En el debate de TVE, que tuvo lugar el lunes con una duración de 100 minutos, la educación apareció (y desapareció tras 65 segundos) en el segundo bloque, dedicado a las políticas sociales, el Estado del Bienestar, pensiones e igualdad. El candidato del PP, Pablo Casado, se erigió en líder de la lucha contra el fracaso escolar (“la izquierda lo dejó en el 30% y nosotros lo hemos bajado un 8%”), y reivindicó una reforma educativa con la que “vamos a acotar ese fracaso escolar, apostar por la libertad de elección de los padres, por la evaluación, por el bilingüismo, por la FP dual y también por un MIR educativo”.
Por su parte, Pedro Sánchez, fijó la postura del PSOE: “Modernización del sistema educativo, extensión del 0-3, apuesta decidida por la formación profesional, una nueva ley universitaria y más becas” para los estudiantes con más dificultades. El actual presidente del Gobierno quiso marcar distancia con el resto de candidatos exponiendo en escasos seis segundos lo hecho en sus 10 meses de gobierno: “Hemos revertido los recortes educativos, apostado por las becas, sobre todo, para las familias con menos recursos”.
El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, puso el acento en su propuesta de que “haya una Alta Inspección del Estado” para que en los centros públicos de todo el país se estudie en español. “Algo tan revolucionario como que el español sea lengua vehicular” en comunidades como Cataluña, Baleares o Valencia. “¿Quién votó en contra? El señor Sánchez y el señor Iglesias”, aseguró Rivera.
Por último, Pablo Iglesias tiró de Constitución, como durante buena parte del debate. “La Constitución dice que la educación tiene que ser pública, hagámosla gratuita en todos los niveles: primaria, secundaria, formación profesional y también universitaria. Lo que diferencia una democracia de una dictadura es que alguien, haya nacido donde haya nacido, pueda tener la mejor educación y aspirar a todo”. Y esto fue todo.
El segundo debate
En el segundo debate, organizado por Atresmedia con una duración de 87 minutos los candidatos ahondaron algo más en sus propuestas. Entre otras cosas porque el debate contemplaba, entre los temas que se tratarían, asuntos como la educación y la sanidad de manera directa.
Durante los siete minutos que dedicaron los cuatro candidatos al tema desgranaron algo más los puntos que ya recogen en sus programas electorales. Mientras Casado aseguró que en los primeros consejos de ministros de su posible gobierno, se aprobará la creación de un MIR educativo “para prestigiar la profesión docente”. También se dará capacidad sancionadora a la Inspección educativa para que “la enseñanza de las materias troncales sea sin adoctrinamiento”, el español se establecerá como la lencgua vehicular del sistema, habrá libertad de elección (“también para la concertada, la educación especial y la rural”). En algo más de un minuto que dedicó cada candidato al tema, también culpó al PSOE de las cifras de fracaso y abandono y defendió que durante el mandato de Mariano Rajoy se dedicó más dinero a más becas (“1.500 millones de euros para 900.000 alumnos”).
Pablo Iglesias comenzó su tiempo asegurando que “no se puede financiar con el dinero de todos a colegios que segregan por sexo y lo decimos claramente”. Además, defendió la necesidad de aumentar la financiación de la escuela pública ya que “si la constitución dice que es un derecho, ha de ser gratuita (desde infantil hasta la universidad)”.
El lider de Unidas Podemos afirmó está dispuesto a intentar llegar a un acuerdo en materia de educación (“con la derecha esto va a ser difícil”) y criticó que con el PSOE la Iglesia consiguió “un poder excesivo a la hora de controlar la educación de nuestros niños y niñas con dinero público”.
“Me comprometo, dijo Albert Rivera, a impulsar ese pacto educativo en los primeros 100 días. Llamaré al señor Casado, señor Iglesias y señor Sánchez, nos sentaremos y hablaremos porque creo que lo importante, que es la educación, ha de ser lo urgente”. Aparte de esto, denunció las 9 “reformar y contrarreformas” del PSOE y PP en democracia (en las que metió también dos leyes anteriores a sus gobiernos) y lo relacionó con las cifras de fracaso y abandono escolar temprano. El lider de Ciudadanos tambén quiso recordar que fue su formación la que impulsó el pacto educativo en el congreso y “el señor Sánchez, que es un irresponsable, se levantó de la silla y dinamitó el acuerdo”.
Pedro Sánchez afirmó que el acuerdo lo rompió el PP al sacar adelante la LOMCE con su mayoría o cuando suprimió más de 18.000 puestos de trabajo docente mientras crecía el número de alumnos en el país en 155.000. Además repasó algunas de las actuaciones de sus 10 meses de gobierno como la reversión de los recortes o la aprobación de un anteproyecto de ley educativa. Aseguró que seguirán apostando por la modernización de la formación profesional y del sistema de becas, así como la puesta en marcha de una nueva ley de universidades que contemple la gratuidad de las primeras matrículas en la universidad.
¿De qué no se habló?
Han quedado fuera de ambos debates cuestiones que en otros momentos han estado en primera línea de la actualidad política: qué hacer con la escuela concertada, cómo promover la educación inclusiva, o por qué la inversión pública de España en educación sigue siendo una de las más bajas de Europa en relación al PIB. Tampoco se ha oído hablar de la derogación de la LOMCE (que fue compromiso de toda la oposición al aprobarla el gobierno de Mariano Rajoy), o de una posible ley alternativa, algo que sí aparece en cambio en algunos programas electorales. Prácticamente nada sobre un posible Pacto por la Educación, el Estatuto Docente, la carrera profesional o el abandono escolar temprano.
El escaso protagonismo de la educación en los debates electorales está en sintonía con el que está teniendo durante toda la campaña del 28A, en la que como mucho el PSOE ha prometido aumentar el gasto público en educación al 5% del PIB… para el año 2025. Se habló algo más sobre educación en precampaña, cuando Albert Rivera anunció que si llegaba a la Moncloa impondría una asignatura sobre Constitución Española, mientras que Podemos propuso la creación de una asignatura específica de feminismo. Ambas propuestas obtuvieron una fría acogida entre la comunidad educativa, algunos de cuyos representantes recordaron a los candidatos que el currículo ya está muy cargado, y que ambas temáticas ya están contempladas tanto en primaria como en secundaria, como materias transversales o incluso específica en el caso de la Constitución (que figura en el temario de Ciencias Sociales en 4º de ESO). Eso no impidió que Rivera volviera a sacar el tema en el segundo debate. Sánchez (como en su día hizo la ministra Isabel Celáa) le contestó a Rivera que la Constitución ya se estudia. Rivera insistió en que no era cierto.
Por lo demás, de escuela ha hablado Ciudadanos como uno de los aspectos en los que incidir cuando suspenda de nuevo la autonomía de Cataluña si gana las elecciones. Una de las misiones de un nuevo 155 para Cataluña sería “poner fin al adoctrinamiento en las escuelas”, según ha repetido varias veces Albert Rivera. Su número dos y cabeza de lista por Barcelona, Inés Arrimadas, llegó a decir hace unos días que “en las escuelas catalanas se enseña a odiar”.
Ha habido algunos intentos por parte de instituciones y entidades representativas de la comunidad educativa para meter la educación en la campaña, pero todos estos intentos pueden considerarse fallidos dado el escaso eco que han tenido. Por ejemplo, la Conferencia de Rectores (CRUE) ha pedido a los partidos que reduzcan el precio de las matrículas e incrementen el número de becas para el estudio tras las elecciones del 28A, y ha criticado que «apenas» se hable de la universidad en la campaña. Y la Confederación Estatal de Asociaciones de Estudiantes (Canae) ha exigido a los partidos políticos que aseguren la gratuidad de la etapa educativa obligatoria, eliminando los «costes ocultos», en alusión a la concertada, así como que incrementen el gasto educativo, e impulsen un «plan de choque» contra el abandono escolar.