Hace unos días publicábamos algunos datos relativos al crecimimento de la oferta de formación profesional privada y privada concertada en los últimos años en relación al frenazo, casi en seco, del sector público en este sentido. La secretaria general de FP, Clara Sanz, comentaba en una entrevista a este periódico, que esta situación se debía, en cierta medida, a que al no haber crecido demasiado la demanda, las administraciones públicas no habían creado las plazas que ahora se ven como necesarias. Aunque bien es cierto que en algunos territorios se quedan decenas de miles de aspirantes fuera de la formación profesional pública por falta de plazas desde hace años.
En cualquier caso, el informe sobre inicio de curso que acaba de hacer público Comisiones Obreras, vuelve a incidir en estos hechos; también en el crecimiento de centros privados de educación infantil y de bachillerato. En la rueda de prensa de presentación de los datos, Francisco García, secretario general de la Federación, selañaba un «cambio de paradigma» en esta nueva privatización de la educación. Ya no con la vista pueste en el aumento de los conciertos a las enseñanzas no obligatorias, sino a través de los famosos cheques escolares o a través de desgravaciones fiscales. Unos procesos que aseguró que detraer recursos de la educación pública para dárselos a las empresas privadas.
El informe del sindicato toma como año 0 el de la aprobación de la Lomce del ministro José Ignacio Wert. Desde ese momento, por ejemplo, el alumnado de bachillerato ha tenido caminos diferentes. Mientras que en la enseñanza privada ha mantenido un crecimiento sostenido y para el curso pasado supuso 15 puntos porcentuales más que los matriculados en el curso 2013-2014, en la pública ha habido una disminución de casi 2 puntos porcentuales. Aunque con una leve mejoría desde el curso 2018-2019, momento en el que la matrícula estaba en su momento más bajo, al 95,4% de la que hubiese cinco años antes.
En la formación profesional la situación ha sido relativamente similar. Mientras el alumnado de grado medio en centros privados no ha parado de crecer entre 2013-2014 y 2020-2021, en la pública sufrió una bajada que en los últimos tres cursos se va mitigando. Si se establece en el primer curso Lomce el índice 100, siete cursos después, en el pasado, el índice era de 125,7 en la privada. En la pública se alcanzó el 104,7, después de haber caído hasta el 92,9 en el curso 2017-2018.
En los grados superiores las cosas están todavía peor. La matrícula de la oferta privada el curso pasado ascendió al 167% frente a la que había en 2013-2014 mientras que la pública llegaba al 118,7%.
Tan solo en la oferta de la FP básica hay menos distancia entre ambas redes, aunque siempre a favor de la privada. Esta alcanzó el 127,4% en el curso pasado mientras que la pública se quedaba a 6 puntos, en el 121,5%.