Las críticas de los sindicatos de docentes (los cuales nunca pierden ninguna ocasión para pedir la retirada del decreto de plantillas), no consiguen evitar que el sistema de contratación de personal docente que puso en marcha la consellera Irene Rigau en 2014 incremente su cuota cada año que pasa, porque cada vez son más las direcciones que piden un perfil concreto cuando se produce una baja en su centro. De acuerdo con las cifras facilitadas la semana pasada por el Departamento de Educación (durante las dos presentaciones que se hicieron del curso 2019/20), los lugares específicas en perfiles docentes ya son 6.989 en toda Cataluña, un 12,6% más que el curso anterior. En el caso de Barcelona son 1.419, lo que representa un incremento del 17% respecto del curso 2018/19.
«No todo el mundo sirve para todo, y lo que nosotros pretendemos es que nuestros maestros y profesores, en función de lo que han aprendido a lo largo de la vida, tengan el mejor perfil posible para ocupar un puesto de trabajo determinado; hay una serie de puestos de trabajo que van muy asociados a los proyectos educativos de centro y que les dan mucha fuerza, es un tema que claramente nos creemos para dar la mejor respuesta al alumno que está en una escuela o instituto concreto» , explicó en rueda de prensa Josep González-Cambray, presidente del Consorcio de Barcelona y director general de Centros Públicos. «Desde el Departamento -añadió González-Cambray- lo que hacemos es facilitar que esto pueda pasar porque estamos del todo convencidos de que es positivo para el alumnado. Y una vez facilitamos la herramienta lo que hacemos también es velar para que esta selección de personal que se ha hecho sea lo más transparente posible».
Esta tendencia al alza se puede seguir incrementando en los próximos años, ya que el decreto de plantillas establece que las direcciones pueden llegar a perfilar hasta el 50% de las plazas de su centro. Con diferentes matices, los sindicatos de la enseñanza pública han expresado reiteradamente su rechazo a este sistema de provisión de plantillas, al que han acusado casi de todos los males: han dicho que fomenta la arbitrariedad, el control ideológico, la endogamia y el amiguismo; genera pérdida de confianza y de pluralidad; desmotiva las plantillas; no garantiza los principios de igualdad, mérito y capacidad; crea rivalidades entre maestros y perjudica su salud laboral; es discriminatorio; atenta contra la libertad de cátedra; no tiene ningún efecto positivo en la calidad de la educación, etc. En su día, la USTEC impugnó el decreto ante la sala de lo contencioso-administrativo del TSJC, y en consecuencia hace un año anunció su decisión de no participar en la comisión de seguimiento de este decreto.