Entender la profesión docente de manera exclusivamente técnica y alejada de la responsabilidad y la movilización es, también, una forma de hacer política. Hablar de democracia y ejercerla desde el centro educativo, y cultivar valores y conocimientos poniéndolos en su contexto debería formar parte del compromiso del profesorado.
De esta manera se pronunció Manuel Fernández Navas, profesor en el Departamento de Didáctica y Organización Escolar de la Universidad de Málaga, en el marco de la presentación de la 59ª Escuela de Verano de Rosa Sensat, que tiene lugar del 27 de junio al 10 de julio bajo el lema ‘Dignidad y educación. La revuelta hacia una escuela democrática’.
Fernández Navas criticó el llamado “planteamiento escaparate”, según el cual la educación debe ser neutral ante los hechos, y puso como ejemplo cómo explicar el genocidio en Gaza o el fascismo, hablando de bandos con intereses diferentes o de la violación de los derechos humanos. “Educar tiene que ver con mojarse”, dijo.
Para el también editor de la revista científica ‘Márgenes Revista de Educación de la Universidad de Málaga’, el conocimiento es poderoso, al igual que el pensamiento crítico, pero existe una tendencia en la que “está instaurado que el profesorado no debe hablar de política ni de ideología, y eso lo sitúa en un mero técnico”.
Repensar la democracia
¿Qué responsabilidad tiene la educación en crear una ciudadanía crítica?, planteó durante su conferencia, titulada ‘Educación y democracia: De la “educación objetiva” a la “educación política”’. Entre las claves, mencionó la figura del docente como actor político, no como adoctrinador, con capacidad de influencia para repensar la democracia y la propia educación.
“Los docentes aportamos las claves de la conexión del mundo”, sostuvo, y argumentó la necesidad de dar un contenido en clase que fomente valores y pensamientos, como crear una sociedad igualitaria y feminista.
Tan importante es enseñar como la manera de enseñar, y es que “los docentes servimos de ejemplo de compromiso político y de cuestiones sociales”, por lo cual destacó la necesidad de manifestarse con el alumnado, si es necesario, especialmente teniendo en cuenta que se encuentra en una situación de debilidad frente al sistema establecido. Recordó que, legalmente, la función de la escuela es socializadora, educadora y equitativa, mientras que hacer lo contrario, sería ilegal.
En este sentido, censuró cierta falta de compromiso por parte de algunos sectores educativos y alertó contra algunos marcos conservadores, como la cultura del esfuerzo, la meritocracia, la objetividad y la autoridad.
Un espacio de toma de decisiones conjuntas
“Los valores deben vivirse para aprenderlos y la escuela debe ser un espacio de vivencia y participación democrática”, sostuvo, mencionando la necesidad de que haya espacios de organización, de resolución de conflictos o de toma de decisiones, entre otros. Y es que una escuela debería ser “un espacio en el que aprendamos a preguntar, dudar y contrastar”.
En cambio, aseveró, el papel del docente a menudo es el de “fiscalizador y sancionador”, mientras que “el alumnado es sospechoso de comportamiento inadecuado”. Para ilustrar esto, se preguntó, “¿qué relación hay entre llevar gorra en clase y adquirir conocimientos?”, recordando sus años de alumno en la escuela cuando se obligaba a quitarse la gorra.
Relacionó esta falta de contestar al docente sistemáticamente con la forma en que los jóvenes absorben las ‘fake news’ de forma mecánica: “Si el aula es un espacio para educarlos, deberían tomar decisiones sobre ese espacio”.
Movilizarse para transformar
¿Y qué hay que hacer? El profesor de Didáctica consideró “inaceptable” que el proyecto educativo llegue de forma obsoleta y que no sea un documento consensuado que sirva como guía para tomar decisiones. Defendió la apertura del centro educativo a la comunidad y animó a la profesión a movilizarse, más allá de quedarse instalados en la queja y el incremento de insatisfacción, que generan un “bucle de frustración”.
Fernández Navas reivindicó el papel del profesorado implicado que tiene un proyecto educativo en el centro y que, a menudo, está “quemado” por las dificultades con que se encuentra, ya sea desde el punto de vista administrativo, de las instituciones o de otros compañeros.
Por ello, consideró que es necesario ser activos y proporcionar el verdadero derecho a la educación, con “el compromiso, no solo con las condiciones laborales, sino también con la transformación educativa y social”. Esto, dijo, también es una transformación política: “Solo podemos movilizarnos si la educación es política. Y no movilizarse, también educa”.
Escuela de verano
Antes de la conferencia, la presidenta de Rosa Sensat, Mar Hurtado, presentó la nueva edición de la Escuela de Verano, que pretende reflexionar sobre la experiencia educativa en sintonía con el mundo actual. Hurtado puso el foco en conceptos como la democracia dentro del centro, la participación, la polarización, el conflicto, la dignidad y la coherencia, en este último caso ligándola a cómo se organiza la formación inicial de maestros.
Entre las actividades previstas en la Escuela de Verano Rosa Sensat, se encuentra la mesa redonda ‘Identidad docente, profesión o vocación’ el martes día 2, organizada junto con la Universidad de Barcelona, la Universidad de Vic-Universidad Central de Cataluña, Blanquerna-Universidad Ramón Llull y la Universidad de Girona.
También se celebrará la conferencia «Dignidad y conflicto y autonomía» de la mano del doctor en Filosofía y profesor emérito de la UdG Joan Manuel del Pozo el 5 de julio y, a continuación, la mesa redonda «Dignidad y conflicto, ¿qué espera la sociedad de la escuela?» con Jordi Perales, Carme Alemany, Andreu Mumbrú, Hungria Panadero y Ferran Casaponsa.
En un terreno más cultural, se presenta el libro de Gino Ferri ‘Más allá de la ‘lectoescritura’ en la educación infantil’ el martes 2 de julio, se proyecta el documental ‘Rosa Sensat. Por una escuela llena de vida’ el miércoles 3 y el lunes 8, y se presenta la obra de teatro ‘¡Jugada mestra!’ el martes 9.
El último día está dedicado a las ‘Reflexiones sobre el tema general’ a cargo de Begoña Román, Jordi Collet y Pau Sobrerroca, y también se leerán las conclusiones de la 59ª Escuela de Verano.