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El 30 de enero es el Día Escolar de la No Violencia y la Paz en todo el mundo. La educación para la paz en los centros educativos no se puede quedar en la celebración aislada de un día. Debe ser una constante a lo largo de todos los días, en todos los momentos y asignaturas, por parte de todo el profesorado y la comunidad educativa. Al igual que debería ser un componente esencial de todas las actividades escolares, complementarias y extraescolares que se proponen en los centros educativos (al igual que la visión de género), en todas las materias, tareas y ejercicios escolares, en los patios escolares, en la formación del profesorado, de las familias y los estudiantes.
La paz es un derecho humano esencial. La paz justa. No la “paz” que venden los fabricantes de armamento con el cínico lema: “si quieres la paz, prepara la guerra”. Que solo sirve para justificar la industria bélica y el incremento del gasto militar. Recordemos que el gasto militar se ha duplicado en 20 años y batió un nuevo récord con el Gobierno de Pedro Sánchez, destinando el equivalente a siete veces el dinero destinado al Ingreso Mínimo Vital y cuatro veces superior a los recursos totales del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030. Siendo este gobierno quien más ha incrementado el gasto militar, aumentando así la deuda pública de forma exponencial.
El mismo Papa Francisco y el recientemente fallecido exdirector general de la Unesco Federico Mayor Zaragoza recuerdan que las guerras y quienes las financian son la causa principal de las guerras y los genocidios, porque “los fabricantes de armas quieren sangre y no paz”.
Por eso es indignante que, a pesar de las constantes demandas de la comunidad educativa a través de la campaña “Educación por Palestina”, para exigir al Gobierno que abandere una solución de paz en Oriente Medio, vemos cómo éste sigue amparándose en un silencio cómplice o involucrándose directamente en apoyar los intereses de la industria militar y la geopolítica de Estados Unidos, como si fuésemos su colonia. Y se habla de incrementar el gasto militar ya no en un escandaloso 2% del PIB, sino en un 5% según dicta el nuevo “emperador” neroniano loco de USA, para reflotar su economía armamentística y aumentar aún más los beneficios de su milmillonaria corte neroniana.
Qué ejemplo está dando nuestro gobierno a los jóvenes, a las familias y a toda la comunidad educativa, diciendo en las leyes que hay que educar para la paz en los centros e instituciones educativas, mientras está incumpliendo la legislación estatal e internacional al mantener el comercio de armas con Israel y no haciendo todo lo posible por evitar el genocidio contra el pueblo palestino.
La crueldad de este nuevo Holocausto no tiene precedentes, con más de 45.000 personas asesinadas directamente por el régimen sionista israelí ante los ojos y la inacción de la comunidad internacional, de las cuales más de 13.000 son niños y niñas (más que personas adultas), y otros miles que están siendo asesinados sistemática y organizadamente mediante el hambre y las enfermedades, porque el régimen sionista utiliza el agua, la alimentación, la desnutrición y la hambruna como arma de guerra.
Cómo vamos a educar para la paz si nuestro propio gobierno no está aplicando “medidas eficaces” contra el régimen sionista israelí que no solo ha bombardeado de manera intencionada y sistemática la Franja de Gaza desde el pasado 7 de octubre, sometida a un bloqueo asfixiante e ilegal desde hace más de 16 años, sino que ahora está extendiendo el genocidio a Cisjordania. Porque esta barbarie no se detiene con buenas palabras, sino con acciones concretas: sanciones a Israel, boicot a todos sus productos, bloqueo comercial y político e interposición de una fuerza armada que detenga definitivamente la ocupación y apartheid en Palestina durante más de 75 años.
Difícilmente se puede promover en nuestros centros educativos la educación para la paz este 30 de enero si nuestro gobierno no se involucra de forma clara y aplica medidas concretas para parar este nuevo Holocausto en Palestina y fuerza a la UE a enfrentarse con Estados Unidos y al régimen israelí para establecer una solución justa definitiva que pase por la interposición de una fuerza internacional que obligue al régimen israelí a aceptar:
- Poner fin inmediato a la violencia de la ocupación, apartheid y colonización de Palestina que lleva realizando durante 75 años.
- La apertura de unos nuevos «juicios de Núremberg» para sancionar las responsabilidades en los diferentes crímenes contra la humanidad cometidos durante toda la ocupación y apartheid.
- La restauración de todo lo destruido y la recuperación y reparación de todo lo expoliado en estos años, a cargo de la parte israelí causante de los daños.
- La creación de un Estado único laico y democrático en el territorio palestino donde puedan convivir personas de diferencias creencias, ideologías y religiones sin ningún tipo de discriminación.
- Un proceso de educación de la población israelí en la convivencia en igualdad y el respeto mutuo con otros seres humanos, y simultáneamente de deseducación y desaprendizaje sistemático respecto al sionismo imperante a través de un cambio radical de su sistema educativo y de su socialización en la propaganda sionista.
Este 30 de enero de 2025 el Día Escolar de la No Violencia y la Paz, más que nunca, pasa por implicarnos en cada centro educativo, en cada universidad, por parte de cada alumno y alumna, de cada profesor y profesora, de cada padre y madre, para exigir a nuestro gobierno que ponga fin a este genocidio y apoye a la ONU en una solución duradera en un país donde puedan convivir sus habitantes con justicia e igualdad de derechos, al margen de su origen y de la religión que tengan.
Educar en y para la paz en 2025 pasa indefectiblemente por lograr una paz justa en Palestina.