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Sinopsis
“ Mi madre sufrió la enfermedad de Alzheimer a principios de los años 80. Al final, tuve que ingresarla en una residencia de ancianos. Siempre que volvía de mis visitas, necesitaba escribir sobre ella, sobre su cuerpo, sus palabras, el lugar donde se encontraba. No sabía que aquel periodo me conduciría hacia su muerte, en 1986. Al hacer públicas estas páginas, las revelo tal y como fueron escritas, fruto del estupor y el trastorno que entonces sentía yo. No he querido modificar nada al transcribir aquellos momentos en que me quedaba junto a ella, fuera del tiempo, de todo pensamiento. Había dejado de ser la mujer que había conocido, que velaba por mi vida, y sin embargo, bajo ese rostro inhumano, por su voz, sus gestos, su risa, era mi madre, más que nunca”.

Annie Ernaux nació en Lillebonne (Normandía) en 1940. Hija de comerciantes, pasó su infancia y adolescencia en la localidad de Yvetot hasta trasladarse a Rouen para cursar estudios universitarios de literatura. Ha dedicado su vida a la enseñanza como profesora de letras modernas. Es autora de una obra esencialmente autobiográfica e intimista, con títulos como: Los armarios vacíos (Cabaret Voltaire, 2022), La mujer helada (1981), No he salido de mi noche (1997), Perderse (2001), El uso de la foto (2005), Los años (2008), Memoria de chica (2016), El lugar (Tusquet, 2002), Mira las luces, amor mío (Cabaret Voltaire, 2021).. Entre los numerosos galardones recibidos destacan el Premio de la Lengua Francesa 2008 y, en España, el Premio Formentor de las Letras 2019, otorgados ambos al conjunto de su obra. Annie Ernaux es hoy una de las escritoras más reconocidas del panorama literario francés y europeo. Actualmente reside en Cergy, cerca de París. En 2022 se le concedió el Premio Nobel de Literatura.
Reseña
“Mi madre empezó con pérdidas de memoria y comportamientos extraños dos años después de sufrir un accidente de circulación grave… del que se había recuperado perfectamente. En el verano del 83…, se encontró mal y la ingresaron,… llevaba varios días sin comer ni beber… Decidí llevármela a casa, a Cergy, convencida de que en ese marco, familiar para ella, con la presencia de mis dos hijos mayores, Éric y David, que me había ayudado a criar, sus perturbaciones desaparecerían, que volvería a ser la mujer dinámica e independiente de antes”. “No fue así… el médico habló de la enfermedad de Alzheimer”.
Leer esas notas tan reales que Ernaux ha ido tomando tras la visita a su madre en el geriátrico, duele, se va viendo el deterioro progresivo,tanto físico como mental, que va teniendo la madre. Por otra parte nos muestra su culpabilidad por no atenderla en su casa, pero intenta hacerla feliz con sus frecuentes visitas.
Sin querer hacer crítica, va mostrando cómo es ese sitio en el que hay tantas personas deterioradas y que parece mostrar no tienen la atención debida para el estado en que se encuentran. “Huele a mierda, los suelos están pegajosos, comen mal (Mi madre está cada vez más delgada, nos dice)…”.
Junto con los avatares que se encuentra cada día de visita, nos va recordando su infancia y los momentos vividos con ella y su padre (hombre al que admiraba por su honradez y su trabajo. Nos lo contó ampliamente en su libro El lugar)
El lugar es una novela dura y entrañable en la que Annie Ernaux nos habla de su padre, de su lucha en la sociedad y a la vez reivindica la posición en la misma. No todo el mundo se somete a los cánones establecidos por la mayoría del momento y eso hace que parezcamos “raros” y se den circunstancias con las que el padre de Ernaux no estaba de acuerdo. “Cuando nos salimos del camino marcado, las distancias con quienes nos rodean a veces son insuperables”.
Su madre fue una mujer trabajadora, en la tienda y en la casa, pero no fue muy cariñosa con ella, eso lo va demostrando en sus pensamientos y quiere dejarnos ver que ahora ella la atiende porque ve que su final está próximo aunque no espera que sea tan rápido.
En Los armarios vacíos nos cuenta su infancia y su adolescencia, una cruda realidad infantil que busca una salida a través de la educación, una lucha entre escuela pública y privada, una realidad social dura en la que vive con su familia de la cual quiere escapar.
Annie Ernaux es tremendamente realista y desnuda su alma ante sus escritos. Me apasiona leerla por la sinceridad con la que se muestra. Cuando un día llegó al geriátrico y se la encontró fallecida sufre un tremendo vacío que no la deja leer ni el libro de visitas, ni las expresiones de condolencia, ni los exámenes que tenía pendientes de corregir… no se concentraba, solo pensaba en su madre… solo podía leer la prensa.
“No he salido de mi noche” es la última frase que escribió su madre.
Es un libro apto para personas sensibles socialmente, para personas que quieran comprender mejor la evolución de esa enfermedad que cada vez es más frecuente en nuestra sociedad. Es un libro que levanta emociones y que pone de manifiesto la importancia de los cuidados, tanto familiares como de las instituciones. Es importante leer a Annie Ernaux para hacerse una idea de la realidad de la vida.

