del Prado, podrán conocerse varios de los modelos citados y se plantearán cuestiones aquí abordadas para ser trasladadas a la próxima Conferencia Internacional de Unesco en Barcelona, Mondiacult 2025