Somos una Fundación que ejercemos el periodismo en abierto, sin muros de pago. Pero no podemos hacerlo solos, como explicamos en este editorial.
¡Clica aquí y ayúdanos!
A pesar de las mejoras económicas y sociales de los últimos años, de haber pasado por lo peor de la crisis de inflación tras el inicio de la guerra de Ucrania o por la pandemia; a pesar de la puesta en marcha del ingreso mínimo vital, ser menor de edad es un predictor bastante importante de una mala situación económica
Más de 2,7 millones de niñas, niños y adolescentes (NNA) se encuentran en situación de pobreza o exclusión social. El problema esta en que a pesar de la mejora de las condiciones de vida generales de la población, mientras que las rentas medias de NNA suben un 2,8 %, queda por debajo del umbral de pobreza, que ha crecido un 5,4 %.
EAPN achaca el empeoramiento de la situación de la infancia y adolescencia en España, “directamente”, con las rentas medias de sus hogares. Lo hace en su 15º informe sobre la pobreza en España. Según los datos de la Encuesta de Condiciones de Vida del INE, la renta media por unidad de consumo creció para todos los grupos de edad, pero de manera desigual. Entre las y los menores de 18 años lo hizo en 500 euros. El grupo entre los 18 y los 64 la vio aumentar el doble, 1.000 y entre los mayores de 65 aumentó cerca de 1.600.
La situación de la infancia se mide en función de los ingresos del hogar en el que residen, no por los ingresos individuales, de manera que lo que se contabilizan son familias en situación de pobreza en la que residen estas niñas y niños.
En España hace años que están por encima de las tasas generales de la población y solo en algunos años de la serie han sido el segundo (incluso el tercer) grupo en peor situación. Y encabezan la peor situación en los diferentes indicadores: AROPE, tasa de pobreza, pobreza severa y carencia material y social severa.
Hay importantes diferencias entre los territorios. Mientras que Galicia, por ejemplo tiene una tasa AROPE del 17,5 %, Murcia tiene casi 30 puntos porcentuales más. Sin contar con las ciudades autónomas, muy por encima de la media estatal. La renta media por unidad de consumo, aunque no es un predictor infalible, habla de que a mayor renta, menor tasa de pobreza infantil. Aunque otros factores inciden en esta relación, como las desigualdades salariales internas a la comunidad, las políticas sociales, el coste de la vida o la estructura laboral y salarial.
Si la comparación se lleva a los datos de la Union Europea, las cosas no mejoran. España es el segundo país con peor tasa AROPE para NNA, detrás de Bulgaria, que solo tiene 0,6 puntos porcentuales más. Eslovenia, en el otro lado de la tabla, tan solo tiene un 11,8 % y la media de la UE es del 24,2 %, según los datos de Eurostat con los que trabaja EAPN.
La organización ha puesto el ojo también en la evolución de las tasas desde 2015. Las conclusiones tampoco son especialmente positivas, puesto que España se ha mantenido en el mismo lugar en la última década, en la que ha empeorado la tasa AROPE en 0,6 puntos.
Los hogares con menores de 16 años al cargo tienen un epígrafe exclusivo en el estudio, referido a la carencia material y social severa. En dicho indice destaca un ítem: no pueden ir de vacaciones fuera de casa, al menos, una semana al año. Una situación que afecta al 24,4 % de dichos hogares. En este punto se habla también de necesidades educativas, con porcentajes muy inferiores pero que llaman la atención. El 6,5 % de NNA en estos hogares no pueden participar en los viajes y acontecimientos escolares por los que hay que pagar; el 2,4 % no tienen un lugar adecuado para estudiar o hacer los deberes y el 1,3 % no pueden disponer de libros adecuados para su edad.
Podría ser peor
Mientras la tasa AROPE se encuentra en el 34,6 % de la infancia, la de pobreza infantil se sitúa en el 29,2 %. Un porcentaje que nos sitúa a la cabeza en este indicador para toda la Unión Europea, un punto más que Bulgaria, tras más que Rumanía y a 10 de la media de la UE. Dinamarca, en el otro extremo de la tabla tiene una tasa del 10 %.
Como aseguran desde EAPN, las cifras muestran una pobreza estructural y cronificada que resalta el hecho de que las políticas que se dictan para erradicarla no están funcionando como se esperaba. Pero podría ser peor.
“Sin las transferencias del Estado la pobreza infantil también se extendería: de un 29,2 % aumentaría hasta el 36,6 % si sólo se mantuviesen las pensiones por jubilación y supervivencia (y hasta el 39,0 % si se eliminasen todas las prestaciones)”, asegura la organización en su informe.
La ONG cifra en 590.000 los menores que, gracias a las políticas públicas contra la pobreza, pudieron salir de la estadística oficial. En el caso que los países de la UE no tuvieran sus propias políticas contra la pobreza infantil, España no estaría la ultima, puesto que por detrás tendría a Italia, Bulgaria y Francia.
La política española de transferencias para luchar contra la pobreza infantil, en cualquier caso, no son demasiado eficaces. Logran disminuir esta tasa en 7,2 puntos. Peor lo hacen Grecia, Portugal o Rumanía. SI hablamos en términos relativos, supone un 20,2 %de bajada, muy por debajo de la media de la UE, que se sitúa en el 42 %. Y al otro lado, Finlandia (que reduce el 60 %), Polonia (el 59 %) e Irlanda (55 %).
Según EAPN las políticas de reducción de la pobreza en España tienen “un evidente margen de mejora”, aun así valoran el aumento en los últimos años del alcance de muchas ayudas para niñas, niños y adolescentes.